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viernes, 3 de enero de 2025

3 – PARTE II

Por Sergio Marcano

Vestido solo con unos boxer, Leo cortó una cebolla y 3 ajíes dulce finamente sobre una tabla de madera en la cocina.

En su teléfono se escucha “Let’s get lost” de Chet Baker.

David habla a su lado animadamente,

lleno de convicción;

admirando el cuerpo de Leo con detalle,

sus brazos, sus bíceps,

sus pectorales, sus piernas, su culo.

 

DAVID: Pero eso no es una cosa de mi generación o de la tuya o de todas las que vinieron después de nosotros,

no.

Te hablo también de mi papá, mi abuelo, mi tatarabuelo…

Generaciones y generaciones esperando al mesías,

al caudillo de izquierda o derecha, que trae todas las soluciones con su mandato todopoderoso…

¡Es como una maldición de esta zona del planeta!

 

Aunque Leo, cotidianamente no tiene ganas de discutir intensidades ideológicas con nadie, mucho menos enratonado,

trasnochado,

o a esas horas de la mañana,

lanza una teoría de conspiración que podría ajustarse perfectamente a lo que postula David.

 

LEO: A lo mejor toda esa espera del mesías, viene desde la imposición del catolicismo en la conquista… ¡Ese es un trauma que compartimos casi todos los latinoamericanos!

 

David hace una pausa y se toma dos tragos de café negro de la taza que tiene frente a él;

piensa qué Leo no solo es atractivo, sino qué también es inteligente;

y continúa con la idea que viene desarrollando.

 

DAVID: Puede ser, perfectamente… Es el mismo concepto…

Mi punto es que en la derecha y en la izquierda hay corruptos, pranes, malandros por igual…
Y que por tener petróleo, el Salto Ángel, los tepuyes o los médanos de Coro, no tenemos garantizado un trato especial del destino…

 

LEO: Pero yo no entiendo algo…

Si lo ves todo tan jodido…

Si no ves esperanzas en el futuro…

¿Por qué no te has ido de este país?

Digo, estás joven, ¡Todavía estas a tiempo de salvar tu pellejo!

…Yo creo que hubiese salido corriendo si viese las cosas como tú…

 

DAVID: ¿Yo?

Yo no me voy de aquí; porque ¡yo voy a romper todo ese ciclo de mal karma hijo de puta!

 

Leo se echa a reír y voltea a mirar a David sorprendido por su candor;

¿O es que acaso se estaba burlando de él?

 

LEO: Ayayayay…

Ojalá.

Algún día alguien tiene que hacerlo…

 

Sandra se acerca a ellos en shorts y camiseta.

Los besa en un cachete a cada uno.

 

SANDRA: ¿Tienes que ir al periódico?

 

LEO: No…

No sé…

Si me llaman probablemente...

 

SANDRA: Ojalá no te llamen.

 

LEO: Pues…

 

SANDRA: ¿Y tú tienes algo que hacer?

 

DAVID: No. No, realmente.

 

SANDRA: Entonces, ¿qué tal si nos vamos a echar el mañanero?

 

David y Leo la miran sorprendidos.

Leo mira a David.

 

LEO: ¿Mañanero?

 

David asiente con una sonrisa de oreja a oreja.

Piensa que, si tenía que estar con una mujer en la vida,

sin duda alguna,

esa mujer tenía que ser Sandra.

 

DAVID: Eso suena como un plan sólido para comenzar el año.

 

Leo se lava las manos en el lavaplatos rápidamente y se las seca con un paño de cocina.


Se acercan y comienzan a besarse los unos a los otros.

 

Leo le quita la camiseta a Sandra.

Sandra le quita la franela de David.

David los boxers a Leo.

Sandra comienza a jalar los pantalones de David.

Leo toca los senos de Sandra.

David las nalgas de Leo.

 

 

David gime con cara de placer.

Sandra y Leo le hacen sexo oral al mismo tiempo.

 

DAVID: Ahhh… No paren… Ahhh…

¡Esto es lo que yo llamo trabajo en equipo!

 

Leo y Sandra se miran entre sí un poco irritados,

pero continúan haciendo el trabajo.

 

DAVID: Ufff…. Coño de verdad…

¡Deberíamos montar un burdel!

¡Este talento no puede permanecer oculto!

 

David se ríe de lo que acaba de decir con una carcajada.

Sandra y Leo lo golpean.

 

LEO: No, no… Este tipo no se quiere correr.

 

Sandra se levanta y cuando Leo intenta levantarse.

 

SANDRA: No, no, no, ¿Para dónde vas tú?

¡Me toca a mí!

