Por Sergio Marcano.
Helena es una mujer morena de caderas generosas.
Tiene 52 años y trabaja como secretaria en una dependencia educativa de la Alcaldía del Municipio Sucre.
Nunca se casó y no tuvo hijos.
Con la devaluación cotidiana el sueldo que gana quincenalmente, cada vez le rinde para menos: pagar el alquiler, el condominio, la electricidad, comprar algún medicamento y comer de manera austera.
Aunque alguna vez se lo ofrecieron, no tiene el Carnet de la Patria, ni está inscrita en el PSUV. Lo que se traduce en que no recibe cajas Clap, bolsas de alimentos, ni bonos de ningún tipo. Y Helena, que es opositora a rabiar, se siente orgullosa por eso.