Por Sergio Marcano
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El
ataque de los muertos sin ojos – 1973
Fantaterror es el nombre con el que se conoce al cine fantástico y de terror hecho en España a finales de los 60 y comienzo de los 80. Un movimiento cinematográfico que surge poco a poco en una sociedad acorralada por el militarismo del general Francisco Franco y el férreo código moral impuesto por la iglesia católica que por muchos años fue la mano derecha de la dictadura. Eran películas hechas con bajo presupuesto, filmadas entre 1 y 4 semanas de rodaje, con poco metraje, un reducido equipo técnico y con claras influencias estéticas y conceptuales del cine de terror gótico hecho por la Hammer (productora de cine inglesa) y del “sexplotaition gore” del Gialo Italiano.
Una corriente cinematográfica vigorosa, creativa y desenfadada que con mucha convicción por un poco más de 10 años tocó diversas temáticas como el vampirismo, la licantropía, la brujería, la alquimia, las posesiones satánicas, la resurrección de los muertos, etc. Y que sin complejos, produciendo y filmando abiertamente para las masas con claras pretensiones comerciales, encontró un publico ávido por este tipo de entretenimiento, ya no solo en España, sino en casi toda Europa, Estados Unidos y Canadá.
Un cine que hoy por hoy, mirado en retrospectiva, cuenta con muchos títulos relevantes, así como directores reconocidos por su amplia trayectoria como Jesús Franco, con más de 200 películas en su haber, Paul Naschy intérprete de Waldemar Daninsky, el hombre lobo español, Amando de Ossorio, creador de la tetralogía de los Templarios Ciegos, o recordados por haber realizado películas icónicas de aquellos años como Narciso Ibáñez Serrador, Jorge Grau, entre otros.
“La iglesia con la fuerte influencia que tuvo en el régimen, y por consiguiente en los censores, hizo que el terror en España estuviese siempre muy cogido por pinzas. Por lo que cuando la censura fue perdiendo cada vez más su influencia en el cine español, propició el nacimiento y la popularidad de un cine de género, más explícito, visceral y directo. Un cine que vendría para quedarse a lo largo de la década de los 70 y al que se le sumarían el quinqui exploitation -sobre la delincuencia juvenil del extrarradio-, el cine LGTB de Eloy de la Iglesia, la Movida Madrileña o las comedias eróticas del destape”
“El ataque de los muertos sin ojos” y el Fantaterror : csg55
“La película se rodó sorteando todas las trabas posibles en una época en que la pena capital estaba vigente en prácticamente toda Europa. Su clasificación, por el organismo gubernamental competente, como de tercera categoría, no solo la impedía acceder a cualquier ayuda oficial sino que, en la práctica, imposibilitaba de facto la distribución en salas de cine de las 29 copias que salieron del laboratorio, circunstancia que casi arruina al productor y apartó a Ossorio del mundo del largometraje hasta 1964”
Ossorio, un gallego fantástico : Ignacio Benedeti
Unos 8 años después de ese traspiés, sus próximos proyectos serán las más variadas películas de encargo: La tumba del pistolero (1964), Rebeldes en Canadá (1966), Pasto de fieras (1967), La niña del patio (1967), Escuela de enfermeras (1968).
Películas que luego de varios años de
esfuerzo y dedicación le permitirán conseguir el financiamiento para filmar su
primer proyecto personal, una película de terror llamada Malenka (1969) protagonizada por Anita Ekberg, la estrella internacional del momento y
que logra un éxito comercial considerable en la época.
“Malenka, la sobrina del vampiro (1968). Película de terror protagonizada por Anita Ekberg, Gianni Medici y Diana Loris narra la historia de una hermosa virgen que tras heredar un castillo descubre que entre sus habitantes se incluyen un extraño noble y un grupo de guapas mujeres que sospecha que pueden ser vampiros. La cinta, rodada en inglés y con vocación internacional, gozó de buena acogida comercial en la taquilla española acreditando la venta de más de 500.000 entradas en taquilla”
A partir de ese momento el terror se convertiría en el genero al que más se dedicaría en sus proyectos personales y de encargo.
