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jueves, 28 de abril de 2022

Don't look up: ¡No mires arriba, ni abajo, ni a los lados!

Por: Andreina Gutiérrez.

Una de las cintas más llamativas y polémicas del año 2021, es Don't Look Up, dirigida por Adam McKay, director de comedias como Anchorman: The Legend of Ron Burgundy y Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby así como la oscarizada cintaThe Big Short, sobre el colapso financiero de Wall Street en 2008.

Don't Look Up mantuvo a la crítica especializada y a los espectadores divididos entre quienes la adoran y quienes no la soportan, lo que resulta ser uno de los puntos importantes de la cinta, pues nos muestra abierta y descaradamente la naturaleza humana, en medio de una crisis compleja y sin precedentes. Muchas personas se sintieron señaladas ya que básicamente ningún personaje se salva de ser moralmente reprochable en algún nivel, ergo, todo el mundo es insoportable.

S  P  O  I  L  E  R  S

Una estudiante de doctorado en Astronomía de la Universidad de Michigan, descubre por casualidad que un meteorito de grandes dimensiones se acerca a la Tierra. Entonces ella y su profesor se dan a la tarea de "intentar" dar a conocer al mundo la noticia, para que las autoridades hagan algo al respecto, ya que según sus cálculos, el meteorito se estrellará contra la Tierra en 6 meses. Sin embargo se encontrarán con que ni el gobierno, ni los medios, ni nadie, les prestan atención, desatándose una interminable cadena de situaciones absurdas, hilarantes y ridículas.

Evidentemente en el contexto actual, el meteorito podría representar algunos de los mas grandes problemas que enfrenta la humanidad, como el cambio climático o la pandemia del COVID, pero la sátira, que no solo es política, puede aplicársele perfectamente a casi cualquier asunto actual (como al desencadenamiento de una tercera guerra mundial a partir de la invasión Rusa a Ucrania, por ejemplo) que en mayor o menor medida es ignorado, manipulado o tergiversado por gobiernos y medios actuales. En nuestro mundo altamente polarizado, cualquier tema por ínfimo que sea, generará división de grupos y sobretodo una insufrible guerra de opiniones en las redes sociales, en la que cada bando, e individualidad, hará lo posible por imponer su punto de vista a los demás. No es que se trate de algo nuevo en la historia de la humanidad, es la velocidad e inmediatez de las comunicaciones actuales, en la que las noticias se dan justo mientras sucede el hecho, y con esa misma velocidad aparecen las opiniones, que en poco tiempo pueden distorsionar la realidad e incluso "cancelarla". Así, la metáfora del meteorito a punto de estrellarse contra la Tierra, es cualquier cosa que tengamos enfrente y que no queremos ver, por nuestra propia decisión, o porque alguien (un influencer, una cadena de televisión, un presidente) nos indujo a creer que esa realidad es irrelevante y no es relevante para ser tomada en cuenta.

En la cinta la Presidenta de Estados Unidos, interpretada por Meryl Streep, en una clara parodia del ex-presidente Donald Trump, crea una campaña propagandística titulada justamente como la película, No Mires Arriba, para convencer a la población de no prestar atención a la realidad, una muy terrible y que literalmente está encima de nuestras cabezas, porque ni los políticos, ni los medios, ni las masas, quieren  que pienses por ti mismo, pero es una campaña inútil, que solo sirve para comprar tiempo, porque el meteorito está ahí y tarde o temprano aplastará a toda la vida sobre la faz de la tierra.

El meteorito como recurso metafórico es insuperable porque, en efecto, puede ser real, en efecto, según los científicos hay fragmentos del espacio cayendo en la Tierra todo el tiempo, y los fatalistas, los teóricos de la conspiración de la comunidad, anuncian que en cualquier momento podríamos repetir el mismo destino de los dinosaurios. 