Y tú.

Vamos, ¡De rodillas!

 

David se ríe.

 

DAVID: Mmmm… ¡Dominatrix!

Me gusta.

 

David se arrodilla ante ella, a un lado de Miguel y los dos se miran con una sonrisa.

Sandra se sienta en la cama, abre sus piernas, agarra las cabezas de Leo y David por los cabellos y las pega contra su sexo.

 

SANDRA: ¡A trabajar!

 

Sandra primero se ríe, mientras ellos encuentran la posición de sus cabezas,

la sincronía y la cadencia;

pero poco a poco comienza a disfrutarlo,

sus lenguas,

sus caricias.

 

Hasta que de pronto llega al orgasmo.

 

David se incorpora con la cara llena de fluido vaginal.

Leo se acerca a David y le chupa los labios,

le besa.

Sandra los mira excitada, se acerca a los dos y los besa también.

 

 

En la cocina,

desnudos,

desayunando.

 

SANDRA: Ahora que lo pienso, yo creo que nunca te he visto enamorado.

¿Tú te has enamorado alguna vez?

 

DAVID: Nah…

No de verdad…

Los hombres que me gustan son muy complicados…

 

SANDRA: A lo mejor el complicado eres tú…

 

DAVID: Si, eso seguro…

Pero, nunca me cruce con alguien verdaderamente afín;

O disponible emocionalmente…

 

Resopla sintiéndose frustrado.

SANDRA: ¿Y tú?

 

LEO: ¿Yo? Claro que sí…

Pero yo tengo ¿cuántos? ¿15 años más que ustedes…?

…Yo me he enamorado de diferentes maneras y de diferentes mujeres…

¡Hasta solo me he enamorado!

 

Se ríe de sí mismo.

 

LEO: …Pero también me han querido,

nos hemos querido…

La verdad no me quejo;

creo que he tenido suerte…

¿Y tú? ¿Tú te has enamorado?

 

Le pregunta a Sandra.

 

SANDRA: En el bachillerato, me enamoré de un muchacho bello, hermoso, llamado José Ernesto…

Pero éramos muy chamos y mis padres no querían que nos viéramos…

 

Sandra habla como si todavía lo lamentase de alguna manera.

 

SANDRA: Y cuando nos graduamos él se fue para Houston…

Y yo entré en la Escuela de Periodismo de la UCV…

Y ya no nos vimos más nunca…

Seguro que yo me hubiese casado con él y hubiese tenido sus hijos…

Él sí se casó y tiene dos hijas bellísimas…

 

David le pasa una mano por la espalda, de alguna manera tratando de consolarla.

 

DAVID: El amor siempre es complicado…

Tener sexo no es tan difícil,

el tema es encontrar alguien con la que quieras compartir el tiempo…

Alguien que quieras querer,

que quieras que te quiera…

y que tengas la suerte de que también te quiera querer a ti…

 

SANDRA: Y que el entorno no se les oponga…

 

David mira a Sandra y asiente.

 

LEO: Hay también siempre una cosa con el tiempo.

El “timing” lo llaman los gringos…
Los que se quieren querer además de todo lo que mencionan, tienen que tener las ganas al mismo tiempo…

Parece algo obvio, absurdo, pero eso es lo más difícil…

 

Sandra y David se lo quedan mirando pensando en la sincronicidad del tiempo.

 

LEO: …Ojo, no es imposible…

Igual ¿Qué es lo que les preocupa?

Todavía tienen chance de encontrar el amor,

Ustedes dos, todavía, son jóvenes,

súper jóvenes.

 

DAVID: Y sexys.


Leo sonríe.

 

LEO: Y sexys.

 

SANDRA: ¿Qué tal si nos vamos al cine a ver una película?

¿O a tomar algo afuera más tarde?

 

David sonríe.

 

DAVID: Ok.

¡Pero al regresar los quiero ver a los dos haciéndome un striptease!


David golpea la mesa dos veces con la palma de la mano.

Leo se atraganta con el café,

tose.

 

LEO: ¿Cómo? No, no…

¿Qué es eso?

 

Sandra se ríe y da una palmada en el aire.

 

SANDRA: David, ¡Qué buena idea!

Pero yo te quiero verte a tí haciendo lo mismo.

 

DAVID: Of course, baby.

Ya incluso sé cuál es mi canción…

 

Sandra le sonríe y le da un beso en los labios.

 

 

En un puesto de flores de un centro comercial, Sandra escoge y compra dos rosas.

Unos pasos más allá, se las regala a Leo y a David.

Ellos se ríen sorprendidos.

 

DAVID: Wow.