LOS TEMPLARIOS CIEGOS
La tetralogía de los Templarios Ciegos es una de las obras más sólidas del cine de Amando de Ossorio y a su vez una de las obras más recordadas del Fantaterror, esto debe sus razones a la originalidad de sus personajes, inspirados libremente en la oscura historia de “La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón”, una orden militar cristiana de la edad media, que luego de pelear las más variadas batallas a lo largo de sus casi 200 años de servicio, fueron traicionados, acusados de herejía, perseguidos, juzgados e incluso quemados en la hoguera.
Es importante hacer notar que la Orden militar Templaría lleva en su pecho la Cruz Paté, que simbolizaba el martirio de Cristo.
Jacques de Molay (Siglo XIX) Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén (1870)
Autores desconocidos
También se atribuye la inspiración para estas películas a dos cuentos del escritor Gustavo Adolfo Bécquer. Hacia el final de “El monte de las ánimas” (1862) podemos leer lo siguiente:
“…asegura que vio a los esqueletos de los antiguos templarios y de los nobles de Soria enterrados en el atrio de la capilla levantarse al punto de la oración con un estrépito horrible, y, caballeros sobre osamentas de corceles, perseguir como a una fiera a una mujer hermosa, pálida y desmelenada, que con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror…”
“El monte de las ánimas” (1862) Gustavo Adolfo Bécquer
Y del “El Miserere” extraemos el siguiente fragmento:
“Mal envueltos en los jirones de sus hábitos, caladas las capuchas, bajo los pliegues de las cuales contrastaban con sus descarnadas mandíbulas y los blancos dientes las obscuras cavidades de los ojos de sus calaveras, vio los esqueletos de los monjes, que fueron arrojados desde el pretil de la iglesia a aquel precipicio, salir del fondo de las aguas…”
En ambos relatos sin duda alguna encontramos algunos conceptos de la configuración de los templarios. Pero no dejaría de lado el imaginario de representación que ha tenido de la muerte “the grim reaper”, en la historia del arte como otra de las posibles influencias:
La Mort (1642 –
1711) - Bonnart Henri II Death on the Pale Horse - Gustave Doré
Pero para algunos analistas y pensadores críticos los Templarios Ciegos tenían además una concepción política bien definida.
“Los templarios fueron monjes a la vez que guerreros y servían a Ossorio para condensar en un solo personaje los dos pilares que sostenían la dictadura: el estamento religioso y el militar. Muertos vivientes que aterrorizaban a una sociedad que ya no era la suya obligándoles a acatar sus viejas, decadentes y putrefactas normas morales”
Amando de Ossorio: de templarios, zombies y censura : Paula García Terrones
Pero conozcamos un poco más de estos interesantes personajes. Adentrémonos un poco en este universo particular a través de un breve paseo por los detalles más representativos de su configuración conceptual. Esto con la ambición sencilla de entender un poco mejor a uno de los monstruos más interesantes del cine de terror español, unos personajes completamente icónicos que injustamente son desconocidos por el público general.
– SPOILERS –
La Noche del Terror Ciego (1972)
Nuestros protagonistas son Betty (Lone Fleming) y Virginia (Helen Harp y a Roger (César Burner), ellas ex amantes en su pasado adolescente. Pero con una relación tensa en el presente.
Roger invita a Betty a un viaje en tren y consumida por los celos por el juego de seducción que observa entre sus dos amigos, Virginia decide saltar del tren en movimiento y abandonarlos.
Tras andar por parajes deshabitados Virginia se encuentra las ruinas de una abadía y decide acampar en una habitación pequeña, en la que puede encerrarse y encender una fogata.
La presencia de Virginia en las ruinas de Berzano, un pueblo abandonado y maldito, hará que los Templarios Ciegos despierten de su descanso milenario y salgan de sus tumbas.
Sus cuerpos caras, brazos, están completamente momificados y carecen de ojos. En su pecho llevan la Cruz Ankh un jeroglífico egipcio utilizado para representar la vida y la inmortalidad.
Guiados por el sonido que hace Virginia con sus gritos, tropiezos, pasos en falso e incluso su respiración, los Templarios Ciegos la acecharán, subirán a sus caballos fantasmales y la cazarán para morderla y chuparle la sangre directamente de sus heridas.
¿Pero quiénes son estos misteriosos caballeros?, ¿por qué se levantaron de sus tumbas? El personaje del profesor Candal (interpretado por el actor Francisco Sanz) se encargará de despejar algunas de nuestras dudas.
