Ataques e invasiones extraterrestres del mundo vegetal. Parte II.
Por Sergio Marcano.
Las plantas son más habilidosas de lo que pensamos con frecuencia, si hacemos un poco de memoria, recordaremos que son ellas las responsables del extraordinario proceso químico que nos permite tener aire para poder respirar en el planeta tierra (la fotosíntesis)
El nacimiento de sus primeras formas de vida (las algas) data de al menos 2.000 millones de años, y las primeras plantas terrestres tienen al menos unos 500 millones de años. los mamíferos nacieron mucho después; tienen tan solo 65 millones de años evolucionando en el planeta, y en ese grupo los homo sapiens, los seres humanos, somos aun más jóvenes, ya que tenemos solo unos 200.000 mil años es decir, somos al menos unos ¡435 millones de años mas jóvenes que las plantas!–. Son ellas además la forma de vida más grande y extendida de nuestro planeta, y, como si fuera poco, son las encargadas de producir buena parte de lo que comemos (de lo que comen los animales), de lo que vestimos, cura nuestras enfermedades, etc.
A lo largo de la historia el cuestionamiento acerca de si esta forma de vida posee inteligencia, ha generado los más acalorados debates en los círculos de biólogos alrededor del mundo; sin ser un especialista en el tema, solo puedo suponer que si las plantas no manejasen diferentes formas de inteligencia no habrían logrado sobrevivir por tantos millones de años; ni creado en ese tiempo la inmensa variedad de relaciones simbióticas que podemos observar en todos los ambientes y ecosistemas en los que echaron sus raíces y prosperaron.
En la literatura, el cine, la televisión y el comic, está discusión también parece haberse inclinado hacia la teoría de la existencia de la inteligencia de las plantas; estos silenciosos y enigmáticos seres vivos que aun sin poseer formas físicas ligadas de ninguna manera con el mundo animal (picos, garras, materia gris) –sean terrestres, creados en un laboratorio o vengan del espacio exterior– siempre terminan por sorprender a los más soberbios e ingenuos personajes a los que se enfrentan en el universo de la ficción.
– ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS –
Una de las plantas más fascinantes en la historia del cine nace de la fértil imaginación del alucinado realizador Roger Corman y el guionista Charles B. Griffith.
"The Little Shop of Horrors" (1960) Dir. Roger Corman.
Audrey Jr. es una Venus Flytrap -Dionea atrapamoscas (una especie de planta carnívora) - que germina de unas semillas compradas a un japonés. Mientras crece, su jardinero Seymour, (interpretado por Jonathan Haze), descubrirá que su pequeña nueva planta puede habla, posee cierto grado de inteligencia y se alimenta con sangre humana.
Al principio Seymour la alimentará con su propia sangre y a medida que crece la exótica apariencia de la planta traerá popularidad y prospera vida económica a la floristería en la que trabaja. Lo que hará a Seymour a ganarse el respeto de su jefe (Mel Welles) y de su compañera de trabajo Audrey (Jackie Joseph) de la que está secretamente enamorado.
Pero el apetito de Audrey Jr. será cada vez más grande y más difícil de satisfacer; lo que, terminará por obligar a Seymour a buscar diferentes victimas humanas en su entorno con las cuales alimentar a la planta.
Una película abiertamente serie b, con un sentido del humor particular, que mezcla el “slaptick” (comedia física), con sketches que muestran la decadente vida de un esperpéntico grupo de personajes, entre los que podemos encontrar: hombres de baja autoestima, jefes esclavistas, madres alcohólicas, mujeres abusadas por sus parejas, médicos sádicos, pacientes masoquistas, etc. Y que debe mucho de su fama a todos los intríngulis que rodean su filmación (que fue realizada en tan solo 3 días de rodaje), así como por tener uno de los primeros papeles que interpretó Jack Nicholson.
