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jueves, 3 de febrero de 2022

El Juego del Calamar: ¿Acaso es para tanto?

Por: Andreina Gutierrez.  

      "El Juego del Calamar" –al menos por ahora– es la serie más vista en la historia de la plataforma de streaming NETFLIX, estrenada el 21 de septiembre de 2021 –en el segundo año en la Pandemia de COVID19–, se convirtió rápidamente en un boom insospechado incluso para sus creadores, quienes no se imaginaron que, al menos fuera de Corea del Sur, llegara a llamar la atención de millones de personas alrededor del mundo- un curioso fenómeno que quizás solo sea posible por los cambios globales devenidos a partir de la cuarentena. Pero ¿A qué se debe esa viralidad? ¿Por qué se hizo tan famosa? ¿Realmente es tan buena? ¿Vale la pena ver los nueve capítulos de una hora aproximada de duración?

       Los análisis abundan, las discusiones por redes sociales han sido interminables, todo el mundo tiene una opinión al respecto, la nueva moda, la nueva tendencia del efímero mundo virtual.

       Comencemos por contar de qué se trata: un grupo de personas endeudadas deciden participar en diversos juegos para ganar un cuantioso premio, el asunto que no sabían, hasta el primer juego, es que quien perdiera moriría. 

S  P  O  I  L  E  R  S

        Todos los jugadores están atrapados en una isla, una especie de campo de concentración, a donde se les dan uniformes verdes con números y se los encierra en un amplio galpón con montañas de literas, mientras esperan que se les llame para cada uno de los juegos. Hay reglas estrictas, un orden muy definido, y unos guardias armados, con trajes llamativos y el rostro cubierto, se aseguran de que todo el mundo siga las instrucciones del juego. Evidentemente el número de participantes se va reduciendo a medida que avanzan los juegos, ya que no solo los que pierden son asesinados, también los que no siguen las reglas, los que intentan hacer trampas, e incluso los organizadores del juego promueven confrontaciones y peleas mortales entre los jugadores. Y es que sólo uno podrá ser el ganador.

       El nivel de violencia es cruda y por momentos despiadada, eso parece funcionar como uno de los principales atractivos. Pero en el primer capítulo un elemento llamó poderosamente la atención de todos los espectadores: la muñeca gigante del juego "Luz verde, luz roja". La imagen de la muñeca se viralizó en redes y detonó una especie de morbo no solo entre quienes ya estaban viendo la serie, sino que atrajo a más espectadores solo para descubrir de qué se trataba la serie de 'la muñeca gigante'.

       A partir de aquí hay ciertos elementos que generan un atractivo visual, especialmente para los espectadores más jóvenes, hecho que propició una de las mayores controversias alrededor de la serie: la gran cantidad de niños que estaban viendo un programa tan violento. Sin embargo la estructura de cada capítulo dejaba para el final la representación del juego de turno, haciendo que gran parte de la serie se tratara del drama de los personajes, quiénes son y por qué están ahí, y solo en los últimos minutos de cada episodio es que presenciamos las muertes sangrientas de los jugadores. Esto hizo que para muchos la serie se volviera aburrida y lenta, ¡porque había que esperar mucho para ver la sangre! Por lo que son muy altos los números de gente que empezó a ver la serie pero no la terminó, la moda y la curiosidad los llevó a verla pero en realidad no se engancharon. La extraña muñeca solo aparece unos minutos en el primer capítulo pero a pesar de esto se convirtió en uno de los símbolos más conocidos de "El Juego del Calamar".

         Luego tenemos la explicación de lo que significa el título de la serie: no es más que un juego infantil coreano en el que se dibujan en el suelo figuras geométricas que aparentemente se asemejan al cuerpo de un calamar, en el que los niños juegan a enfrentarse para evitar que alguien llegue a la cabeza del calamar y allí se proclame ganador. 

         He aquí el segundo elemento que resultó atractivo para las audiencias jóvenes e infantiles: el uso de juegos de la infancia, la mayoría son juegos coreanos, pero muchos también son conocidos en occidente, ya que son juegos infantiles universales. Los creadores de la serie argumentan que usaron estos juegos porque sus reglas son simples y fáciles de entender, pero es eso precisamente lo que hace más macabra la competencia, el hecho de que los perdedores de estos juegos infantiles que todos hemos jugado en algún momento de nuestras vidas, terminarán muertos de maneras tan despiadadas y sangrientas.

