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sábado, 4 de mayo de 2024

SOLO UN MOMENTO. PARTE V. Sobrevivir, si acaso.

Por Sergio Marcano.

Al ritmo de un reguetón,

sobre un colchón firme,

en las penumbras de un elegante cuarto de hotel;

Contreras penetró mecánicamente a una prostituta delgada, blanca y de cabellos negros.

 

En una cama paralela,

justo después de tener un orgasmo,

Camacho se separó de una joven prostituta morena,

Tomó una bolsa de perico en una mesa de noche, le metió una llave, se la llevó a la nariz e inhaló con fuerza.

Desnudo, semi-erecto, aún goteando semen,

se acercó a Contreras y le ofreció un pase a él.

 

Por tercera vez,

acorralado,

Contreras, que hasta esa noche, siempre había procurado mantenerse alejado de las drogas,

inhaló con fuerza.

 

La cocaína volvió a quemarle las fosas nasales;

y una vez más le sorprendió su efecto inmediato, disipando la borrachera y convirtiendo aquel momento,

absurdo,

inconsecuente,

mentiroso; 

en algo más tangible,

más real, de alguna manera.

 

De un momento a otro su orgasmo llegó con fuerza y Contreras no escatimó al proferir un sonoro gemido de placer.