Esta película fue re versionada como obra de teatro musical por Alan Menken y Howard Ashman en el año de 1982. Luego a mediados de la década de los 80s, fue llevada de nuevo al cine, esta vez basando su premisa narrativa más en el guion del musical que en el de la película original.
"Litle Shop of Horrors" (1986) Dir. Frank Oz.
En esta versión la planta es una criatura extraterrestre. La vemos ser transportada a nuestro planeta por un rayo eléctrico en el aciago día de un eclipse solar.
Seymour (Rick Moranis), sigue siendo un hombre de poca inteligencia y baja autoestima; compra la planta y la lleva a la florería en decadencia en la que trabaja con su jefe Mr. Mushnick (Vincent Gardenia) y Audrey (Ellen Greene), una mujer de curvas exuberantes, atrapada en una relación emocional tóxica con un dentista (Steve Martin) que disfruta de manera sádica el dolor que infringe a quienes les rodean -en especial a sus pacientes-.
Aquí Audrey II es una planta parlante/cantante, que a medida que crece –alimentada por la sangre de Seymour y por un grupo de cadáveres que él le consigue– comienza a moverse con la ayuda de sus ramas y raíces desarrollando habilidades motoras como para sacar una moneda de una caja registradora, marcar una llamada telefónica en un teléfono de disco, hablar por teléfono, accionar un arma, etc. Es también una planta manipuladora, con una inteligencia definitivamente superior a la humana.
Una película con una oscura puesta en escena, con un guion pesimista, con un muy logrado sentido del humor interpretado en cameos y pequeños papeles por muchos de los más famosos comediantes en la Norteamérica de los años 80s. Memorable es el pequeño papel de Bill Murray como el paciente masoquista en el hilarante gag de la cita al dentista (sádico vs masoquista). Y que además posee muy buenos números musicales.
Luego del triste desenlace –en la versión del corte del director– podemos ver plantas enormes como “Kaiju” destruyendo puentes, líneas de trenes, edificios; ciudades enteras con gente desesperada corriendo en todas las direcciones. Plantas perversas e invulnerables a todas las armas de los militares que las enfrentan.
30 años después, En el año 2006, es publicada “The Ruins” un libro de Scott Smith (de nacionalidad Norteamericana); la historia en cuestión gira alrededor de un grupo de veinteañeros norteamericanos que van a México de vacaciones y que visitan una zona Maya, en la que crece una de las plantas más aterradoras que ha imaginado la raza humana hasta ahora: una planta carnívora, con inteligencia propia, capaz de imitar sonidos y de mover su cuerpo de enredaderas a voluntad. Y que puede esparcir sus esporas dentro del cuerpo de aquellos que tocan sus hojas o raíces.
Un enemigo insospechado, muy difícil de comprender, más inteligente de lo quienes se le enfrentan pueden llegar a suponer de buenas a primeras.
“Eric imaginaba que allí, justo debajo de las costillas,
había una especie de vacío, una cavidad natural del cuerpo
que la planta intentaba ocupar, enroscándose mientras crecía,
empujando los órganos, exigiendo más y más espacio con
cada segundo que pasaba. Pensaba que si se hacía un corte
allí, aunque sólo fuera una incisión diminuta, la planta se
asomaría, saldría a la luz, manchada de su sangre, como
un terrorífico recién nacido, retorciéndose y contorsionándose,
con las flores abriéndose y cerrándose, una docena de
pequeñas bocas pidiendo comida”
(Smith, 2006: 193)
Un libro sorprendente y aterrador. Con una construcción narrativa llena de paranoia, con escenas fascinantes a la vez terribles y viscerales.
La versión fílmica de esta historia intensa (con un guión escrito por el mismo autor) se estrenó solo dos años después de la publicación del libro, en el 2008, recibiendo el mismo título que la novela.
"The Ruins" (2008) Dir. Carter Smith
Una película que en líneas generales conserva los mismos acontecimientos y personajes de la novela original; y que logra recrear con mucho acierto al terrible enemigo que supone la planta para todos los que entran en su territorio.
