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viernes, 2 de octubre de 2020

Papá Astroberto

Por Sergio Marcano


Cuando papá Astroberto se murió, nadie en la casa sabía exactamente qué hacer.
Su hijo Primitivo fue quién lo encontró, muy temprano en la mañana, sin moverse en su chinchorro.
Inmediatamente llamó a su primo Atenogénes quién le sugirió que llamara a la policía.
El oficial Wilquendor llegó en bicicleta como a las 11 de la mañana. E inspeccionó la escena donde habían hallado el cuerpo como le habían enseñado en el entrenamiento.
Debajo del chinchorro estaban unos platos y unos cubiertos llenos de grasa así como las chancletas del occiso.
Todo parecía en orden.
Poco a poco fueron llegando todos los primos a la casa.
Atenogénes, Orinoco, Demócrito y Saturnino.

Antes de irse, el oficial Wilquendor lamentó lo sucedido y les dio el teléfono de la morgue.
Primitivo, que siempre fue el más despierto de todos, llamó inmediatamente y preguntó si podían venir a la casa y encargarse del cuerpo.
El hombre con el que hablaba le dijo que el médico forense se había ido para Colombia y no había vuelto nunca y que además no había vehículo para llegar a la zona a donde ellos se encontraban. 
El primo Demócrito le dijo a Primitivo que preguntara si en la morgue podían donarle una urna.
El hombre con el que hablaba Primitivo le dijo que ellos no disponían de urnas y le dio el teléfono de una funeraria.

Al cortar la comunicación, Primitivo le pidió el teléfono prestado al primo Saturnino para no gastarse todo su saldo.
Saturnino, que normalmente no hubiese aceptado, a la luz de las circunstancias, le prestó el teléfono sin problemas.
Primitivo hizo la llamada y puso el teléfono en altavoz para que todos pudieran escuchar.
Cuando finalmente le atendieron, Primitivo pidió los costos de las urnas y uno a uno los fue anotando en un papel.
Con parsimonia el hombre que le atendió habló de los diferentes costos.

Urnas de metal, 15 millones de soberanos. Urnas de compuestos
de madera 10 millones de soberanos. Y las de madera de cedro,
de álamo, de ayous, por encima de 20 millones… Todas vienen
tapizadas en algodón, raso, en satén… Y pueden incluir,
de quererlo el cliente, un cubre difunto y un sudario.

Ninguno de ellos sabían lo que era un sudario.

Los servicios  funerarios varían dependiendo
de lo que usted desee compartir con sus parientes
y conocidos, si quiere brindar café, té, refrescos.

Prosiguió el hombre; mientras Saturnino comenzaba a pensar en lo mucho que estaba durando la llamada.

La preparación del difunto tiene un costo de 18
millones de soberanos. Si más bien prefiere dar el
servicio funerario en su propiedad tiene un costo
entre 17 y 20 millones de soberanos dependiendo
de los traslados.

El hombre advirtió.

Estos costos se lo puedo garantizar solo por 24 horas…

Las cremaciones son un poco más económicas, pero
supongo que usted no quiere tener nada que ver con
eso porque usted es un buen cristiano.

Todos los primos negaron con la cabeza como si el hombre pudiera verlos.
Primitivo agradeció al hombre y cortó la comunicación.
Le entregó el teléfono a Saturnino quién dio por sentado que esa llamada le había consumido todo su saldo.

Primitivo agarró su teléfono una vez más y llamó a la gobernación. Luego de explicar la situación a la secretaria que le atendió, preguntó si ellos podrían donarle una urna.
Luego de pasarle a diferentes personas en diferentes departamentos la respuesta fue negativa.
Antes de despedirse la secretaria que le atendió la primera vez le recordó que no solo tenían que contar con una urna sino también con una parcela en el cementerio. Y le advirtió que los precios de la parcela más barata estarían por alrededor de los 10 millones de soberanos.

Aturdido por toda la información y por los costos, Primitivo cortó la comunicación y busco la cartera de Papa Astroberto.
Allí solo habían 3 soberanos y una estampita de la Chinita.

Acto seguido Primitivo los reunió a todos en la sala y les preguntó si tenían dinero.
Mientras los escuchaba hablar sobre lo que tenían, Primitivo hacía las sumas sobre un papel.
Entre todos los primos no juntaban 1600 soberanos.

