Mariano tiene 66 años.
Toda su vida laboral la ejerció como trabajador administrativo de LUZ (La Universidad del Zulia).
Pero hace seis meses, harto de una confrontación estéril con la subdirectora de la Facultad de Humanidades, la licenciada Romina Heredia –quién, podríamos afirmar con certeza, luego de 9 años en el cargo se había vuelto déspota e indolente–, Mariano decidió redactar y entregar su carta de jubilación.
Seguramente, si las circunstancias hubiesen sido otras, si hubiese habido elecciones de autoridades universitarias en los tiempos correspondientes, aún hoy seguiría ejerciendo su cargo y asistiría a la universidad a trabajar todos los días.
Toda su vida laboral la ejerció como trabajador administrativo de LUZ (La Universidad del Zulia).
Pero hace seis meses, harto de una confrontación estéril con la subdirectora de la Facultad de Humanidades, la licenciada Romina Heredia –quién, podríamos afirmar con certeza, luego de 9 años en el cargo se había vuelto déspota e indolente–, Mariano decidió redactar y entregar su carta de jubilación.
Seguramente, si las circunstancias hubiesen sido otras, si hubiese habido elecciones de autoridades universitarias en los tiempos correspondientes, aún hoy seguiría ejerciendo su cargo y asistiría a la universidad a trabajar todos los días.