En la película, la mina abandonada del libro se convierte en una ruina maya, un lugar que le da un origen más complejo (pero igual desconocido) a la planta maldita, un lugar custodiado por una población de hombres y mujeres salvajes, quienes le temen a la planta como un peligroso secreto milenario que a toda costa debe permanecer contenido y oculto para el mundo contemporáneo. Una labor que les hará asesinar a sangre fría a todos aquellos que se hayan contaminado con las esporas de la planta y pretendan abandonar esos espacios.
Una película de terror, sumamente efectiva, con un muy buen pulso dramático y que está llena de altas dosis de tensión, suspenso y terror.
…
En el 2019 la austriaca Jessica Hausner y la guionista Géraldine Bajard conciben una planta compleja e interesante: Litle Joe; que parece satirizar el cambio que produce el uso común de drogas psicotrópicas (anti depresivos, anti ansiolíticos, estabilizadores del ánimo, anti psicóticos, etc.) empleados por la sociedad moderna para reducir padecimientos psíquicos y neurológicos.
"Litle Joe" (2019) Dir. Jessica Hausner
Alice (Emily Beecham) es una bióloga que trabaja desarrollando nuevas especies de plantas para una empresa privada. Una mujer divorciada que vive con su hijo adolescente.
Su proyecto personal es una planta interactiva, que necesita que le hablen, la toquen, la rieguen, la cuiden; y la planta, a cambio de esta atención, emite un olor que promueve la felicidad en su jardinero. Una toxina, parecida a la oxitocina (La hormona que hace que las madres quieran a sus hijos recién nacidos)
Se nos explica también que la planta fue diseñada estéril y que es incapaz de propagarse sin la ayuda humana.
Extrañamente poco a poco, en el laboratorio y en algunas pruebas de mercado realizadas antes de que la planta salga a la venta, todos los que huelen la flor parecen cambiar y actuar de una forma menos emocional con sus seres queridos y con su entorno. Hijos que no reconocen a sus padres, esposas que ya no se interesan por el bienestar de sus maridos, etc. Una deshumanización que les llevará a solo interesarse en el bienestar de la planta –un guiño claro a los “the Pod peoople” (la gente vaina) de Invasion of the body snatcher–.
En el laboratorio, intentando tomar acciones para destruir la planta y parar al virus patógeno que cambia la química de los cerebros, la doctora es atacada por su asistente y obligada a inhalar el polen de la planta.
A partir de ese momento, ya sin trabas de ningún tipo, Litle Joe participará en eventos en los que será premiada y vendida a hospitales y salones de clases en toda Inglaterra y el mundo.
…
La ira de la Naturaleza
En las dos películas de las que hablaremos a continuación, la naturaleza dejará de ser un ente pasivo y pasará a tomar acciones directas y contundentes contra los humanos; en un intento claro por diezmar al mayor numero posible de nuestra población.
"The Happening" (2008) Dir. M. Night Shyamalan
En un día cualquiera, sin explicación alguna, comienzan a sucederse suicidios colectivos masivos que escapan a toda lógica y explicación racional. Nuestro protagonista es Elliot Moore (Mark Wahlberg) un profesor de ciencias de una secundaria en Filadelfia.
El primer “evento” se sucede en el Parque Central Park, de la ciudad de New York donde se sospecha que fue liberada una especie de toxina química en el aire. Las victimas pasan por tres etapas:
1.– Confusión al hablar.
2.– Desorientación, pérdida de dirección.
3.– Suicidio.
Escapando del ataque que todos presuponen es de un grupo terrorista, Moore, su novia (Zoey Deschanel), su colega –profesor de matemáticas– y amigo Julian (Jhon Leguizamo) y la hija de este; suben a un tren y se dirigen a Pensilvania. Sin embargo los suicidios colectivos comienzan a sucederse en otras partes de Norteamérica y son evacuados en una pequeña estación de tren a las afueras de Nueva York. Queda claro para todos los pasajeros que en ningún lugar se está seguro.
