Por Sergio Marcano.
SÁBADO – 01 DE MARZO
VICTORIA – 6 AM.
La alarma del despertador suena estruendosamente, rompiendo el silencio de la madrugada.
Victoria apenas y si durmió la noche anterior.
Lleva días deprimida,
sintiéndose frustrada y sola.
Una depresión más enmarañada y compleja que las habituales.
A pesar de que no le gusta tomar antidepresivos, piensa que llevarse toda esa carga de pensamientos opresivos y negativos, para el trabajo no es una buena idea.
Hoy necesita concentrarse en terminar la reseña que ya tiene prometida al editor de la revista dominical.
Agarra una caja de sertralinas de 50mg de su mesa de noche y se toma una.
Se obliga a levantarse de la cama,
se baña con agua contenida en un pipote,
se viste mecánicamente con su ropa gastada de siempre y desayuna.
Antes de salir,
sintiendo que el abismo de oscuridad sigue presente en su mente y en su pecho,
agarra de nuevo la caja de sertralinas y se toma dos más.