PROFESOR CANDAL
Y entonces comenzamos a ver un flash back de los guerreros en vida.
PROFESOR CANDAL
Les vemos traer en caballo a una mujer prisionera, para luego amarrarla en una cruz de madera. Ignorando sus gritos y sufrimiento. Allí uno de los Guerreros recita lo siguiente.
GUERRERO
Y realizan un ritual que consiste en que dos caballeros, montados sobre sus caballos y armados con filosas espadas cortaran a la joven doncella, para que luego el resto de los guerreros de la orden beban y chupen la sangre que brota de sus heridas abiertas. Todo esto bajo el techo de un gran templo presidido por la Cruz Ankh. Al terminar el flash back, de abierta carga sexual y violencia gore, una fórmula de explotación muy exitosa comercialmente hablando en el cine italiano de la época, el profesor Candal continua.
PROFESOR CANDAL
El profesor asegura la veracidad de la historia porque quedó registrada en las actas de juicio llevadas a cabo por la Santa Inquisición contra la orden templaría. Llenos de dudas y sin entender la relación entre el pasado y el presente de los Templarios, con la muerte de su amiga Virginia, Betty y Roger escuchan al Profesor afirmar lo siguiente.
PROFESOR CANDAL
En interesante resaltar un hecho singular, y es que en esta película vemos revivir de la muerte a Virginia. Quién desangrada y luego de haber recibido una autopsia, despierta para asesinar con un certero mordisco en el cuello a un trabajador de la morgue. Un acontecimiento que no tiene consecuencias narrativas en el argumento. Ya que solo unas secuencias después Virginia volverá a ser asesinada, esta vez consumida por el fuego de una llamarada.
A pesar del evidente bajo presupuesto de la puesta en escena y de la filmación en general, que le confiere un tono abiertamente “serie B”, el concepto de los Templarios ciegos está muy bien logrado, porque alcanza los más difíciles objetivos que posee en si mismo cualquier película de terror, que tiene que ver con la construcción de atmosferas opresivas efectivas y con la convicción suficiente para que logren asustar a sus espectadores. Algo que se debe al menos en un buen porcentaje a la poderosa banda sonora de Antón García Abril, llena de espeluznante música medieval y una percusión rítmica que cada vez que es empleada resulta completamente eficaz, incomoda y amenazadora.
El ataque de los muertos sin ojos (1973)
La segunda entrega de la Tetralogía arranca en el siglo XIII. En el Priorato -un monasterio dependiente de una abadía- de los templarios en Berzano. Asistimos al momento en que los templarios, todavía con vida, amarran a una doncella de pies y manos sobre una equis de madera, para luego despiadadamente clavarle una daga en el pecho desnudo y extraerle el corazón del cual comerá, al menos uno de ellos mientras el resto bebe de la sangre que brota profusamente de su herida.
Por corte, vemos una poblada con antorchas llevando detenidos a los Templarios para su ajusticiamiento.
Luego de que uno de los Templarios le asegura a sus captores, que volverá desde la muerte para vengarse y destruirlos a todos. Los pobladores del pueblo les queman los ojos para que no puedan encontrar el camino de regreso del más allá y acto seguido les prenden fuego en varias hogueras. Consumido por las llamas el templario afirma a los pobladores que es inmortal.
Es importante hacer notar que estos acontecimientos replantean la forma en la que quedan ciego los Templarios, también la forma en la que mueren, así como la motivación que les hará levantarse de las tumbas. Un “reboot” conceptual que se repetirá con mayor o menor detalle en las dos próximas entregas.
500 años después estamos en la conmemoración del aniversario del ajusticiamiento de los Templarios. En medio de la plaza vemos unos monigotes con el uniforme de los templarios dispuestos para su quema.
Murdo (José Canalejas), un hombre con problemas físicos y mentales, es apedreado por los niños del pueblo, hasta que Moncha (Loreta Tovar) y Juan (José Thelman) lo defienden. Conocemos entonces a Jack Marlowe (Tony Kendall), encargado de los fuegos artificiales, quién llega al pueblo para reunirse con Duncan (Fernando Sancho) el alcalde del pueblo, su asistente Da Costa (Frank Brana) y su prometida Vivian (Esperanza Roy).