En la televisión de un pequeño café, observan a una animadora explicar la manera en la que funciona la neurotóxina:
Animadora del Televisor
…nuestro cerebro viene equipado con un
mecanismo de auto preservación que evita que
hagamos acciones que nos hagan daño. Eso está
controlado por una combinación de señales
electroquímicas en el cerebro. El bloqueo de
ciertos neurotransmisores por ciertas toxinas, ha
probado alucinaciones, asfixia y parálisis. Esta
nueva neurotóxina está básicamente bloqueando
este mecanismo de preservación, bloqueando los
neurotransmisores en un orden especifico, causando
efectos catastróficos.
Diálogo extraído de "The Happening" (2008) Dir. M. Night Shyamalan
Poco a poco Moore comienza a entender la compleja lógica detrás de los ataques: El fin de las abejas, la contaminación de los océanos y del medio ambiente. La naturaleza ha comenzado a reaccionar contra humanos y cuando los arboles notan a un grupo grande de personas liberan sustancias neuroquímicas letales para el ser humano.
Intentando sobrevivir Moore guiará a un grupo de personas por parajes cada vez más despoblados y violentos, hasta que solo quedan él, su mujer y la hija de su colega de la universidad.
“El evento”, termina de improvisto, del mismo modo en que comenzó. En la televisión –una vez más– nos dan una posible interpretación de lo que acaba de suceder.
HOMBRE Televisor:
“…la mayoría de los ambientalistas sienten que
este evento es como la marea roja en el océano,
pero en lugar de que las algas maten a los peces,
esto sucedió en la tierra, ahora las plantas y los
árboles no pueden levantarse y moverse cuando
se sienten amenazados como otras especies,
tienen única opción, evolucionar rápidamente
su química
Diálogo extraído de "The Happening" (2008) Dir. M. Night Shyamalan
Antes de terminar el metraje de la cinta veremos a un grupo de franceses ser atacados por las mismas neurotóxinas. Intuimos que “El evento” comenzará a sucederse ahora globalmente.
"Gaia" (2021) Dir. Jaco Bouwer
Gabi (Monique Rockman), una agente forestal se ve obligada a adentrarse en una selva sur africana tratando de recuperar un drone. Mientras Winston (Anthony Oseyemi), su compañero de labores, la espera en un bote a la orilla de un rio.
El pequeño aparato es encontrado por Barend (Carel Nel) y su hijo Stefan (Alex Van Dyk), un par de personajes que parecen estar viviendo una vida post–apocalíptica, vestidos con taparrabos, utilizando lanzas, etc.
Preocupado por lo mucho que tarda su compañera de trabajo Winston se interna en la selva y es acechado y perseguido por un hombre irracional, que tiene la cabeza y buena parte del torso cubierta por hongos y por flores.
Poco a poco entenderemos que la selva de esta película es una entidad sintiente, capaz de liberar esporas que producen sueños alucinógenos y que además son las semillas de un hongo que se alimenta de los ojos, los pulmones, el cerebro de sus víctimas y que terminan por convertir a quienes las respiran en criaturas irracionales y eventualmente en arboles. Unos seres, que en sus primeras faces de desarrollo, nos hacen rememorar a los infectados (también por un hongo) del popular video juego (y próximamente serie de televisión) “The last of us”.
Barend, que es un estudioso del fenómeno que se sucede en el bosque, nos lo explica de la siguiente manera:
BAREND
El organismo más grande del planeta vive aquí
mismo, debajo de nosotros. Más Viejo que la
historia de la humanidad, y ha estado creciendo,
esperando, madurando, y está listo para expandirse.
Diálogo extraído de "Gaia" (2021) Dir. Jaco Bouwer.
En un agujero en el tronco de un árbol centenario Barend incluso se postrará a orar a esta fuerza natural.
En un diario del científico, Gabi encontrará otra pista acerca de esta entidad natural y de su propósito:
La raza humana se encuentra en el primero de
muchos puntos de inflexión, no dispuestos a
cambiar y listos para destruirse a sí mismo.