Nunca nadie me había regalado una flor.

 

LEO: A mí tampoco.

 

DAVID: ¡Y mira que yo me las he merecido!

 

Los tres se acercan y se miran intensamente.

Sandra le da un beso a David.

 

SANDRA: Claro que te la merecías.

 

Leo los mira sintiéndose bien.

Alegre de estar allí junto a ellos.

Sandra se acerca a Leo y también le da un beso en los labios.

 

SANDRA: Tú también te la merecías precioso.

 

Leo le sonríe.

 

 

Leo, Sandra y David caminan despreocupadamente por el centro comercial, entran a una pizzería y se sientan en unas sillas en una mesa en el fondo del local.

Lucia, una mesera de 26 años, blanca y de cabello lacio. Se acerca a donde están ellos, con una jarra de agua y 3 vasos que coloca en la mesa.

David la saluda.

 

DAVID: Hola Lucía ¡Feliz año! ¿Cómo has estado?

¿Y eso que ustedes si están trabajando?

 

LUCÍA: Hola. ¡Feliz año!

Tú ya sabes como es mi papá… Si no trabaja es como si le faltara el oxígeno…

¿Y el periódico no trabajó hoy?

 

DAVID: Yo hoy me lo tomé libre.

Estoy saturado de Caracas, de tanto peo.

 

LUCÍA: Si Caracas ha estado…

 

Leo y Lucía se miran el uno a la otra.

 

SANDRA: ¿Y por qué no nos presentas a nosotros?

 

DAVID: Claro,

Lucia ellos son mis amigos Leo y Sandra…

 

LUCÍA: ¿Cómo están?

 

Leo se acerca al oído de Sandra y le susurra algo.

Sandra se ríe de lo que escucha.

 

SANDRA: Leo quiere saber ¿por qué no, nos presentas como tus novios?

 

Lucía los mira sorprendida y extrañada por oír aquella confidencia.

David comienza a reír y voltea a mirar a Leo.

 

DAVID: ¿Novios?

Si solo hemos echado 4 polvos…

 

SANDRA: Seis.

 

Un poco molesto por su comentario.

 

LEO: Coño en mis tiempos eso era algo significativo.

¿seis polvos ya no son nada?

 

SANDRA: Para mí sí.

 

Leo asiente.

 

LEO: Para mí también.

Yo no lo ando repartiendo por todas partes…

 

Sandra se ríe.

David lo mira tratando de no reírse.

 

DAVID: Yo creo que más bien somos algo así como un trio de amantes…

 

Lucía los mira expectantes.

 

DAVID: ¿Funciona?


Sandra asiente.

 

SANDRA: Puede ser...
¿Qué te parece a ti?

 

Sandra y Leo se miran el uno a la otra.

 

LEO: Mmmm…

Un trío de amantes…

 

Leo asiente pensativo;
como visualizándolo.

 

LEO: Sí..

Puede ser…

 

Lucía sonríe enigmáticamente.

 

DAVID: Bueno Lucia, ya escuchaste, ellos son mis dos amantes, Sandra y el es Leo.


Lucia le extiende la mano a cada uno.

 

LUCÍA: Si ya con uno es complicadísimo…

No me quiero imaginar con 2…

 

LEO: Me cae bien Lucía.

Se ve que es inteligente.

 

Lucía sonríe.

 

LUCÍA: ¿Ya saben que van a ordenar?

 

David le sonríe

 

DAVID: Yo una pizza vegetariana.

 

LEO: Y yo una de anchoas…

 

SANDRA: Luego no me das un beso hasta que no te cepilles los dientes…

 

DAVID: Ni a mí…

 

LEO: ¿Qué pizza quieren que pida mis amados amantes?

 

David sonríe captando la referencia de la canción de Roberto Carlos.

 

SANDRA: ¿Qué tal la misma pizza de vegetales que pidió tú tercio de naranja?

 

Leo comienza a reír.

 

LEO: Dame una de esas Lucía, pero quítale los champiñones y agrégale jamón, pepperoni y tocineta.

 

SANDRA: Y yo quiero una pizza margarita. Pero de las más pequeñitas.

 

LUCÍA: Ya se las traigo.

 

DAVID: Venga, hagamos una selfie para la posteridad.

 

Leo abraza a Sandra.

Sandra hace una mueca para la foto; entrecerrando los ojos y sacando un poco los labios para verse más provocativa.

David se le queda mirando y hace un zoom sobre su cara.

 

DAVID: ¿Por qué pones esa cara?

¿Estás estreñida?

 

Sandra se ríe.

 

SANDRA: ¡No!

Gafo.

