Translate

viernes, 13 de septiembre de 2024

Más Noches Solitarias. PARTE II

Por Sergio Marcano.

 

MANUEL – SÁBADO – 8.33 AM

 

Luego de varios días pensando al respecto, Manuel se decidió; agarró su teléfono y descargó Grindr (una aplicación de encuentros y citas gays).

 

No le encantaba la idea de tener un perfil abierto en ese lugar, por lo homofóbico que era su entorno y por aquello de ser una figura relativamente conocida en los medios, pero tiempos difíciles exigen acciones ejemplares; y si algo estaba claro para Manuel, en este momento, era que estaba harto de estar solo.

 

Armó un perfil con sus gustos, preferencias e información personal básica y se tomó una fotografía en la que solo se veía su pecho descubierto y parte de su mentón.

 

Una vez en la aplicación comenzó a hurgar en la amplia comunidad de hombres de todas las edades, que estaban en la misma búsqueda que Manuel; algunos con los rostros descubiertos, otros más discretos, pero todos, absolutamente todos, escapados de la moral circundante; de la opresiva y siempre excluyente heteronormatividad criolla.

 

 

En minutos, sin siquiera solicitarlo, recibió fotos de desnudos de diferentes personas,

de gente que descubría su perfil “en línea”, buscando sexo sin complicaciones.

 

Manuel estaba sorprendido.
Grindr era un universo paralelo.

 

El perfil de CASADOCURIOSO le llamó la atención.

Un hombre blanco de 45 años, delgado, pero musculoso, que se describía así mismo como alguien serio y discreto.

Manuel decidió dejarse de remilgos y le escribió un mensaje.

 

MANUEL: Hola. Buen día. ¿Cómo estás?

 

Manuel se acomoda en la silla esperando respuesta.

Casi inmediatamente, en la pantalla apareció un mensaje.

 

CASADOCURIOSO: Hola. ¡Súper libre! La esposa y los chamos están fuera de Caracas.

 

En la ventana del chat aparece un emoticón de fiesta.

 

MANUEL: ¿Estás libre en la mañana?

 

CASADOCURIOSO: Yes.

 

Manuel sonríe.

CASADOCURIOSO le manda dos archivos.

 

Manuel los descarga y abre las fotos.

Una era la foto de un pene erecto y otra la de un culo.

Manuel se sorprende un poco y piensa que hubiese preferido descubrir aquello en persona, luego de haber intercambiado algunas palabras tomándose un café, o unas birras, pero evidentemente este personaje era mucho más directo.

 

CASADOCURIOSO: Me llamo Alejandro, ¿tú?

 

Apresurándose en contestar.

 

MANUEL: Yo me llamo Manuel.

 

CASADOCURIOSO: Mándame una foto tuya.


Dubitativo acerca de si valía o no la pena arriesgarse, terminó por actuar de manera impulsiva y le envió una foto suya.

 

CASADOCURIOSO: ¡Ahh pero yo te conozco a ti de las noticias!

 

MANUEL: Si… Yo voy rumbo al Ávila a hacer ejercicio...

Si quieres, nos vemos por allá; digo, ¿Y nos conocemos?

 

CASADOCURIOSO: Buenísimo. ¿Sabas Nieves?

 

MANUEL: si, si, perfecto.

 

Manuel, se levantó de la cama pensando en lo fácil que había sido generar aquel encuentro; guardó un par de condones en su koala, tomó su bicicleta, salió de su edificio corriendo por diferentes calles y avenidas de Caracas.

 

 

ARTURO – 9:00 AM.

 

Arturo se despertó sin ánimos de salir a la calle, ni de ver o de hablar con nadie.

Perseguido por el recuerdo de Lucia.

Con parsimonia se fue a la cocina, sacó de la nevera una bandeja de polietileno que se trajo el día anterior del restaurante de su padre y sirvió el contenido en un plato que luego llevó al microondas.  

Una vez caliente se comió una arepa rellena con queso de mano, acompañada de revoltillo y caraotas.

 

 

VICTORIA – 9:22 AM.

 

Sentada sola en la cocina, Victoria desayuna una arepa rellena con una mezcla de queso blanco rayado y aguacate, con una taza de café con leche.

Está trasnochada y se le nota en el rostro.

Sus padres pelean en una habitación en el fondo.

 

ESPERANZA (OFF): No estás aquí nunca. ¡Y cuando estás aquí te la pasas todo el día durmiendo! Tú me dijiste que ibas a dejar de trabajar en las noches…

 

Victoria se levanta de la mesa, lava su plato con agua que toma de un contenedor.

 

JUSTINO (OFF): Ya chica deja la peleadera… Déjame descansar… Que yo no andaba de parranda…

 

Harta de la pelea de sus padres camina a su cuarto se pone un pantalón, una franela, llama a su perro, le pone la correa y sale de su casa a pasearlo.

Piensa que le gustaría ser independiente, tener un apartamento propio; pero suspira resignada, sabiendo que eso es un imposible en la economía bolivariana.

 

En una pequeña plaza, por unos segundos, Victoria se queda mirando a una mujer que amamanta a su bebe.

 

El perro defeca y Victoria recoge los desechos tibios con una bolsa que traía en su bolsillo.

 

 

MANUEL – 9:51 AM.

 

En el Ávila, Manuel está animado, Alejandro parece alguien sano y coherente.

Manuel trata de conocerlo un poco, de hacerle algunas preguntas sobre su vida. 

Pero en cambio, Alejandro está más ansioso por sentirlo de alguna manera, por tener un orgasmo;

pero como el camino por donde andan está lleno de gente, prefiere no hacer ninguna movida que lo ponga en evidencia ante los ojos de extraños y posibles conocidos.