Todo lo que necesita es un empujón. Estamos
a punto para presenciar el ajuste de cuentas
más grande de todos los tiempos.
La presencia de Gabi y la influencia que comenzará a tener sobre su hijo, llevará a que Barend pierda la razón, Gabi convence entonces a Stefan para que abandone la selva y regrese a la civilización. Antes de terminar veremos al joven deambulando lacónicamente por una ciudad vacía.
…
Antes de pasar a las conclusiones de este pequeño compendio de ¿Terror botánico?, ¿Horror ecológico?; tengo mencionar algunas películas, comics y series de TV que fueron excluidas de la selección final; en primer lugar dos películas japonesas que abordan de alguna manera las consecuencias del holocausto nuclear, películas extravagantes, desenfadadas y que sin ningún tipo de pudor tienen narrativas que bordean la psicodelia Serie B: “Matango: Attack of the mushroom people” (1963) de Ishiro Honda, una película de culto japonesa, en la que un grupo de náufragos que llegan una isla desierta se ven forzados a comer hongos radioactivos que poco a poco les harán mutar hasta transformarlos en híbridos mitad humanos, mitad hongos.
“Godzilla Vs. Biollante” (1989) Dir. John De Bello. La historia de un científico que mezcla células de Gozdilla, una planta de rosa y su hija fallecida, creando una planta monstruosa llamada Biollante. Una película bastante desigual recomendable solo para “hardcore fans” del genero Kaiju.
Otra película que tenemos que tomar en cuenta, por su particular tono paródico, y porque resulta un placer culpable para muchos amantes del cine internacional es: “Attack of the killer tomatoes” (1978) de John de Bello, la historia de un grupo de tomates que, sin razón aparente, comienzan a atacar a los humanos –una película que a pesar de su talante abiertamente Serie B, y tuvo 3 secuelas y una serie animada de televisión–
Y finalmente “Swamp Thing” un popular Comic de DC. Creado por Len Weiny y el artista Bernie Wrightson; que cuenta la historia de Alec Holland un científico que luego de sufrir un atentado provocado por sus rivales, termina convertido en un monstruo vegetal, pensante, sintiente, con fuerza sobrehumana y la capacidad de controlar toda la vida vegetal. Un argumento del cual, sin mucha ventura, se han hecho ya dos versiones cinematográficas, “Swamp thing” (1982) Dir. Wes Craven y “Swamp Thing Return” (1987) Dir. Jim Wynorski; así como también dos series televisivas: una de 1990/93 y otra más reciente en el 2019.
…
– CONCLUSIONES –
El universo es más vasto de lo que podemos imaginar; pero si nos ceñimos al concepto de vida del que provenimos en el planeta tierra: la vida surgiendo y evolucionando en la zona habitable en la órbita alrededor de una estrella (el sol); y acto seguido pensamos en la cantidad de estrellas con exoplanetas, ubicados en zonas habitables (seguramente conocerán alguno de los que han sido avistados hasta ahora por los más variados estudiosos del espacio), la probabilidad de que existan mundos potencialmente aptos para la vida, tal y como la conocemos, es mucho más grande de lo que pueden observar los astrónomos con la tecnología que posee actualmente la raza humana.
En esta misma línea de pensamiento sería fácil elucubrar que dependiendo de las condiciones de vida en cada uno de estos exoplanetas, las variables en los procesos evolutivos, podrían ser infinitas. Por lo que cualquier forma de vida evolucionada, más joven, más longeva, incluso pensante, es bastante plausible. (“The thing from another world”, “Litle shop of horrors”)
En 1908 un químico Sueco llamado Svante Arrhenius publicó un libro llamado “Worlds in the Making: The Evolution of the Universe” en el cual se postula la hipótesis del panspermismo, una teoría que sugiere que la vida se propagó por el universo gracias a bacterias impulsadas por la presión de la luz. Ese parece ser el principio científico y conceptual en el que se inspira el cuento de Jack Finney “The body snatcher” (Los usurpadores de cuerpos) y en todas las películas filmadas con el mismo argumento.