David devuelve el encuadre a su tamaño original e imita la mueca.

Sandra se ríe una vez más.

 

LEO: No, no, así.

 

Leo imita la mueca de manera exagerada y también hace una pose con el cuerpo.

 

SANDRA: Nooo…

Así, así.

Aprendan por favor para que siempre salgan sexys en internet.


Sandra repite la expresión y señala a la cámara.

David y Leo la imitan.

Toma la foto.

 

Espontáneamente, David le da un beso a Sandra y otro a Leo.

Leo se incomoda un poco y mira a su alrededor con cierta preocupación.

 

LEO: Hey… Cuidado que nos puede ver alguien…

 

Un poco decepcionado de lo que escucha, le pregunta con cierta ironía.

 

DAVID: ¿O sea que si a mí me dan ganas de darte unos besitos por la calle no te los puedo dar?

 

Leo se siente entre la espada y la pared;

y trata de salirle al paso a la situación.

 

LEO: Me los anotas en un papelito y yo te los doy en más tarde, en privado.

 

David se ríe, entendiendo claramente, que la homofobia no es un juego;

que es mortalmente seria.

 

DAVID: Bien.

Será…

 

Sandra rápidamente sale a la defensa de David.

 

SANDRA: Bueno, Leo yo también voy a agendar todos los besos que me quieras dar tú en público para dártelos luego en privado.

¿Okey?

 

Leo asiente contrariado.

 

SANDRA: Así que ya sabes.

Tú y yo de ahora en adelante somos como unos hermanitos cuando estemos en las calles.

 

Sandra chasquea los dedos de su mano cerca del rostro de Leo.

 

SANDRA: ¡Tu arquitectura!

 

Leo se queda en silencio.

 

DAVID: Yo no tengo problemas para darte besos a ti en público.

¿Y tú a mí?

 

SANDRA: Tampoco. A mí tú me encantas,

me excitas…

 

Los dos se dan un piquito.

Otro.

David le pica un ojo a Leo.

Y comienza a darle un beso con lengua a Sandra.

Sandra le besa apasionadamente en el lugar.

 

Tanto Sandra como David disfrutan de aquel beso;

sus labios son compatibles,

su química y cadencia son la correcta.

 

Leo,

que puede percibirlo claramente,

se siente un poco incómodo,

celoso,

mira en otra dirección.

 

Separándose de los labios del beso con Sandra, David comenta,

DAVID: Mmmm…

Qué fácil lo tienen los heterosexuales.

¿Cómo no enamorarse de esta libertad?

 

A pesar de que Sandra no es afecta al movimiento #METOO, si conoce toda la artillería de su verbo, y a veces, la utiliza como herramienta para desarmar el discurso machista, que de vez en cuando aflora en su camino.

 

SANDRA: Los privilegios de la heteronormatividad patriarcal le dicen algunos…

 

David se ríe de escuchar aquella jerigonza de labios de Sandra.

 

Molesto consigo mismo por haber desencadenado aquello;

Leo toma un trago de su refresco y dice:

 

LEO: Bueno, yo voy a aprovechar este momento en el que quedo como un bastardo, para comentar que, mi abuela Teresa Lucart y Trina Fermín, mi madre,

las mujeres de mi casa,

fueron las que me inculcaron todo este machismo heteronormado y patriarcal, que hoy me define como ser humano,

porque en este país,

tú país, mi país,

las primeras emisarias de la alienación sexual al machismo;

son las mujeres.

Ya que, en la patria de Bolívar,

no son los hombres quiénes crían a sus hijos…

Aquí las formadoras son las madres, las abuelas, las tías y las hermanas…

 

David se ríe mirando a Sandra.


DAVID: ¡Aja!

¡Oh my!

 

SANDRA: Pues sí.

¿Para qué te voy a decir que no si, sí?

Mi madre, mi abuela, si son súper machistas…

Yo a veces también soy súper machista…

Es verdad…

 

DAVID: Mi abuela era súper homofóbica.
Yo recuerdo que una vez, cuando tenia como 15 años, estábamos en la playa, y se me acercó de la nada y me dijo, con total seriedad, que ella se mataría, si supiera que yo era homosexual…

Y yo me quedé allí sentado como… ¿What…?

 

SANDRA: ¡No!

No puede ser…

¡Qué espanto!

No te debió haber dicho eso Davisito…

 

DAVID: Bue…

 

LEO: Terrible… ¡Todavía eras un carajito!

Pero si mi madre, mi abuela o mis hermanas se enteraran de lo que ha estado pasando entre nosotros tres seguro que me dirían cosas parecidas...