Primitivo caminó por toda la casa buscando algo de valor y descubrió que lo único que podía venderse era un viejo televisor culón que estaba en uno de los cuartos.
Un televisor usado por el que nadie en el mercado de las pulgas, daría más de 800 soberanos.
Así que, en total para los gastos funerarios contaban con unos 2400 soberanos.

Primitivo salió al patio sintiéndose muy preocupado.
Ese dinero no alcanzaba.
Todos sus primos lo miraban expectantes, esperando a que tomara alguna decisión.
Después de todo, el muerto era su padre.

En el fondo del terreno Primitivo vio una nevera oxidada.
Camino hasta allá y observó muy bien sus dimensiones.
Se devolvió a la sala y miro de arriba abajo las dimensiones del cuerpo de papá Astroberto.

Cuando les contó a todos lo que pensaba y argumentó las razones para hacerlo de esa manera todos permanecieron en silencio.
Orinoco, que normalmente era una persona bastante callada, dijo que si iban a hacerlo de esa manera al menos deberían traer a un cura para bendecir el cuerpo o hacer algún tipo de liturgia.
Solo entonces todos estuvieron de acuerdo.
Mandaron a Demócrito, el más joven y delgado de todos ellos a buscar el cura.

Acto seguido, Atenogénes los organizo a todos por turnos y los puso a cavar una fosa en el patio trasero junto a un alto cocotero.
Según los cálculos de Atenogénes el hueco debería tener 2 metros de largo y 1.5 metros de ancho y al menos 2 metros de profundidad.
Entre todos seguramente no sería tanto esfuerzo.
Contaban con una pala, un pico y una coa.
Antes de caer la noche ya tenía el hueco cavado. 

Primitivo limpió un poco el cuerpo de papá Astroberto, sobre todo la cara, el cuello y las manos que aún tenían restos de grasa y de comida, intentó cambiarle la ropa, pero el rigor mortis se lo hizo imposible.

Orinoco  y Saturnino fueron los encargados de acercar a la casa el cascarón de la vieja nevera.  Y la pusieron bajo el chinchorro.
Entre todos bajaron el pesado cuerpo de más de 200kg de papá Astroberto del chinchorro y lo metieron dentro de la nevera.

Se fueron a sus casas y cada uno buscó en su alacena y en su nevera lo que tenía para prestar respetos a papá Astroberto.

Primitivo tenía un pedazo de queso de cabra.
Orinoco media coca cola.
Saturnino un pote de aceite y un paquete de harina de maíz.
Atenogénes media botella de cocuy de penca.

Esa noche contaron chistes y anécdotas de papá Astroberto. Mientras tomaban unos tragos de cocuy y comían unas empanadas.
Todos recordaban a papá Astroberto con cariño, ya que él fue un hombre desprendido y amable que siempre, a pesar de su pobreza, colaboró con ellos en lo que pudo.

Cuando el sol despuntaba por el horizonte, el cura del pueblo llegó acompañado de Demócrito.
Le dio el sacramento mortuorio a papá Astroberto y lo cubrieron con el chinchorro.

Entre todos, con mucho esfuerzo, metieron la nevera con el cuerpo en la fosa que habían cavado.
Poco a poco lo cubrieron de tierra y le colocaron una cruz de madera en la parte donde estaba la cabeza.

Antes de ir a descansar, luego de la larga noche, Primitivo colgó un retablo de madera sobre la cruz en el que se podía leer la siguiente inscripción:

Astroberto Montiel.
Buen padre, trabajador humilde y hombre honesto.

7 comentarios:

  1. Es muy del maracucho y del venezolano burlarse de sus propias tragedias. Este cuento me lo recordó con un humor negro delicioso. Y aunque pareciera absurdo estas situaciones del realismo mágico pueden ocurrir. No sé si te basaste en un hecho real, pero es muy verosímil. Lo de la nevera me encantó. Hace tiempo leí que enterraron a un muerto en el jardín de su casa por esta problemática de la hiperinflación ya no solo del bolívar, sino hasta de la divisa. Me reí mucho al leerlo para no llorar.

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    1. Sí, lamentablemente muchas situaciones en Venezuela bordean el realismo mágico, o trágico, depende de cómo se le vea…
      Saludos!

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  2. Me sentí dentro de la historia,triste y preocupada por tanta gente que muy segurmanete está pasando por situaciones tan parecidas...

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  3. Astroberto, Primitivo, Atenogénes, Wilquendor, Atenogénes, Orinoco, Demócrito, Saturnino, a la verga papi....

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