Por: Andreina Gutiérrez
La segunda película de la actriz Olivia Wilde, titulada No te preocupes, cariño (en inglés Don't worry, darling), se inscribe en un imaginario ya conocido y manejado en varios aspectos del quehacer humano, pero en este caso se concentra más que todo en el feminismo, y no de la mejor manera, a pesar de su impecable presentación.
S P O I L E R S
La cinta es un thriller sicológico de ciencia ficción, en la que una pareja, Alice y Jack, vive en un vecindario de clase media en los años 50', donde todo es hermoso y maravilloso, la típica vida clase media de la época, las mujeres se quedan en casa, atienden el hogar y los niños, tienen viviendas hermosas y se visten elegantemente, y los hombres van a trabajar todos los días a un misterioso lugar del que las mujeres no deben saber, se trata del Proyecto Victoria, que le da nombre a la comunidad donde viven, en el cual los esposos trabajan en algo muy importante pero secreto, las mujeres no tienen permitido saber qué es y tampoco pueden acercarse al lugar. A medida que avanza la trama, Alice, interpretada por Florence Pugh, va notando que el idílico entorno donde vive no es lo que parece, sucesos extraños la rodean, ensoñaciones sin sentido sobre sí misma y sobre otras mujeres del vecindario, para finalmente descubrir que vive en una realidad alterna creada por computadora.
De entrada hay dos evidentes referencias de las que se nutre este filme: Matrix y Las esposas de Stepford. La primera es una cinta harto conocida, mil veces replicada, fundamental en el conocimiento y manejo que tenemos de la tecnología y el mundo virtual hoy en día, sin embargo la segunda referencia es mucho menos conocida y es en donde radica la historia y la temática feminista. Las Esposas de Stepford es una película de suspenso y ciencia ficción de 1975, en el que una mujer descubre que todas las esposas del pueblo al que recién se mudó, cambian su personalidad y apariencia de la noche a la mañana, para volverse más sumisas y obedientes a sus esposos, ya que en realidad los hombres han sustituido a sus mujeres por robots. Esta cinta está basada en un libro del mismo nombre, escrito por Ira Levy, mismo autor de la novela original en la se basó la película El Bebé de Rosmary.
En su momento el libro Las Esposas de Stepford no fue bien recibido por el movimiento feminista de la época, aunque el autor realmente quería plasmar en una historia de ciencia ficción, una gran parte de lo que el feminismo de ese entonces hablaba, la vida doméstica de las mujeres como una prisión, ser esposa, madre y ama de casa como primera y única obligación de las mujeres, generaba en ellas una presión que él mismo había vivido con su madre. Hay que entender que en los 50' la vida doméstica en los Estados Unidos estaba en su apogeo, la construcción de urbanizaciones de clase media, el aumento en las ventas de automóviles familiares y la explosión tecnológica de los electrodomésticos y artefactos de todo tipo para el hogar. Se instauró una especie de dictadura de la vida hogareña, la familia nuclear, el matrimonio y los hijos como único destino para las mujeres, de una manera que nunca antes se había proyectado, todo eso como consecuencia del trauma de la Segunda Guerra Mundial, los muertos, desaparecidos, las familias fracturadas, eso hizo recrudecer a toda costa el deseo de vivir una vida familiar y hogareña y la mujer era el centro de ese hogar recién construido y lleno de nuevos aparatos que se suponen le harían la vida más fácil. Sin embargo, no todo era tan simple, la disciplina a la que se le sometió a las mujeres en sus propios hogares y en la sociedad en general, terminó siendo uno de los detonantes del movimientos feminista de finales de los sesentas y principios de los setentas. Entonces Las Esposas de Stepford es una alegoría muy directa a lo que la sociedad y el patriarcado esperaba de las mujeres, que fueran perfectas y eficientes como un robot. La cinta original del año 1975 es una historia oscura, aterradora con un final que claramente no daba ninguna esperanza ni reivindicación a las mujeres. Sin embargo en 2003, se produjo una nueva versión, Las Mujeres Perfectas protagonizada por Nicole Kidman, en la que no solo se cambia la historia sino el tono de la película ya que es una comedia de humor negro, en la que una mujer es la que cambia a las esposas por robots, porque es ella la que quiere vivir en un mundo de mujeres felices con su vida familiar, aunque sea en apariencia.
No te preocupes, cariño entonces mezcla rampantemente el archiconocido plot de la experiencia de una simulación virtual creada por computadora, con la terrorífica historia de las mujeres que son subyugadas al extremo por sus esposos. La directora Wilde, apenas hizo una mención una vez en una entrevista, de la película Las Esposas de Stepford, como inspiración para su filme. Aún más, los guionistas Katie Silberman y Carey y Shane Van Dyke, han asumido una postura en la que alegan que su guión es original y que es una idea propia de ellos. La falta evidente de originalidad ya es bastante molesta pero la arrogancia de sus realizadores al respecto resulta intolerante. Muchos críticos cinematográficos han dicho que la cinta es confusa y dispersa, y sus planteamientos ya se han visto, podemos por ejemplo nombrar una serie de filmes que nos remiten a esta clase de historia como: Piso 13, Dark City, Abre los ojos, Pleasantville, El Show de Truman, entre otras, pero en No te preocupes, cariño no hay concreción, la trama se diluye hacia final, parece que no se pudo relacionar bien un tema con el otro, por lo que tenemos un final abierto, para que el espectador se imagine lo que le pasará a la protagonista si lo logra despertar del sueño virtual.