Jack y Vivian, que comparten pasado amoroso, deambulan por las ruinas del cementerio del priorato hablando de su pasado y llevados por la pasión comienzan a besarse y desnudarse en el mismo lugar donde fueron ajusticiados y están enterrados los templarios. Murdo los interrumpe, para advertirles de la importancia simbólica del lugar donde se encuentran.
MURDO
MARLOWE
MURDO
MARLOWE
MURDO
VIVIAN
MURDO
VIVIAN
MURDO
MARLOWE
Le dice a Vivian.
Murdo continua sin prestarle atención.
MURDO
Vamos a un flash back de los templarios con vida, les vemos amarrar una chica, sacrificarla para beber de su sangre y comer de su corazón .
MURDO
VIVIAN
MURDO
Hoy se cumple el destino.
Una vez que Vivian y Marlowe se van, Murdo asesina a una joven que tiene amarrada y amordazada bajo unos matorrales, clavándole una daga en su corazón. La sangre de la víctima se escurre hasta el suelo del cementerio y un humo sobrenatural comienza a brotar de las entrañas de la tierra.
Con una narración paralela, mientras la gente baila, los fuegos artificiales estallan llenos de colores en el cielo y otros le prenden fuego a los monigotes, los Templarios salen de sus tumbas (curiosamente con el mismo metraje usado en la película anterior) y cabalgan en cámara lenta en búsqueda de venganza.
Al llegar a las calles bloquean las salidas acorralando a los aldeanos en la plaza donde bailaban despreocupadamente, y alineados unos al lado de los otros en posición militar de combate, luego de desenvainar sus espadas, proceden a atacar a los presentes sin piedad. Pero nuestros protagonistas organizan una línea de defensa y les enfrentan lo que permite el escape de buena parte de los habitantes del pueblo. Una secuencia de acción y de terror filmada con tanta convicción narrativa y actoral, que a pesar de que los efectos especiales son bastante precarios, los conceptos son tan novedosos, creativos, poderosos y realizados con tanta seguridad por parte de la dirección de Amando de Ossorio que todo fluye de manera verosímil y espectacular. Una vez más el score del compositor Antón García Abril se luce con una macabra composición que cada vez que es utilizada funciona para agregar una indiscutible carga de tensión, suspenso y terror sobre las imágenes.
Fuera de la plaza, los protagonistas principales se resguardan de los persistentes templarios en una iglesia y comienzan a fortificarla mientras los Templarios les esperan parados en el exterior, solo retrocediendo ante el fuego.
Unas secuencias que fácilmente pueden hacerle rememorar a los fanáticos del terror, algunas acciones y reacciones que se suceden en “Night Of The Living Dead” (1968) de George Romero.
El ataque de los muertos sin ojos – 1973
Cuando el Gobernador, de carácter corrupto y cobarde, nota que ya no tiene la voz de mando, comienza a socavar la frágil unidad del grupo, desencadenando acontecimientos de tensión y de muerte que poco a poco nos llevarán a un inesperado desenlace.
El Buque Maldito (1974)
Dos modelos desaparecen en el mar luego de subir a un galeón de madera que viaja abandonado y a la deriva por el mar. Preocupada, la amiga y amante de una de las modelos desaparecidas amenaza con ir a la policía si no obtiene respuestas de su paradero. Se arma entonces un equipo de rescate para ir en su búsqueda, un político y su asistente personal, una fotógrafa, la modelo y un profesor experto en ocultismo medieval.
En medio del mar, luego de entrar a un denso banco de niebla calurosa, el equipo se encuentra con al galeón fantasma y sin pensarlo demasiado suben a el. Un sueño sobrenatural los invade y despiertan en diferentes momentos cercanos a la media noche en medio del abandonado y claustrofóbico escenario. Descubrimos entonces que en el barco viaja una orden de los Templarios Ciegos.
A diferencia de las otras películas, las referencias principales parecen ser la leyenda del Holandés Errante, que cuenta la historia de un capitán que hizo un pacto con el diablo para surcar los mares estuviesen calmos o agitados y que fue condenado por Dios a no volver a pisar ningún puerto. Y por el otro la película Nosferatu (1922) de F. W. Murnau. Específicamente las secuencias que se suceden en el Dardanelles, el barco de madera que transporta el grupo de féretros de madera en el que viaja el Conde Orlok.