Sea literal o metafórico, el meteorito tiene un poder de aniquilación total, creas en él o no: lo mismo sucede con los grados de calor que suben año tras año derritiendo los cascos polares, y que alteran el curso de las estaciones, creando a su paso, olas de calor, sequias, tormentas sin precedentes, inundaciones, etc. Pero para muchos esto es un problema fabricado por los medios de comunicación. Otro ejemplo interesante de nuestra testarudez como raza, podemos encontrarlo en los testimonios de muchos miembros del personal médico en todo el mundo quienes afirman que muchos enfermos de COVID, incluso hasta su último aliento, son capaces de negar la existencia de la enfermedad.

En muchos casos nos condena nuestra ignorancia y nuestra soberbia, y en esa noción falsa de confort de que podemos crear nuestra realidad propia, independientemente de lo que demuestran los hechos facticos y pragmáticos de la realidad. Una característica qué nos convierte en un cúmulo de individuos que en su lucha personal por tener una opinión propia, relevante para otros, hasta en los más inocuos asuntos, puede llegar incluso a atentar contra la humanidad. En otra épocas la lucha por la verdad desató revoluciones que cambiaron el mundo y el curso de la historia, hoy estas “luchas”, por la libertad de pensamiento y de expresión se han prostituido hasta el punto de llevar a muchos a literalmente intentar tapar el sol (o el meteorito!) con un dedo.

La actriz Jennifer Lawrence interpreta a la estudiante Kate Dibiasky, la responsable de descubrir el meteorito. Un acontecimiento trascendental que la llevará a estar, en la duración de toda la cinta, en un estado animo de gran preocupación y ansiedad por la reacción de incredulidad y frivolidad que demuestra toda la gente a su alrededor al recibir la noticia del inminente fin del mundo. Desde los medios de comunicación hasta los mismísimos representantes del gobierno Norteamericano.

Una vorágine emocional de alarma, amargura y molestia al no encontrar una manera política y mediáticamente “correcta” para expresar y hacer entender la trascendencia del fin de la vida como la conocemos. Lo que la llevará a tener un colapso emocional en televisión en vivo, que la convertirá enseguida en blanco de burlas y de infinitos memes de internet que la descalifican, como ser pensante.

Y es allí donde radica una de las aristas más efectivas de la sátira propuesta por la película: En mostrarnos lo superficialidad de la sociedad contemporánea, en la inmadurez de la humanidad para comprender su propio futuro, su fin inminente. Un mundo lleno de idiotas de todo calibre, incapaces de entender o aceptar la realidad. Y que lo único que saben hacer es bullying para anular e invisibilizar al otro. Quizás es precisamente por eso que Don't Look Up ha sido comparada con la cinta Idiocracy, cinta en la que en un futuro distópico la población mundial literalmente se ha vuelto idiota, y que aún siendo obviamente una comedia, resulta increíble que alguien pudiera sobrevivir en un planeta donde nadie sabe o entiende que a las plantas hay regarlas con agua y no con bebidas gaseosas.

El personaje de Leonardo DiCaprio, el Doctor Randall Mindy, también sufre un ataque histérico en televisión ante la falta de atención que se le presta a la importante información que él y su estudiante tratan de comunicar al mundo.

Dicaprio que es conocido por ser un ferviente defensor del planeta y un muy insistente vocero de los peligros inminentes del cambio climático, en efecto aceptó hacer este personaje porque al igual que el personaje Dr. Mindy, el actor está desesperado por demostrarnos a todos en el mundo el peligro inminente que trae consigo el cambio climático, con la salvedad terrible, que en la cinta el meteorito no es algo provocado por los humano y en cambio climático si es nuestra responsabilidad directa.