¡Hoy, a mis 50 años!

 

SANDRA: A mi padres tampoco les haría mucha gracia esta historia…

Los mataría el que dirán…

¿Su hija encamada con dos hombres al mismo tiempo?

¡Fin de mundo!

 

DAVID: Igual ¿quién dice que la monogamia es la fórmula correcta?

 

LEO: Dices ¿Aparte de la Biblia y todas las leyes sociales y civiles?

 

Negando con la cabeza.

 

DAVID: El 50% de los matrimonios se separan.

La monogamia no debería ser la única fórmula.

 

LEO: La monogamia no está mal,

mientras funciona…

Como todo, pues…

 

SANDRA: ¿Cuánto duró tu relación más larga?

 

LEO: Unos 5 años…

 

SANDRA: ¿Y te separaste por…?

 

LEO: Varias razones…

Pero porque se nos acabó el amor… La más concreta…

 

Leo hace una pausa.

 

LEO: Hay que verle la cara a 10, 15, 30 años con la misma persona;
terminan siendo qué ¿Hermanos?

 

SANDRA: Mis padres llevan como 30 años de casados y todavía se quieren muchísimo…

En su cotidianidad,

cocinando,

leyendo los mismos libros, viendo series y películas,

complementándose el uno a la otra…

Son los mejores socios y amigos…

 

David insiste en su perspectiva de las cosas.

 

DAVID: Pero ¿Cómo es la familia en el mundo de hoy?

Mi propio padre, que era súper mujeriego, tuvo,

hasta donde yo sé,

25 hijos,

 

Sorprendido.

 

LEO: ¡Carajo!

 

David asiente.

 

DAVID: ¡Y todos contemporáneos con todos!

Cuánto es eso ¿10 familias paralelas? ¿8?

O sea…

 

LEO: Una ratica…

Perdón.

 

DAVID: Obvio…

Pero es lo que te digo…

En otras culturas el hombre se acuesta legalmente con ese número de mujeres…

Los mormones tienen seis esposas,

Y los musulmanes cuatro, establecidas en el Corán…

 

SANDRA: Y también hay mujeres, en el Tíbet, que se casan con varios hermanos para conservar la tierra…

 

LEO: Y están también todas las variaciones de los matrimonios LGBT…

 

DAVID: Esas también son monógamas…

 

Leo se queda pensativo un segundo.

 

LEO: si… Es verdad.

 

SANDRA: En lo que queda de clase media, la norma dice que debemos casarnos y tener hijos antes de los 30…

Pero lo que uno ve en la calle es que la mayoría de las mujeres de este país, en pareja o solas, paren antes de los 20…

 

DAVID: Los tres que estamos sentados en esta mesa fallamos la mayoría de esos determinismos sociales…

 

SANDRA: Pero igual ese discurso de la monogamia esta ahí, como una expectativa social, cultural…

 

DAVID: Y más ahora hasta ¡los evangélicos están en la asamblea!

 

Leo mira a Sandra y a David en desacuerdo.

 

LEO: No se…

Yo creo que no es tan así la cosa…

Este país es solo conservador en las apariencias…

Se los digo…

Yo soy más viejo que ustedes y he visto muchas cosas…

De la boca para afuera, quién sea, dirá cualquier cosa;

pero aquí cada día que pasa, se casa menos gente por la iglesia,

y los evangélicos podrán hacer su liturgia en el Palacio Legislativo…

Pero los hombres,

sean católicos o evangélicos,

no son exactamente fieles,

son más bien como el papá de David…

Aquí no son raros los hijos con las amantes…

En serio,

se los digo con toda responsabilidad.

En Venezuela de donde menos te lo esperas salta la liebre;

aquí las cosas nunca son exactamente lo que aparentan…

¡Este país es súper doble moral!

 

De pronto llega Lucia con las pizzas a la mesa.

Y todos se quedan en silencio.

 

 

Caminando por un estacionamiento.

Provocadora,

Sandra se acerca a Leo.

 

SANDRA: ¿Esto es suficientemente privado para ti?

 

LEO: ¿Cómo?

 

Y sin más comienza a darle un beso, hala a David por un brazo,

y este también se une al beso.

Sandra les agarra los sexos por sobre el pantalón y los tres se excitan rápidamente;

y el beso se vuelve más apasionado.

David les agarra las nalgas y se las aprieta.

 

Hasta que una familia, padre, madre y dos niños pasan cerca de ellos y los miran sorprendidos.

Al verlos allí, mirándolos,

los tres se separan.

 

SANDRA: Mejor vámonos,

vámonos de aquí…

 

Y como si fueran unos adolescentes, los tres echaron a correr por el estacionamiento, riendo a carcajadas.