Recapitulemos entonces: de un momento a otro, guiado por azarosos vientos interestelares, provenientes de una galaxia desconocida, llega a nuestro sistema solar, se acerca a nuestro planeta y entra a nuestra atmosfera una nube de microorganismos parasitarios que son capaces de duplicar célula a célula y suplantar a cualquiera de los seres vivos del planeta. Creando, en un puñado de horas, un ser hibrido, mitad humano (con su cuerpo y sus recuerdos), mitad extraterrestre (sin ego, incapaz de sentir emociones, con conocimientos milenarios de la raza de microorganismos y que solo pueden vivir 5 años de vida).
De manera hipotética, podríamos asumir que esta invasión es un proceso arbitrario proveniente de la naturaleza del universo… Entonces me pregunto; ¿Este concepto nos habla de De la supervivencia del más apto?, ¿De un proceso evolutivo?, ¿Involutivo?, supongo que habrá que tomarse el tiempo para consultar seriamente dos importante –y extensos– clásicos que versan sobre la selección natural, como lo son el “Ensayo sobre el principio de la población” (1798) del economista inglés Thomas Robert Malthus, y al “El origen de las especies” (1859) del científico naturalista Charles Darwin para tener un panorama más claro al respecto.
Pero mientras dilucidamos esas interrogantes, lo que si podemos afirmar con seguridad es que el libro plantea el enfrentamiento entre dos concepciones del mundo radicalmente antagónicas: Humano vs post humano. Por un lado la del hombre que se maneja en el ideal humanista medieval antropocentrista (occidental, blanco, burgués, heterosexual) como centro y medida de todo; que se resiste a perder, la emocionalidad en las que cree reside su humanidad y su propia alma.
“Hombre de Vitruvio” de Leonardo da Vinci
Un ideal que es señalado por algunos estudiosos y pensadores críticos del mundo, como una de las raíces más profundas del colonialismo, la contaminación del planeta, el racismo, la extinción masiva de especies, el sexismo, la homofobia y muchos otros males que caracterizan la tóxica relación de los seres humanos con su propia naturaleza y con el entorno.
“…Históricamente, la idea de "lo humano" se ha utilizado
para oprimir a cualquiera (y lo que sea) que se consideraba
"no humano". La filósofa Rosi Braidotti señala que nuestra
comprensión de "lo humano" se basa en el concepto del
Hombre de Vitruvio de Da Vinci, 1490. Ella argumenta que
los esclavos, las poblaciones nativas y las mujeres fueron
históricamente excluidos de la categoría de lo que ella llama
"plenamente humanos". En consecuencia, se les prohibió
disfrutar de los mismos derechos que el hombre blanco. Por
lo tanto, el humanismo está lejos de ser inocente: viene con
el equipaje de la supremacía occidental, el patriarcado y la
Y por el otro lado la del fusionado humano/extraterrestre, el post humano, que racionalmente no ve nada malo en su nuevo estado; que rompe radicalmente con todos estos patrones medievales acerca del “deber ser” y de la concepción de centro del mundo, y que parece comprender la existencia como parte de algo más vasto y complejo.
Así lo entendemos en la película “Invasion” (2007) donde, en medio del drama de supervivencia de la protagonista, podemos observar a los líderes de este nuevo mundo estrechando lazos y creando acuerdos para lograr la paz en el planeta.
¿Será que lo que necesita la raza humana para lograr “el despertar” y pasar a un estado más elevado de conciencia es una invasión extraterrestre?
Antes de responder a esta interrogante, recordemos un par de ideas importantes en el argumento original de la historia de Jack Finney, y es que si esta raza alienígena puede tomar cualquier forma de vida del planeta y solo tienen una expectativa de 5 años de vida, estaríamos hablando de que en cuestión de algunas décadas estas criaturas parasitarias serían capaces de arrasar con la totalidad de la vida del planeta tierra; por lo que, combatirlos luce como la mejor de las opciones.
