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viernes, 30 de octubre de 2020

Oro

Por Sergio Marcano.




El agua turbia y putrefacta del río Guaire corre rauda entre las piernas y los brazos de Johnny, Rangel y Jefferson, quiénes afanosamente mueven los residuos sólidos que la corriente deposita en el suelo.
Hace tan solo una semana en esa misma zona del río Johnny se encontró una pulsera de oro brillando entre los desechos.
Desde entonces las expectativas de todos están muy altas.

Desde los autobuses que pasan por la avenida las personas les miran con curiosidad y nunca falta algún transeúnte que les grite:

¡Salgan de ese mierdero!

Al principio a Johnny le daba vergüenza que lo vieran allí entre las aguas pestilentes del Guaire. Pero ahora no.
Él está claro que en la ciudad no hay trabajo para un hombre como él, sin dientes, sin ropa y sin zapatos.
Y aunque no sea nadie, él no está dispuesto a caer en las garras de la delincuencia.

Además, a pesar de lo que muchos pudieran pensar, si la suerte te sonreía podías hacer buen dinero trabajando en ese lugar; y por si fuera poco, él y sus amigos de faena bromeaban todo el día y siempre pasaban buenos momentos.

Hoy al medio día, debajo del puente de Plaza Venezuela, los tres hombres hicieron una sopa con unas alas de pollo y un pedazo de auyama que compró Johnny.
Mientras comían, Rangel que siempre está alegre y se lo pasa todo el día bromeando, les comentó seriamente que estaba pensando en irse a minar oro a Ciudad Bolívar.
A todos les pareció una buena idea.

Al volver al río en la tarde, Johnny encontró un billete de 50 soberanos flotando en el agua y se alegró por su suerte.
Miro la valla de Chávez arriba en la acera y tuvo la sensación instantánea de que el Comandante le sonreía con complicidad.
Se sintió bendecido y se persignó con el dinero.

Esa noche, con la barriga llena de pan, Johnny pensó que irse a buscar oro a Ciudad Bolívar de verdad era una muy buena idea.

Del cielo comenzó a caer una suave llovizna que poco a poco se convirtió en una fuerte lluvia.
Johnny se durmió con la certeza que esta noche la corriente vendría cargada de muchas cosas buenas y que mañana sería un buen día.


8 comentarios:

  1. Había escuchado esta anécdota de los garimpeiros en El Guaire, pero darles un rostro es muy valioso.

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  2. seguro que el viaje a la sevelva le cambiara el rotro a Johnny

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  3. Que buen relato de esta otra realidad en Venezuela

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  4. Sergio lo increíble de estos personajes, que son reales y que yo pienso que nos pertenecen, es que nunca se doblan, siempre tienen en su mente llegar a la luz del final del tunel, saludos Bro...

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    Respuestas
    1. Todos los venezolanos tenemos esa luz de la que hablas en la mira...
      Los que estan remojandose en el guaire y los que estamos en sus orillas...

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