El Profesor Gruber, interpretado en todo momento con una buena dosis de humor y de convicción por el actor Carlos Lemos, encuentra en uno de los camarotes unos manuscritos, el diario navegación, y los lee con paciencia para aquellos que para ese momento del argumento aún no han desaparecido.
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En efecto en el barco hay una cámara oculta con baúles llenos de monedas de oro, joyas, metales preciosos y otros artefactos de valor. Así como una efigie de Satanás, representada por una calavera humana con prominentes cuernos de macho cabrío.
Cuando los Templarios Ciegos despiertan una vez más de sus féretros y nuestros protagonistas están acorralados, al Profesor Gruber se le ocurre enfrentarse a ellos con un procedimiento medieval para hacer retroceder al demonio. Entonces Improvisará una cruz de madera con un par de tablones y un trozo de cuerda y la encenderá en llamas. Para comenzar a decir con convicción.
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Y sin más los Templaros Ciegos retroceden.
Guiados por el Profesor Gruber, nuestros protagonistas, comprenden entonces que la fuerza de estos seres infernales radica en el poder de las tinieblas. Entienden además que solo de día son vulnerables y deciden lanzar los sarcófagos al mar. Una vez realizado esto, la efigie de Satanás inicia un incendio en la cámara oculta y el barco rápidamente es consumido por las llamas.
Pero no todo acaba aquí. Uno de los momentos más icónicos de esta película sucede hacia el final, cuando pensamos que los pocos sobrevivientes ya están a salvo. Pero no es así ya que al menos una docena de Templarios Ciegos, surgirán de entre las olas del mar para atacarlos.
Si bien parece que el presupuesto de esta película es casi inexistente, los efectos de animación de los templarios no está enteramente logrados y las maquetas del barco son bastante precarias, una vez más la creatividad de la dirección sobre los actores, en el uso habilidoso de la cámara sobre los pocos escenarios, en la acertada iluminación de la puesta en escena, así como en el inteligente uso del sonido con maderas crujientes, cuerdas tensadas, el mar y el viento, así como el uso puntual de música medieval, todo va sumando en la creación de una densa y claustrofóbica atmosfera de terror gótico que logra imponerse sobre los escasos recursos con los que cuenta la producción, lo que convierte a esta película en una obra digna de ser apreciada por cualquier fanático del terror ávido de una historia novedosa e interesante.
Vale la pena también hacer notar, que esta es la única de las cuatro películas que no contiene escenas explícitas de violencia gore.
La Noche de las Gaviotas (1975)
La película arranca con el plano cada vez más cerrado de la efigie de una bestia marina sentada en cuclillas. El ídolo de un culto antiguo y desconocido. Tiene la estructura física de un anfibio, con grandes ojos, dientes afilados entre sus fauces abiertas, garras anteriores y posteriores con membranas entre los dedos, el cuerpo cubierto de escamas y un cuerno puntiagudo le corona la cabeza. Un ser monstruoso y malevolente. A su alrededor arde el fuego inquieto de un grupo de antorchas, así como varias lanzas.
En la edad media, una joven pareja de viajeros extraviados a causa de una densa niebla están preocupados por conocer su paradero, el joven se acerca a una casa cercana y golpea insistentemente a la puerta, pero nadie atiende a su llamado.
Los templarios, aún con vida, encuentran a la pareja en su camino. Asesinan sin piedad al joven hundiéndole una espada en su estómago para luego secuestrar a su indefensa mujer y llevarla al altar de sacrificios, donde luego de clavar una afilada daga en su pecho, sacarán su corazón para alimentar con el las fauces de la deidad marina y entre todos comer la carne de su cuerpo turgente.
Escenas de un ritual de carácter pagano/místico, que podría tener como referencia cultos, sectas y sociedades ocultas descritas en algunas historias del escritor H. P. Lovecraft como “La Llamada de Cthulhu” (1926), “Dagón” (1917) o “La Sombra sobre Innsmouth” (1931), donde “los Antiguos” seres monstruosos, informes y poderosos, que descansan en las profundidades del mar, son adorados como dioses.