Un personaje muy importante para la cinta es Peter Isherwell, CEO de la compañía tecnológica Bash, quien propondrá una estrategia para destruir el meteorito, al fracasar en esta tarea, Isherwell apela al plan B que ya tenía preparado y él y un pequeño grupo de millonarios y personalidades VIP, abordan una nave espacial y salen del planeta en busca de otro planeta habitable. Algo que vemos en una de las escenas post créditos. Una de las escenas más hilarantes de la cinta en la que los "sobrevivientes", luego de un viaje de miles de años en cámaras criogénicas, llegan a un planeta desconocido, al cual salen completamente desnudos de la nave y la, ahora ex presidenta norteamericana, es devorada por una criatura desconocida y autóctona del nuevo planeta.

Isherwell es claramente una parodia básicamente de Steve Jobs, aunque muchos críticos aseveran que podría estar basado también en personalidades como Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zukerberg o Bill Gates, cualquiera de estos multimillonarios y gurús tecnológicos.

Lo más curioso de este personaje es que está interpretado por el actor Mark Rylance, quien hizo el personaje de James Halliday, el creador del juego Oasis, en la cinta Ready Player One, dirigida por Steven Spielberg. Halliday al igual que Isherwell, es un magnate tecnológico, dueño de la compañía más grande y poderosa del planeta, pero además ambos comparten el tener un comportamiento y una gestualidad muy típica de personas extremadamente tímidas, con problemas para socializar y que se refugian en la tecnología para evitar la interacción humana. La diferencia radical es que Halliday es bondadoso y cree en las personas aunque no quiera acercárseles, en cambio Isherwell es un villano, que evita la destrucción del meteorito (plan del gobierno estadounidense) para capitalizar el metal del que está formado el meteorito para su explotación comercial.

El manierismo de Isherwell como persona asocial, generó críticas entre la comunidad autista, quienes aseguraron que el comportamiento del personaje: rechazo a los demás, falta de empatía, cero contacto visual, sonrisas aparentemente falsas, etc, son síntomas típicos de quienes están en el espectro autista, por lo que hacerlo un villano y exagerar y burlarse de esos gestos, ridiculiza a las personas autistas y los hace ver como potenciales seres malvados.

Don't Look Up nos muestra de manera descarnada a una sociedad incapaz de entender su propia realidad, una población superficial, incapaz de prestar atención y definitivamente decidida a evadirse. 

Pero este comportamiento no solo es a nivel personal, también el director critica abiertamente el proceder de los medios, convertidos todos en una especie de extensión de la página de chismes faranduleros TMZ, personificados en los reporteros del canal al que van los protagonistas a dar la noticia. Los periodistas en cuestión, interpretados por una magistral Cate Blanchet y un correcto Tyler Perry, son dos personas vacías y ridículas que en su afán de hacer "su trabajo" de entretener a las masas, no comprenden la gravedad de lo que están comunicando los dos científicos y solo minimizan su importancia, los interrumpen, hacen chistes tontos, dándole incluso más importancia al chisme del momento de la cantante de moda y el rompimiento con su pareja. Vale destacar que la cantante en cuestión es la famosa Ariana Grande, retratándose como la representante de una generación millenial necia, vacía y sin cerebro. 

Un ser incapaz de comprender lo que sucede a su alrededor, a menos que sea para sacarle algún tipo de provecho, como por ejemplo, escribir una canción sobre el meteorito que en el universo de la película termina por convertirse en un hit musical. 

 

Por su lado la presidenta de Estados Unidos, imbuida en un escándalo sexual, decide utilizar la información del mismísimo fin del mundo anunciado por los científicos, algo que parece no comprender en su totalidad, para lanzar su campaña de reelección. Una línea dramática que nos recuerda la cinta de 1996, Wag The Dog, protagonizada por Dustin Hoffman y Robert De Niro, en la que el gobierno norteamericano contrata a un productor de Hollywood para que "cree" una supuesta guerra con un país de Europa del este, y así evitar que salga a la luz un escándalo sexual que involucra al presidente. Una clara alusión al caso del presidente Bill Clinton y la pasante Mónica Lewinsky, el escándalo no se pudo tapar en la vida real pero Clinton no quedó tan mal parado como todos esperaban.

