Por Sergio Marcano.
Mientras veía a su prima Graciela y a su tía, una mujer de 80 años, adentrarse en la zona de embarque del aeropuerto internacional, Mario tuvo la sensación inequívoca de que se quedaba solo en Venezuela.En el carro de Carmelo, el novio de su prima, mirando el desfile de vallas publicitarias del gobierno a los lados del camino, Mario pensó que el único y verdadero gran logro de la revolución bolivariana era el de haber sacado a más de 7 millones de connacionales fuera de nuestras fronteras.