 

Hasta encontrar la camioneta de Leo.

Sandra y Leo se montan adelante.

 

SANDRA: ¿Volvemos al apartamento?

 

Leo mira a Sandra lleno de deseo.

 

DAVID: ¿Por qué mejor no nos vamos a bailar?

 

Sandra se conecta instantáneamente con lo que dice David.

 

SANDRA: ¿A dónde?

 

DAVID: ¿Barra Bar?

Aquí mismo en este centro comercial…

 

Sandra asiente.

 

SANDRA: Yo podría bailar. ¿Y tú?

 

LEO: Si…

Como quieran.


DAVID: Pero primero fumemos un porro.

 

David saca un porro de su cartera.

Sorprendido.

 

LEO: Coño.

 

David lo enciende y le da una calada.

 

LEO: ¿Y la mariguana legal para cuándo?

 

DAVID: Olvídalo.

Este gobierno no es el gobierno de Mujica…

 

David le pasa el porro a Leo.

 

LEO: Si, esto no es Uruguay…

 

DAVID: Aquí debe haber demasiados intereses de por medio para siquiera plantearse esa discusión…

 

Leo fuma, comienza a toser y le pasa el porro a Sandra.

Antes de fumar.

 

SANDRA: La gente aquí no anda pendiente de nada eso…

Ni del aborto, ni de los derechos de los homosexuales…
Eso no es nuestra cultura…
Aquí los temas son más urgentes, comida, salud…

 

Sandra fuma y le devuelve el porro a David.

 

DAVID: Pero no estaría nada mal tener todo eso aquí también… ¿No?

 

SANDRA: Obvio.

Claro que sí…

 

LEO: En una verdadera revolución, todo eso hubiese ocurrido.

 

David le pasa el porro a Leo una vez más.

 

DAVID: ¿Estos años fueron una revolución?

 

LEO: Eso dicen algunos…

 

 

Los tres suben a un ascensor con los ojos rojos,

hediondos a marihuana.

En el ascensor hay cuatro mujeres de la tercera edad.

Completamente incómodas con su presencia, con su olor y sus caras de drogados.

 

Los tres ignoran a las mujeres mirándose a intervalos con una sonrisa en la cara.

 

LEO: Bob Marley decía que la marihuana es la cura de una nación y el alcohol la destrucción.

 

Las mujeres se miran entre sí.

 

LEO: ¿Ustedes escucharon del muchacho que se murió de sobredosis de marihuana?


David y Sandra niegan con la cabeza.

 

LEO: Yo tampoco

 

David y Sandra se echan a reír.

 

SANDRA: Qué malo ese chiste.

 

Las puertas del ascensor se abren y las cuatro mujeres salen indignadas.

 

DAVID: Olvídense de la legalización de la marihuana, del aborto o la legalización del matrimonio igualitario en este país.

¿Con estas beatas?

¡Eso no va a pasar más nunca!

 


En una discoteca, con trago en mano, los tres bailan “Te Lo Compré” de La Materialista, bromeando, despreocupadamente.


LEO: Tenemos que erradicar la sobriedad de la vida cotidiana.


Sandra y David lo vitorean y beben de sus vasos.

 

DAVID: ¡Eres un borracho!

 

LEO: Seh…

 

Entre los pasos de baile, Leo besó a Sandra y luego de pensárselo un momento, también besó a David.

 

Sorprendido.

 

DAVID: Hey… ¡Cuidado que nos puede ver alguien!

 

LEO: Que nos vean y que nos envidien todos.

 

DAVID: Voy a empezar a creer que eres bipolar.

 

Sandra se les acerca y los abraza;

besa a David y Leo se les une en el beso, allí mismo, en medio de la pista de baile.


 

Dos muchachos en la discoteca, los descubren y se sienten atacados moralmente con su proceder.

 

David los mira unos segundos.

Pero no les presta atención y continúa bailando.

 

En cambio, los muchachos siguen riéndose de ellos abiertamente.

Hasta que Leo los nota y, molesto, los increpa.

 

LEO: ¿Qué coño es lo que les pasa a ustedes? ¿Ah?

 

Los muchachos lo miran en silencio.

David baila al ritmo de la música, con los ojos cerrados, sin darse cuenta de lo que sucede.

Sandra hala de un brazo a Leo.

 

SANDRA: Vamos a bailar ¿Sí?

 

Leo asiente y se aleja de los muchachos mirándolos fijamente.

Los muchachos los miran amenazantes.

Sandra y Leo se acercan a David y los tres continúan bailando.