Por corte estamos en el presente. En el momento preciso en que el Dr. Henry Stein (Víctor Petit), y su esposa Joan Stein (María Kosty) se mudan a un pueblo costero. Su presencia en el lugar es rechazada abiertamente por los lugareños, tanto así que el joven Dr. se ve obligado a recurrir a la violencia contra uno de ellos para lograr obtener la dirección de la casa del médico. El Dr. saliente (Javier de Rivera) muy nervioso, justo antes de irse del pueblo le aconseja al Dr. Stein que no salga de noche, ni haga preguntas si quiere permanecer con vida.
Teddy (José Antonio Calvo), un personaje con inteligencia inferior a la normal y completamente indefenso; concebido como el “lado B” de Murdo, el perverso sub normal de “El ataque de los muertos sin ojos” (1973), está asustado y le pide a Joan que le de refugio. Joan se compadece de él por una herida abierta que tiene en la cabeza y le deja pasar.
A media noche, cuando ya el médico y Joan descansan en su recámara, comienzan a escucharse campanadas a lo lejos, un sonido que el Dr, intuye se trata de una señal marina para advertir a los marineros que navegan entre la niebla. Poco a poco también comienza a escucharse un cantico misterioso. Joan no puede dormir. Se siente nerviosa y pone alerta al Dr.
En narración paralela los templarios comienzan a despertar de sus tumbas, quizás como una broma autoconsciente para los seguidores de la saga, definitivamente como una forma de abaratar costos, Amando de Ossorio echa mano del mismo metraje empleado en las dos primeras películas para la misma función.
El ataque de los muertos sin ojos – 1973
Los caballeros templarios montan sus caballos y salen de su castillo sobre la colina en perfecta formación militar y recorren la orilla de la playa en cámara lenta hasta encontrar a la doncella amarrada en unas rocas.
Una noche después, Tilda, una atractiva joven entra asustada y desesperada a la casa del Dr. pidiendo asilo y diciendo que se la llevaran. El Dr. le da un calmante y poco después los padres de ella llegan a buscarla. Más calmada por la medicina del Dr. la joven se va con ellos. Afuera la espera un grupo de mujeres vestidas de negro y desde ese mismo lugar comienza una procesión que la llevará hasta las rocas de la playa donde será amarrada. Los templarios llegarán a buscarla, la desamarran y regresarán con la joven al castillo, donde uno de los Templarios Ciegos repetirá el ritual que vimos al comienzo de la película clavando una daga en el pecho de la doncella.
La noche siguiente las mujeres del pueblo van a buscar a Lucy, la ayudante de Joan en las labores del hogar, y ella aceptará tranquilamente su destino. Vestida de blanco, caminará adelante de las mujeres del pueblo sin oponer resistencia. Es Teddy quien finalmente revelará al Dr. y a Joan, lo que sucede en el pueblo.
TEDDY
DR.
TEDDY
El Dr. corre a la playa a liberar a Lucy. Una de las ancianas vestidas de negro trata de detener al Dr. pero el hombre continúa su carrera. Mientras desamarra a Lucy ella le cuenta lo que sabe de los Templarios.
LUCY
Los templarios bajan de sus caballos, desenvainan sus espadas. Pero el Dr. y Lucy logran evadirlos huyendo por el mar. En las calles del pueblo, vemos a todos los pobladores abandonar sus casas con sus posesiones más preciadas.
En la casa del Dr. Lucy está preocupada, aterrada y arrepentida por haber escapado de las rocas.
LUCY
JOAN
LUCY
En narración paralela, vemos a los Templarios Ciegos recorrer el pueblo y no encontrar a nadie. Una vez más, a la usanza de “Night Of The Living Dead” (1968) de George Romero, nuestros protagonistas ponen tablones con clavos para reforzar y asegurar puertas y ventanas. Pero más temprano que tarde los Templarios estarán dentro de la casa. Blandiendo sus espadas, con sus pasos calmos y parsimoniosos.
La noche de las gaviotas – 1975
En esta película por primera vez apreciamos con detalle, sus rostros, No tienen narices, las cuencas vacías de sus ojos, su piel cadavérica está seca y consumida por el tiempo. Algunos de ellos conservan aun restos de barbas. Otros exhiben sus dentaduras desnudas, ya sin labios para ocultarlas. Un verdadero festín macabro.