        El tercer elemento atractivo para los infantes y las audiencias en general, son los colores usados, específicamente en los uniformes de los guardias (rosado fucsia) y en ciertos lugares y momentos claves de la escenografía y de la puesta en escena, como las escaleras y pasillos que llevan a los jugadores a los lugares de juego. 

        Estos pasillos y escaleras resultaron particularmente llamativos para el ojo artístico occidental, ya que recrean una de las obras más conocidas del artista holandés del siglo XX M.C. Escher, y su pieza "Relatividad", perteneciente al grupo de obras llamados Mundos Imposibles, en la que muestra lugares físicamente imposibles de existir en el mundo real, ya que rompen las leyes de la física y crean efectos ópticos.


   Escher solía hacer sus dibujos a lápiz, en blanco y negro, por lo que representar su obra más conocida, en la serie en colores pasteles, la hace más cercana a las masas y a la vez mucho más impresionante. Evidentemente lo laberíntico de esta obra y su uso en la serie representa lo atrapados que están los jugadores, que creen conseguir salidas y atajos para salvarse pero que igual terminarán por encontrar la muerte. 

        Las discusiones de padres y maestros se dieron en muchos países por la preocupación sobre los espectadores infantiles de la serie, y aún a pesar de los elementos ya nombrados, nos seguimos preguntando que podría ser tan llamativo para que tantos niños y adolescentes se engancharan con una serie, que aunque tiene un argumento simple y mucha violencia, no está diseñada para este tipo de audiencia. Pero aún más, ¿por qué el resto del mundo se sintió tan atraído a "El Juego del Calamar"?. Más allá de la trama y la estética ¿por qué occidente “sucumbió” tan rápido a esta serie? A esta altura de la Pandemia muchos países se esfuerzan por funcionar con normalidad, las cuarentenas se han reducido en todo el mundo (a pesar de las diversas variantes y mutaciones del virus), ya no estamos tan encerrados como hace casi 2 años, así que el aislamiento y el aburrimiento no parecen excusas válidas para haberse enganchado tanto con esta serie. Tampoco la trama es particularmente original, el propio creador y escritor de la serie Hwang Dong-Hyuk, ha declarado que se basó en libros y películas sobre juegos de sobrevivencia como Los Juegos del Hambre. Entonces la clave aquí solo puede ser el país de origen de la serie.

         Los productos culturales de Corea del Sur han estado invadiendo occidente en los últimos años de una manera sigilosa pero contundente. Una vez conquistados por la tecnología, con muchas marcas coreanas desplazando a sus competidores asiáticos, China y Japón, el siguiente paso natural de conquista parecía ser la introducción de la industria cultural. Ya siendo conocidos y ampliamente consumidos los productos culturales japoneses, era de esperarse que los coreanos aprovecharan para colarse en el hemisferio occidental. Incluso la fama del "gemelo malvado" Corea del Norte, con sus insólitas historias de represión, adoctrinamientos y ejecuciones a diestra y siniestra, han hecho que Corea de Sur sea la nueva fiebre cultural de occidente. Primero fueron los Doramas coreanos o K-Dramas, series juveniles en su mayoría dramáticas, que podrían considerarse las telenovelas asiáticas; luego vino el K-Pop que parece estar muy cerca de desplazar a la música pop occidental, especialmente con la impresionante fama del grupo BTS en todo el mundo, con millones de adolescentes occidentales suspirando por galanes asiáticos. Y después el auge del cine coreano con películas como Old Boy, Tren a Busan, Peninsula y que tuvo su máximo hito de reconocimiento internacional con la película Parasite en 2020, que ganó el Oscar a Mejor Película, un logro notable para ser una cinta hablada en un idioma diferente al inglés, sobre todo si tomamos en cuenta que existe en ese galardón norteamericano una categoría en los premios para películas de habla no inglesa. Su director Bong Joo-ho también ganó el premio a Mejor Director ese año, quien por cierto en su discurso de agradecimiento pidió a los norteamericanos aprender a leer subtítulos, pues en el resto del mundo estamos acostumbrados a ver películas subtituladas.

          A pesar de este acercamiento cultural de occidente con Corea, es aún un misterio el porqué de la sensación mundial de "El Juego del Calamar". Lo que es seguro es que habrá una segunda temporada ya confirmada, que empezaría a filmarse este año.

         Entre los antecedentes a esta historia podemos encontrar una serie de películas con argumentos muy parecidas, una de las más famosas es la franquicia es SAW (El Juego Macabro); también podríamos encontrar similitudes con los filmes Escape Room, incluso nos hizo recordar una excelente película de los noventas, El Cubo.