En medio de la pista se rozan, se agarran, se abrazan y se besan una vez más.

 

Repentinamente Muchacho 1 se acerca a David y lo empuja violentamente sobre Sandra y Leo.

Sorprendido, David se va de bruces sobre ellos.

 

MUCHACHO 1: ¡¿Ustedes creen que este es un bar de maricones?

 

Leo se mueve violentamente hacia el Muchacho 1.

 

LEO: ¿Maricones? ¿¡Cuáles maricones!?

 

David se incorpora y se mete en medio de Muchacho 1 y de David.

Muchacho 1 mira a Leo con cara de burla.

David contiene a Leo.

 

DAVID: Hey. No te enganches con estos tipos.

Óyeme.

 

LEO: ¿Ahhh? ¿Qué maricones?

 

Parado a su lado David le dice con ironía.

 

DAVID: Leo… Nosotros.

Tú y yo.

 

Leo lo mira en silencio,

cayendo en razón.

Muchacho 1 toca el hombro de David.

 

MUCHACHO 1: ¿Tienes miedo que le hagamos algo a tu novio?

¿Ahh pajarita?

 

Leo aparta bruscamente a David, pero David no se mueve.

Leo lo mira molesto.

 

LEO: Quítate.

 

David negó con la cabeza.

Sandra se acerca a Leo.

 

Leo se abalanza sobre los muchachos.

 

LEO: ¡Cállate la boca o te la parto!

¡Yo no soy ningún maricón!

 

David y Sandra lo agarraron por ambos brazos.

 

SANDRA: Leo. Ya.

 

Muchacho 1 sonríe y le hace señas de que se acerque.

 

SANDRA: Mejor vámonos de aquí.

 

Leo la mira a la cara.

David se acerca a los muchachos e intenta razonar con ellos.

 

DAVID: Pana nosotros no queremos problemas…

 

Asqueado, molesto;

el Muchacho 1 golpea a David con fuerza en la cara.

 

Sandra comienza a gritar.

 

SANDRA: ¡¡Seguridad!!

 

La gente se aparta completamente de la pista.

 

Lleno de ira, Leo se abalanza contra Muchacho 1 y lo golpea, Muchacho 2 se acerca a Leo y le lanza un golpe.

Sandra mira a todos lados, buscando ayuda y gritando una vez más.

 

SANDRA: ¡¡Seguridad!!

 

David golpea a Muchacho 1 en la barriga,

Muchacho 1 lo patea.

Leo golpea en la cara a Muchacho 2.

Dos guardias de la discoteca se acercan rápidamente a los muchachos y los agarran por los brazos.

 

MUCHACHO 1: ¿Y nos van a sacar a nosotros?

¡Saquen los a maricones y a la puta!

 

MUCHACHO 2: Suéltame coño‘e madre. ¡Pervertidos!

 

Sacan a los muchachos de la discoteca. La gente los mira sorprendidos; poco a poco se acercan otra vez a la pista de baile.

David se cubre la cara con una mano y camina a la mesa.

Leo camina tras de él.

 

LEO: ¿Estás bien?

 

David asiente, Sandra se acerca a ellos.

 

SANDRA: Impresionante.

¡Esta ciudad está llena de frustrados sexuales!

 

 

Sandra, Leo y David están parados y sentados en diferentes lugares en la habitación de Sandra.

David sostiene hielo sobre su ojo derecho.

Leo empina una botella de ron sobre su boca y da grandes tragos uno tras otro.

 

Molesta;

 

SANDRA: ¡Caracas es un pueblo!

Esto no es una ciudad.

 

DAVID: Nahh… No te engañes,

supremacistas, extremistas y religiosos, que quieren imponer su moral a la fuerza, hay en todas las ciudades del mundo.

 

Leo asiente.

 

LEO: Es verdad…


Sandra le quita la botella a Leo y se da un trago.

 

David camina al espejo guindado en la pared y se queda mirando su reflejo

Abre una crema y se la unta cuidadosamente alrededor del ojo poniendo cara de dolor.

 

DAVID: Bastardos homofóbicos, ¡Hijos de puta!

Si así arranca el año…

Nojoda!

 

Sandra camina a donde está David y le pasa la botella.

 

SANDRA: ¿Trago?

 

David toma un trago de la botella.

 

SANDRA: Yo quiero recordar a todos los aquí presentes que todavía tenemos un striptease pendiente.

 

David comienza a sonreír recordando aquello.

 

DAVID:  Es verdad.

 

De pronto el ambiente en el cuarto, cambia completamente.

Leo sonríe también y se llena de energía.