De la presidenta también vale la pena resaltar la relación con su hijo, interpretado de manera efectiva y jocosa por Jonah Hill, que es su asistente personal, y a quien la mandataria trata como un sirviente, y que, por lejos, resulta ser el personaje más idiota de toda la cinta, alguien que incluso llega a hacer comentarios sexuales inapropiados sobre su propia madre y a quien ella finalmente olvida cuando se va del planeta en la nave espacial de Isherwell. Pero que en la segunda escena post créditos termina por ser el último hombre vivo sobre la faz del planeta tierra.

Las situaciones en Don't Look Up se exageran al máximo, pero aún así lucen creíbles y hasta verosímiles a pesar de lo hiperbólico y lo ridículo. El mejor ejemplo es que la protagonista, Kate Dibiasky, pasa toda la película obsesionada con el hecho de que un general en la Casa Blanca les cobró una comida que era gratis. El hecho es tan absurdo, que ella no puede dejar de hablar de eso, no entiende por qué el general hizo eso y nosotros como espectadores tampoco: es la naturaleza humana, hacemos estupideces sin sentido, quizás ese general representa el sinsentido del comportamiento humano, el que veremos en mayor o menor medida a lo largo de la cinta. Y que ella esté tan obsesionada con ese acontecimiento nos dice que no todo en la película debe tomarse a chiste, no todo es para reírse del absurdo y seguir de largo, el director quiere con esto enfatizar que hay que preocuparse por la gente, por la humanidad, que debemos preguntarnos por qué actuamos así, que debemos detenernos y reflexionar sobre nuestro comportamiento como sociedad, es un "no te rías que es en serio"

Por otro lado la sociedad representada en la cinta es una parodia de sí misma, nadie está excento de comportarse de manera infame de un modo u otro: la protagonista es una gritona histérica, el profesor le es infiel a su esposa, la presidenta es una egomaníaca, el general roba dentro del Casa Blanca, los presentadores de televisión son superficiales y se burlan y humillan a sus invitados, es un infinito desfile de seres infames.

Cuando ya el fin de los tiempos es inminente, vemos en una toma aérea el techo de un edificio donde se lleva a cabo una gigantesca orgía, cientos de cuerpos desnudos retorciéndose unos sobre otros, la bacanal del fin del mundo. Un chiste tópico, asumir que ante la destrucción del mundo, lo único que nos quedará será entregarnos a los placeres de la carne. Casi cualquier mal comportamiento humano es retratado en la cinta, todo mundo suelta sus demonios y a medida que se acerca el día final todo se va volviendo más caótico y sin esperanza, ya nada importa porque todos nos vamos a morir. 

Pero en la escena final (pre creditos) hay algo de redención, una familia y un grupo de amigos que se reúne para esperar el fin, se perdonan los pecados mutuos, una hermosa plegaria es dicha, y aunque nadie se salvará, el espectador queda con un dejo de alivio por la redención de los protagonistas. Somos humanos, cometemos errores y más en situaciones desesperadas, es nuestro instinto de supervivencia, no estamos locos, es la reacción normal ante un evento catastrófico, ¿qué más podríamos hacer?

Don't Look Up es como ver los intríngulis de lo que no vimos en las cintas clásicas de meteoritos de los 90', como Armagedon e Impacto Profundo, que nos mostraban precisamente todo lo que hacía la humanidad para acabar con el meteorito y sobrevivir después, pero mostraba poco el manejo de la noticia por parte de los medios, o de cómo asumía la población en general el inminente final, más allá de la tópica histeria colectiva. 

Don't Look Up es una inteligente sátira política, capaz de hablarnos de la naturaleza humana, de las relaciones interpersonales en momentos críticos y que es capaz de desnudarnos tal cual somos, egocéntricos a más no poder, una especie que incluso al borde de la extinción es incapaz de entenderse a sí misma. Lo que lejos de ayudar, solo sirve para acelerar su final.


 

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