Por Sergio Marcano.
En su casa todos los fines de semana hay un motivo para celebrar con música a todo volumen y dependiendo de los ánimos y de la hora se puede escuchar salsa, merengue, vallenato, reggaetón, música llanera y hasta paso doble.
El viernes pasado el abuelo Rafael Antonio cumplió 63 años y por todas partes aparecieron cervezas, botellas de ron, de aguardiente, de anís, e incluso uno de sus allegados le regaló una botella de whisky Johnny Walker etiqueta negra. La fiesta duró todo el fin de semana y, como siempre, las puertas estuvieron abiertas para todos los conocidos y desconocidos que se acercaron con ganas de compartir y pasarse un buen rato, jugando -cartas o dominó-, echando un pie o simplemente conversando.
La hospitalidad, la solidaridad y la hermandad con conocidos y desconocidos, siempre fueron características esenciales de los Millán desde que el bisabuelo Manolo y su esposa Trinidad llegaron a Caracas, de Cumaná, en la época del General Marcos Pérez Jiménez. Y muchos años han pasado desde entonces...