 

LEO: Ok. Ok. Se los voy a poner fácil…

Yo voy a romper el hielo para que ustedes hagan el cóctel.


David y Sandra se sorprenden y se voltean a mirarle.

Leo manipuló su teléfono y puso “Always you” de Depeche Mode;

 

SANDRA: Oh boy…

 

David deja lo que está haciendo y junto a Sandra camina a sentarse en la cama.

 

Y de pronto, allí, en medio del cuarto, Leo comenzó a hacer pasos de baile sensuales, pausados.

Quitándose primero la camisa y luego los pantalones.

David y Sandra le miraron llenos de expectativa y con una sonrisa en los labios.

Al notar la duda de Leo de quitarse toda la ropa comenzaron a gritar:

 

DAVID/SANDRA: Todo, todo.

 

Leo, sonrió y en una vuelta sensual, en la que mostró primero un poco de sus nalgas, se bajó completamente sus boxers, dejando su sexo completamente al descubierto frente a su audiencia.

 

Sandra y David le vitorearon y le aplaudieron, sonriendo.

 

Entonces Sandra se levantó de la cama,

puso “Move to Miami” de Enrique Iglesias en su teléfono,

y comenzó a bailar con energía;

moviendo el cabello y las caderas llena de sensualidad,

dando pasos precisos a medida que se quitaba cada prenda de vestir,

la camisa, los sostenes;

como si de verdad supiera lo que hacía.

Y de un momento a otro quedó desnuda delante de Leo y de David quiénes también la vitorearon y aplaudieron.

 

Luego fue el turno de David, que puso “Train Running” de The Doobie Brothers.

 

Apenas terminó de bailar,

y se echó en la cama desnudo entre Leo y Sandra,

comenzó a besarlos lleno de deseo;

Y excitados, eufóricos, los tres comenzaron a hacer el amor en todas las ecuaciones imaginables.

 

 

Ya cerca del amanecer,

unas horas más tarde,

aún sin ánimos de dormir,

David encendió un porro y lo compartió con todos.

 

Expirando el humo, luego de dos caladas,

Leo comenzó a caminar por la habitación reflexionando.

 

LEO: El 3 es el número perfecto…

La base de la creación…

Por eso Dios tiene una trinidad…

 

David comienza a reír quitándole el porro.

 

DAVID: Estás demasiado fumado...

 

LEO: Y borracho.

Pero eso no cambia nada de lo que digo.

Esto, nosotros tres…

¡Somos una ecuación valedera!

 

David lo mira aspirando del porro,

reflexionando lo que dice.

 

SANDRA: Si. ¡Estoy de acuerdo!

Totalmente de acuerdo.


Sandra le quita el porro de las manos a David.

 

Sintiendo un hormigueo fuerte en el rostro,

David camina a verse en el espejo;

y descubre en su reflejo, que comienza a vérsele un moretón alrededor del ojo.

 

DAVID: Bien.

Será…

 

David se toca el morado y pone cara de dolor.

 

DAVID: Pero tendremos que ir a bailar a otro tipo de lugares…

 

Se queda mirando en el espejo unos segundos y, de pronto, se le ocurre una idea.

Sandra le pasa el porro a Leo.

Y Leo le da una calada.

 

DAVID: ¿Qué tal si nos tomamos unas fotos de los 3 muertos?

 

Emocionada Sandra se acerca a David.

 

SANDRA: ¿Con sangre y heridas y cosas así?

 

David asiente con aire de seriedad.

Leo se acerca a David tambaleándose, le pasa el porro expirando y sonriendo.

 

LEO: ¿Cómo fue tú infancia? ¿Mmm?

 

Y se le queda mirando de manera franca, esperando una respuesta.

 

DAVID: Tranquila…

La verdad…

 

David le sonríe. Le pica un ojo y le da un jalón al porro.

Entusiasta, como una niña, Sandra le quita el porro y también le da un jalón.

 

SANDRA: ¡¡Tenemos que hacerlo!!

 

 

Con maquillaje de Sandra se hicieron heridas en la cara y comenzaron a tomarse fotos.

Desde el celular de David se escucha “Daft Punk Is Playing At My House” de LCD Soundsystem.

 

Entre flash y flash, sin dejar de reír,

ni de bromear en todo momento,

David tomó en su cámara diferentes imágenes de Sandra y de Leo haciéndose los muertos:

 

Detalles de sus caras ensangrentadas,

de sus ojos fuera de órbita,

de sangre en la comisura de sus labios,

de heridas…

 

 

 

 

Continuará…

 

 

(Basado en el guion “3” de Sergio Marcano)

 

 

 


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