El estreno de la cinta en septiembre de 2022 estuvo rodeado de polémica, gracias a los diversos chismes sobre la filmación, y sobre cierto incidente con un escupitajo aparentemente ocurrido durante la presentación de la película en el Festival de Venecia. Una de las situaciones más notorias fue cuando la directora Wilde recibió en pleno estreno de la cinta, una notificación enviada por su expareja, el actor Jason Sudekis, acerca de la custodia de sus hijos, mientras ella estaba en el escenario hablando del filme. El incidente, evidentemente humillante, y los dimes y diretes acerca de cómo se llevaban los miembros del elenco durante la filmación, el hecho de que el protagonista, el cantante y actor Harry Styles, es la actual pareja de Wilde, todo esto al final se relaciona con la temática de la cinta. Las acciones de los involucrados son parte de los comportamientos típicos del encontronazo entre machismo y feminismo, que la directora quiere ejemplificar en su película. Ella misma tiene un papel secundario en la cinta y su personaje en un momento habla con dolor y llanto acerca de sus hijos, lo que podría entenderse como una clara alusión a la pelea legal que mantiene con su ex, por la custodia de los hijos en común.
Todo remite a un intento desesperado por demostrar la victimización de las mujeres en un mundo de renovado y caótico feminismo y revisión de los roles de género. Wilde insiste en culpabilizar a los hombres y se siente demasiado personal su mensaje, sobretodo porque al dejar el final abierto, no concluye su acusación, se desliga de su responsabilidad y le deja al espectador la tarea de tomar o no partido de su discurso, pero lo hace de una manera tramposa, pone las acusaciones en la mesa y luego se deslinda de ellas, primera al utilizar el recurso de la vida virtual, y luego al no saber qué hacer con eso.
La crítica ha alabado la estética, la cinematografía y la banda sonora de No te preocupes, cariño y ciertamente destaca en eso rubros, se nota el cuidado en la recreación de la vida en los años 50', el vestuario y la arquitectura son impecables, y la banda sonora muy bien escogida, todo esto le da al filme un aire elegante y sofisticado, muy propio de la época. Sin embargo lo mejor serían las actuaciones, en especial la de Florence Pugh y Chris Pine, como el gurú de la pequeña villa idílica y del proyecto Victoria, el muy secreto trabajo que tienen los hombres y del que las mujeres no deben preguntar. Pine es el líder de esta secta masculina que tiene a todos viviendo en un mundo de fantasía pero en el que solo las mujeres no están conscientes de eso, unas pocas saben lo que pasa y lo aceptan porque es una mucho mejor alternativa que sus terribles vidas reales, esas pocas mujeres son las que tomaron la pastilla azul y volvieron a la Matrix, felices de vivir en una mentira, pero la mayoría de las esposas no lo sabe y cuando una de ellas se entera y no lo acepta, allí entra el personaje de Pine a manipularlas con su encanto y convencerlas de que no pasa nada, de que vuelvan a sus vidas hogareñas.
Los hombres de Victoria creen, siguen y se apoyan en este líder carismático, el macho alfa de la manada que les dice cómo vivir sus vidas y cómo controlar a sus esposas. Pero Alice no quiere aceptar ni entender, ella quiere irse con su esposo, escaparse de lo que sea todo ese enigma perturbador que de hecho ya había matado a una mujer, y es cuando tiene un enfrentamiento con el líder, lo pone en entredicho, lo humilla delante de otros residentes, en una típica confrontación de egos masculino y femenino, en el que por supuesto, como suele pasar, la única salida del hombre es alegar que la mujer está loca, tiene problemas mentales, y debe ser tratada y sobretodo corregida, lo antes posible. Es entonces cuando ella descubre la realidad, vemos una historia completamente diferente de esta pareja en la actualidad, en la que ella tiene un trabajo muy demandante, mientras su esposo desempleado se desespera por llamar su atención y por eso acude a este programa de realidad virtual, para convertirla en la sumisa mujer que él desea, pero también para poder él mismo convertirse en el hombre de la casa, el fuerte, el proveedor, lo cual es un detalle interesante poco tratado y analizado en la cinta, ya que toda la historia se centra en Alice y cómo asume todo lo que pasa a su alrededor, pero la verdad es que la mayoría de esos hombres son de talante débil, poco masculinos, con una autoestima disminuida, muchas veces por sus mujeres, y recurren a la simulación virtual para sentirse los jefes, tomar el toro por los cuernos y convertir a sus esposas en maniquíes obedientes.
No te preocupes, cariño termina siendo una apuesta feminista muy manipuladora y chapucera, disfrazada de ciencia ficción que no termina de asirse, que se diluye en su propio planteamiento y que no consigue una verdadera y comprensible amalgama entre los temas feminista y tecnológico. Su diseño de presentación es engañoso, nos distrae con su estética impoluta y bien estudiada que esconde un plot confuso e inacabado.
La directora Olivia Wilde peca de convertir su película en el arquetipo de la mujer hermosa y bien arreglada, pero que tiene problemas de adaptación y un temperamento confuso y bipolar, es una trampa victimizadora con mucha necesidad de atención. Olivia Wilde no es Shakira, no sabe cómo sacarle verdadero provecho a su drama femenino, y por eso su distopía feminista no factura.
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