         Sin embargo encontramos que hay un claro referente en el cual está basada "El Juego del Calamar". Se trata de la cinta de 2014 13 Pecados, adaptación del filme tailandés, 13 Game of Death,  que a su vez se basó en un manga llamado Maniac. El argumento de 13 pecados presenta a un hombre con problemas financieros que recibe una llamada para decirle que ha sido invitado a participar en un concurso en el que debe completar 13 tareas y por cada una que realice, recibirá un premio en metálico, pero las tareas se vuelven cada vez más complejas, extremas, e involucran humillación, actos de locura, acciones peligrosas e incluso delitos, y además la última tarea es demasiado terrible. El escritor de "El Juego del Calamar" ha hablado poco al respecto pero llegó a admitir que se basó en esta historia para crear la serie. Aún así prefiere centrar su basamento en los problemas reales que ha padecido la sociedad surcoreanas con la situación financiera, los niveles de endeudamiento de la población, la cantidad de gente sin vivienda (por cierto, uno de los temas tratados en la película Parasite) y cómo todo eso podría llevar a alguien a cometer actos extremos por dinero. Igualmente acusa a su sociedad de extremadamente consumista y materialista y critica al capitalismo en la figura de los "dueños del juego", los ricos que pagan toda la organización del juego. En el particular capítulo titulado "Los VIP'S", en el que presenciamos la llegada de un grupo de hombres blancos occidentales que hablan inglés (británicos y norteamericanos) que pagan por ver lo que les sucede a los participantes, hacen apuestas y se divierten en una especie de bacanal en la que todos usan máscaras de animales y hay sirvientes que incluso están dispuestos a satisfacerlos sexualmente, algo que recuerda a la escena del culto en la cinta Eyes Wide Shute (Ojos Bien Cerrados) de Stanley Kubrick.  

         Todo esto mientras miran en una pantalla gigante los intentos infructuosos de los participantes para sobrevivir. El divertimento de los ricos es el sufrimiento de los pobres, algo que hemos visto por ejemplo en casi todas las cintas de la franquicia The Purge

          Pero ¿por qué solo hay hombres blancos occidentales entre el grupo de Los VIP'S? ¿Por qué ninguno es coreano? ¿Acaso estamos ante un sesgo racista? Hay un claro mensaje contra el capitalismo occidental como perpetrador de ese materialismo en el que está imbuida la sociedad coreana. Quizás aquí el creador de "El Juego del Calamar" tiene un pequeño momento de debilidad y no puede evitar echarle la culpa a occidente.

        El personaje principal de "El Juego del Calamar" es un hombre común de bajos recursos, con poca educación, bonachón pero con inclinación hacia los juegos de azar, lo que obviamente lo lleva a pedir dinero prestado constantemente. Es así como es atraído a El Juego. Su motivación es su hija, a quien su madre, de la que él está separado, quiere llevársela fuera del país. Resulta casi increíble que este personaje se mantenga prácticamente incólume en su modo de ser bonachón y un tanto inocente, durante todo el proceso de los juegos, es solo hacia el final cuando le vemos sufrir una transformación, a consecuencia de una traición y el asesinato de un personaje. Esto lo convertirá en una especie de vengador que es lo que aparentemente nos espera en la segunda temporada.

         Cada uno de los personajes principales nestá bien definido, cumplen su función a cabalidad, esto a pesar de que la mayoría de ellos son bastante fáciles de predecir, otros son infinitamente conmovedores y sus muertes llegan en momentos que en algunos casos nos resultan inesperados, lo que supone una sorpresa y una pequeña apuesta (aunque cruel) de parte de los espectadores.

         En esta recién comenzada temporada de premios del cine y la televisión norteamericanos, ya hemos visto cómo "El Juego del Calamar" empezó a hacer historia al adjudicarse un Globo de Oro en la categoría Mejor Actor de Reparto para O Yeong-Su, y también al conseguir cuatro nominaciones para los Premios SAG Awards, pertenecientes al Sindicato de Actores de Hollywood, que por primera vez incluyen una serie hablada en un idioma diferente del inglés.

        Habrá que esperar a la segunda temporada para develar ciertas interrogantes que quedaron en el aire con un final bastante abierto, pero nuestra principal interrogante aún no ha sido contestada: ¿Realmente la fama de "El Juego del Calamar" se justifica? ¿Valió la pena verla por la moda, por el morbo, por la curiosidad o es tan buena así? Quizás la segunda temporada nos traiga las respuestas a esas interrogantes.

 

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