En su huida desesperada, Lucy, el Dr. y Joan roban los caballos de los templarios. Pero a pesar de sus intentos por gobernar a los equinos fantasmales, estos los llevan al castillo en la colina. Entre tinieblas, iluminado por la luz amarilla de las antorchas descubren la efigie de la bestia submarina. El Dr. y Joan empujan al ídolo maldito con todas sus fuerzas y logran derribarlo rompiéndolo en pedazos. Cuando eso sucede, los templarios comienzan a perder el sentido y caen al suelo uno tras otro. Un clímax bien logrado, tenso y emocionante.
Los cuerpos de los templarios ya no volverían a levantarse.
¿Zombies, vampiros, momias?
Muchos críticos y estudiosos cinematográficos, clasifican a los Templarios Ciegos como zombies, esto a pesar de que estos personajes no responden a ninguna de las características principales de los “no muertos” concebidos por George Romero y John Russo en el guión de “The Night Of The Living Dead” (1968) que, como muchos sabrán, son seres incapaces de producir pensamiento, tener motivaciones de ningún tipo o de realizar alguna acción compleja por su reducida actividad neuronal o motora. A diferencia de eso, los Templarios Ciegos son capaces de montar a caballo, realizar las más variadas formaciones militares, pueden empuñar espadas con las cuales atacan de manera certera a sus victimas,. Además de eso, realizan complejos sacrificios rituales, en los que usan dagas para abrir los pechos de las doncellas y extraer de ellas su corazón para luego arrojarlos a las fauces de sus deidades. Esto entre muchas otras evidencias que se pueden encontrar a lo largo de las tetralogía de los Templarios Ciegos.
La noche del terror ciego - 1972
Los Templarios Ciegos parecen más cercanos en su fisionomía y en su manera de comportarse al Conde Orlok, el peculiar vampiro de Nosferatu (1922) de F.W. Murnau una criatura con quién comparten la inmortalidad, las habilidades motoras, algunas motivaciones y el descanso en sarcófagos. Aparte de eso, como los vampiros más modernos realizados por la Hammer en toda la década de los sesenta, en La Noche del Terror Ciego (1972), vemos a Los Templarios Ciegos chupar la sangre de una de sus victimas y su mordida “infecciosa” tiene el poder de hacerla volver de la muerte. Pero por este hecho aislado no podemos apresurarnos y clasificarlos como vampiros, ya que en cada una de las películas de la tetralogía cambian las motivaciones que les hacen levantarse de su descanso milenario.
En El Ataque de los Muertos sin Ojos (1973) Los Templarios Ciegos regresan de la muerte para cobrar venganza contra el pueblo que los dejó ciegos y los quemó en la hoguera, un ambición narrativa que podría motivarnos a comparar a los Templarios Ciegos con las Momias, seres que en casi todas sus representaciones en la historia del cine, tanto en Norteamérica, Europa, como en Latinoamérica, vuelven a la vida y salen de sus sarcófagos esencialmente para cobrar venganza. Pero eso no tendría sentido porque todo se replantea una vez más en “La noche de las gaviotas” (1975) donde los Templarios Ciegos salen de sus tumbas cada 7 años para realizar 7 sacrificios rituales, luego de los cuales comen la carne de sus victimas. Unas características, que hasta donde sé, no es comparable a las de ningún monstruo en ninguna película filmada hasta ese momento.
Solo en “El buque maldito” (1974) no se nos muestra el destino que corren sus victimas luego de abordar la embarcación fantasma. Pero puede intuirse que perecen en un sacrificio ritual por la efigie satánica que controla el barco desde un camarote oculto.
El ataque de los muertos sin ojos – 1973
Entonces, vayamos a lo pragmático de los conceptos: Los Templarios Ciegos son unos “no muertos”, su inmortalidad viene dada por alimentarse con sangre o carne humana, por venganza y por sacrificar doncellas a deidades sobrenaturales. Descansan en sarcófagos, el paso del tiempo ha momificado sus cuerpos, solo atacan en grupos y en perfecta formación militar, montan a caballo, usan espadas, dagas; al estar ciegos, ubican a sus victimas a través del sonido, si la victima no es devorada en su totalidad puede volver de la muerte y son vulnerables al fuego. Un grupo robusto de características y particularidades; una configuración tan específica y elaborada que a mi entender les confiere una personalidad propia, única e incomparable con la de otros monstruos de otras cinematografías.