…
Otro argumento estremecedor, quizás porque nos habla de la caída de la sociedad, y de la supervivencia de un puñado de gente –una premisa, siempre efectiva e interesante– la encontramos en “El día de los Triffidos” la novela de John Wyndham así como en todas las versiones fílmicas y televisivas que vinieron después de la publicación del libro.
De pronto, una mañana cualquiera, el 98% de la población del mundo está ciego. Toda la cadena de producción (alimentos, combustibles, etc.) del planeta ahora está detenida y sin posibilidades de reiniciarse. La humanidad está de rodillas y es solo cuestión de tiempo para que poblaciones enteras, ciudades, países, continentes se encuentren con su inevitable destrucción: Hambrunas, enfermedades, etc.; están a la vuelta de la esquina. El mundo como lo conocemos ha llegado a su final y solo un puñado de personas –videntes– podrán reorganizarse para salvar a algunos, preservar los conocimientos y a futuro levantar de nuevo la sociedad. Pero primero tendrán que sobrevivir a la amenaza, de “los Trifidos” una planta creada por el propio hombre, que al igual que el monstruo de Mary Shelley –en la novela Frankenstein– regresa en busca de su creador. Una planta pensante, violenta, que de alguna manera parece encarnar la venganza de la naturaleza.
Mansen (el protagonista) a lo largo del argumento será testigo presencial en la concepción de al menos 3 tipos de sociedades distópicas; en una de ellas los hombres (ciegos) son una carga sacrificable y las mujeres (ciegas) solo son vistas solo como un útero fértil para la reproducción. En otra de ellas son prioritarios los valores cristianos (la moral es el norte principal) y una tercera, militar, en donde los ciegos de ambos sexos son útiles y en el que la que la formación de un ejército para defender la soberanía del Estado sería la misión principal de los ciudadanos.
Unos experimentos sociales interesantes a nivel conceptual, que hacen rememorar inmediatamente al “El Cuento de la Criada” (1985) de la canadiense Margaret Atwood (y a su popular versión televisiva) en la que un orden represivo instaura una sociedad en la que la mujer es solo útil como útero reproductivo de un pequeño grupo de machos dominantes.
La concepción de sociedades utópicas y distópicas siempre será una fuente de inspiración en el universo de la ficción, quizás porque todavía la raza humana se enfrasca en guerras desproporcionadas por el tipo de organizaciones políticas que queremos en nuestro entorno, por el tamaño de nuestras territorios, por diferencias conceptuales en la escogencia de nuestros modelos políticos, morales y religiosos, etc. Y porque aun no hemos sido capaces de encontrar modelos compatibles y sustentables con los ritmos de producción y recuperación de la naturaleza.
Es precisamente esa incompatibilidad hombre/naturaleza de nuestras sociedades actuales lo que da pie a la creación de los argumentos de otras películas como “The Happening” y “Gaia”. En los que una naturaleza sintiente, pensante, comienza repentinamente a tomar acciones para retomar el equilibrio y sobrevivir a nuestra interacción inconsciente y destructiva con los ecosistemas naturales y con el resto de los seres vivos que comparten el planeta con nosotros.
Y es que en la burbuja de las sociedades modernas, siempre rápidas satisfaciendo las necesidades de quienes pueden costearlo, parece cada día más necesario recordar que desde la revolución industrial de los 1800s hasta la fecha de hoy, el crecimiento exponencial de los seres humanos, de sus ciudades, sus campos de cultivo, su ganadería, de la explotación y uso de combustibles fósiles, etc. Ha generado una forma de consumo que hasta ahora solo puede satisfacerse con un extractivismo rapaz que cada vez deja menos tiempo a la naturaleza para lograr su regeneración.
