Por Sergio Marcano.
El agua turbia y putrefacta del río Guaire corre rauda entre las piernas y los brazos de Johnny, Rangel y Jefferson, quiénes afanosamente mueven los residuos sólidos que la corriente deposita en el suelo.
Hace tan solo una semana en esa misma zona del río Johnny se encontró una pulsera de oro brillando entre los desechos.
Desde entonces las expectativas de todos están muy altas.
Desde los autobuses que pasan por la avenida las personas les miran con curiosidad y nunca falta algún transeúnte que les grite:
Hace tan solo una semana en esa misma zona del río Johnny se encontró una pulsera de oro brillando entre los desechos.
Desde entonces las expectativas de todos están muy altas.
Desde los autobuses que pasan por la avenida las personas les miran con curiosidad y nunca falta algún transeúnte que les grite:
¡Salgan de ese mierdero!