Palabras finales
Una vez vistas las cuatro películas lo que sí resulta claro es que los Templarios Ciegos fueron una influencia para John Carpenter y Debra Hill en la creación del guión de “The Fog” (1980). Ya que a simple vista podemos encontrar varias similitudes entre la tetralogía de películas españolas y la película norteamericana; mencionemos algunas de ellas:
En primer lugar la noche en la que se sucede la venganza de los Templarios Ciegos y de los Piratas Fantasmas es en una celebración, en el caso “El ataque de los muertos sin ojos” (1973) es la celebración del 500 aniversario de que los habitantes de Berzano vencieran a los templarios. Y en “The Fog” es en la celebración del 100 aniversario de la fundación de Antonio Bay.
En segundo lugar el concepto de la niebla sobrenatural que precede a la aparición del galeón fantasma donde viajan los Templarios ciegos en “El Buque Maldito” (1974), es bastante parecido al concepto de niebla sobrenatural que precede al barco y a los piratas fantasmas, sobre todo en las secuencias iniciales de “The Fog”.
También puede resultar muy parecida la manera en que las victimas descubren al mal que les acecha, la peculiaridad que tienen tanto los Piratas Fantasmas como los Templarios Ciegos de llamar a la puerta en casa de algunas de sus victimas y el modo en que tanto Piratas como Templarios Ciegos atacan en grupos usando dagas y espadas para asesinar a buena parte de sus victimas.
En una similitud también que las secuencias finales de el “El ataque de los muertos sin ojos” (1973) y en “The Fog” se sucedan en una iglesia, donde ambos grupos de protagonistas busquen refugio cuando la niebla y los Templarios Ciegos les asechan.
Y, finalmente es una semejanza, que en “La Noche de las Gaviotas” (1975) los habitantes del pueblo costero tengan que entregar 7 víctimas a la deidad marina de los Templarios Ciegos y que en “The Fog” para completar su venganza los Piratas Fantasmas tengan que asesinar a 6 víctimas de Antonio Bay.
¿Casualidades? De lo que podemos estar seguros es que el director norteamericano contó con muchos más recursos económicos que el director español para realizar su película.
Quizá lo único que criticaría, específicamente a este grupo de películas, que es una característica que está presente en casi todo el terror europeo de aquellos años, es que la mayoría de sus personajes femeninos parecen concebidos en líneas generales para que sea explotada su desnudez en alguna escena erótica (lésbica o heterosexual) gratuita, y para ser las víctimas indefensas de sus agresores sobrenaturales, algo que lamentablemente no ayuda en ninguna de las cuatro entregas a cimentar la verosimilitud o la fortaleza argumental de la narrativa.
Más recientemente un director italiano, llamado Raffaele Picchio, decidió resucitar a los Templarios Ciegos y realizó una cinta llamada “Curse of the Blind Dead”. Como curiosidad aquí les dejo su tráiler:
Por ahora, todas las películas de la tetralogía de los Templarios Ciegos pueden ser conseguidas de manera gratuita en Youtube. Y vale la pena mirarlas, los Templarios Ciegos concebidos por el director y guionista español Amando de Ossorio, tienen bien merecida su inmortalidad en la historia del cine de terror mundial.
No conocía estas películas de los templarios ciego y Amando de Ossorio. Muy muy post
ResponderEliminarSon buenas pelis!
EliminarSi puedes echales un ojo.
Un abrazo.
Me falta mucho cine de género por consumir! Interesante selección de films de bajo presupuesto.
ResponderEliminarHay cosas muy buenas en el cine de género, tanto en el serie a como en el serie b.
EliminarSaludos!
Muy buena investigación, interesante incluso para los que no somos fans del cine de terror, felicidades!
ResponderEliminarHey.
Eliminar¡Gracias por leer y tomarte el tiempo de dejar un comentario!
Un abrazo.
buen trabajo, que podria uno proyectar a la realidades que nos toca vivir en tiempos de pandemia, el terror que vive mucha gente, hoy como se proyectaria en pelis serie B de la actualidad, que temario seria el que ajusta para estos tiempos, y cuales seran los moutros de ahora... felicidades Marcano...
ResponderEliminarEn este trópico revolucionario y ahora pandémico el miedo y la paranoia seguro podría dar a luz buenos proyectos.
EliminarYa veremos que nos trae el futuro.
Saludos!
Excelente!
ResponderEliminarBuenísimo!
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