Como un recordatorio de eso existe: el "Día de la Sobrecapacidad de la tierra", un día que “celebra” la fecha en la que usamos todos los recursos naturales que el planeta es capaz de producir en un período de 12 meses; (en el año 2022 este día fue celebrado el 28 de julio).
Datos que demuestran de manera contundente como los modelos de consumo de las sociedades contemporáneas, son los responsables de generar el calentamiento global, la contaminación del plástico, la desforestación de selvas, la acidificación de los océanos, la contaminación atómica y la extinción masiva de diferentes especies. Un impacto geológico tan grande en el Holoceno) que ha llevado a pensar que los seres humanos hemos inaugurado una nueva etapa geológica llamada el Antropoceno:
La Época del Antropoceno es una unidad no oficial
de tiempo geológico, utilizada para describir el período
más reciente en la historia de la Tierra cuando la actividad
humana comenzó a tener un impacto significativo en el
Sobre esto, Stefano Mancuso director del Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetal de la Universidad de Florencia, un importante científico, e investigador del mundo botánico, dice al respecto:
“…Si piensa todos los desastres que hemos hecho en los
últimos 15.000 años, ¿cómo pensar que el hombre pueda
sobrevivir cuatro millones de años más? Imposible de
imaginar. Y debería ser posible para hacer la media de
los demás. Mirada la vida así, no somos mejores que las
otras especies…
…Somos la única que destruye el ambiente que ayuda
a su supervivencia.
No somos mejores, somos peores, estúpidos como especie…
…Somos como niños que usan el maravilloso instrumento
que nos han regalado, el cerebro, de la peor manera posible…”
Complejas verdades que muchos de nosotros nos negamos a tomar en cuenta y que los gobiernos del mundo se niegan a considerar seriamente –porque de hacerlo irían en contra de los intereses económicos de sus corporaciones transnacionales–
…
Antes de terminar; hablando ahora de temas más fáciles de digerir, no podemos dejar de dilucidar una interrogante crucial para esta investigación: ¿Cuál es la planta más aterradora de todas las que hemos conocido en este pequeño compendio?
Supongo que la respuesta variara dependiendo del criterio de cada cual, para mí, ¡Sin lugar a dudas!, la planta prehispánica Maya de las ruinas imaginada por el libro de Scott Smith es la más terrible de todas las especies de plantas que hemos conocido. Esta planta carnívora además de poseer inteligencia, se sabe subestimada, conoce a su presa; y lo más terrible de todo, puede entrar al cuerpo de su victima a través de sus esporas y crecer dentro de él. Una planta letal. Verdaderamente infalible en su batalla a muerte contra el ser humano.
…
Como hemos corroborado la verdadera revolución, la revolución vegetal, la revolución de la naturaleza, ha estado gestándose poco a poco tanto en la literatura, en el cine, como en la televisión, representando desde esos predios una aterradora amenaza para los humanos y su forma de vida inconsciente y despreocupada.
¿Será que algún día podremos conseguir un modelo de sociedad verdaderamente funcional entre nosotros mismos los humanos y el mundo natural?
Desde el tercer mundo, en esta pequeña ventana en la era de la información globalizada e interconectada por redes sociales que alienan y adormecen el pensamiento del colectivo, así como de gobiernos y transnacionales que se manejan abiertamente en el ámbito de la postverdad, parece todavía una utopía inalcanzable.
...
– Bibliografía –
- BIOGRAFIAS Y VIDAS: Svante Arrhenius.
https://bit.ly/2Ekydo1
- BIO LIBTRE TEXT: Introductory and General Biology.
Cenozoic Era – The Age of Mammals.
https://bit.ly/3C49qUN
- FILMAFINITY
https://www.filmaffinity.com
- CAMPBELL JR. John W: “Who Goes There? (1938)
- CLARK, Simon: “The Night of the Triffids” (2001)
- FINNEY, Jack: “The Body Snatchers” (1954)
- NATIONAL GEOGRAPHIC:
El origen de la humanidad se traslada al sur de África hace 200.000 años
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