De pronto en una bifurcación del camino principal, Alejandro ve la solución.

ALEJANDRO: ¡Vente! Vamos a meternos por aquí.

 

MANUEL: ¿En serio?

 

ALEJANDRO: Si… si… Dale. Yo me conozco todo esto. Vente que es por aquí…

 

Se meten por un camino angosto y unos minutos después salen a un camino más grande, y a otra bifurcación, mucho más solitaria.

Alejandro le agarra una mano a Manuel y detrás de unos árboles lo atrae hacia él.

Se besan en los labios y en el cuello.
Manuel disfruta del deseo de aquel desconocido, se deja llevar.

Lleno de morbo Alejandro le quita la franela a Manuel.
Le toca los pectorales.

Manuel lo besa una vez más.
Alejandro agarra el sexo de Manuel y se baja a hacerle sexo oral.

 

De pronto, se escucha una voz.

 

VOZ (OFF): Ciudadanos salgan de ahí.

 

Manuel y Alejandro se sorprenden.

 

Alejandro se levanta del suelo rápidamente, Manuel se sube el short se pone la franela..

Al voltearse descubren un jeep verde olivo de la guardia nacional, justo detrás de ellos, en medio del camino.

 

ALEJANDRO: No. No. Esto no es lo que parece…

 

Un MILITAR moreno, de 22, años toca la empuñadura de su fusil automático, mientras les habla.

 

MILITAR: No. Seguro es otra cosa. Vámonos. Se vienen con nosotros pa'l comando. Súbanse. 

 

Alejandro se acerca al jeep.

 

MANUEL: ¿Comando? No. No. Yo vine a pie y me voy a pie.

Nosotros no estábamos haciendo nada malo…

 

MILITAR: Cállate maricón. ¡Te me subes en el jeep ya!

 

 

ARTURO – 10.10 AM.

 

Arturo tiene un orgasmo en la ducha.

 

ARTURO: ¡Ahhhh!

 

De pronto comienza a sonar su teléfono.

Cierra el agua de la regadera.

Se seca las manos con una toalla abre la puerta de la ducha, sale goteando y alcanza su teléfono del tanque de la poceta.

 

ARTURO: Aló. Bendición.

Sí bueno, ahí mamá…

La cosa está mala.

Esto no es tu cuarta república en la que el sueldo te alcanzaba para resolver…

Lo que me tocó a mí es más complicado…

¿Pensaste lo que te dije?

Si mamá, yo se, pero esto es solo un préstamo…

Yo te devuelvo esos reales en un santiamén…

Máximo 2 meses.

¿Cómo que cómo? Ahhh vaina pues…

¿Pero tú no confías en mí? ¿Cómo no le vas a creer a tu propio hijo…?

No, no, no mamá eso no fue culpa mía… 

 

Arturo abre la puerta del baño y camina con el cuerpo mojado, goteando por todo el pasillo. 

Escucha a su madre en silencio por unos segundos.

 

ARTURO: No, no. Yo invertí en eso porque me lo recomendaron…

¡Mamá esos reales no están perdidos!

Ok. Ok.

Aja, al Mercantil…

Pero por favor no le digas a mi papá que me prestaste esta plata…

No. El carro sigue en el taller. No encuentran los repuestos, este país está jodido por las cuatro esquinas ¿Tú dónde crees que estás? No hay repuestos...

 

 

VICTORIA – 10.28 AM.

 

Victoria está sentada frente al televisor.
Pero mirando fotos de hombres desnudos y/o con poca ropa en su teléfono celular.

Esperanza, una mujer de 55 años, se sienta a su lado.
Victoria apaga la pantalla de su teléfono y lo pone debajo de sus piernas.

Esperanza le agarra el cabello.

 

ESPERANZA: ¿Te estás poniendo el champú que te trajo tu tía Sara verdad?

 

VICTORIA: Mmmjj

 

Esperanza mira el programa que ve Victoria en el televisor.

 

ESPERANZA: Ay mi amor, te quería pedir un favor…

Necesito que me des más platica… Porque lo que me dio tu papá se me fue ahí mismitico… No me alcanzó para nada.

 

VICTORIA: Mamá, vas a tener que esperar la quincena…

A mi la plata tampoco me alcanza para nada…

 

Esperanza se levanta del sofá y camina al pasillo de los cuartos.

Desconfiada; solo un momento después,

Victoria camina a su cuarto y encuentra a su mamá revisándole la cartera y con dos billetes de 50 bolívares en las manos.

 

VICTORIA: ¡Mamá! Te dije que no te podía dar más plata.

 

Victoria se acerca rápidamente e intenta quitarle el dinero a Esperanza.

Forcejean.

 

ESPERANZA: Aquí hay suficiente para que me prestes chica. ¡Yo soy tu madre!

 

Esperanza le quita el dinero a Victoria y se sale de la habitación.

Victoria la mira sin decir una palabra.

 

 

VICTORIA - 18 AÑOS ATRÁS.

 

Victoria con 11 años de edad, entra a la cocina y se acerca al lado de ESPERANZA, embarazada de siete meses; que carga en brazos a un niño de 3 años, bañado en llanto.

 

VICTORIA: Mamá, mira…

 

Victoria le muestra una mano llena de sangre que saca de su entrepierna. 

 

ESPERANZA: ¿Qué te estabas haciendo?

 

VICTORIA: Nada mami… Me salió solo.

 

Esperanza le da una cachetada.

Victoria mira a su mamá sorprendida.

El niño de 3 años comienza a llorar una vez más.

 

ESPERANZA: Mucho cuidado con traer una barriga para esta casa. ¡Ya estás avisada!

 

Victoria no entiende lo que dice su madre.

La mujer continua con lo que está haciendo.

Frustrada, molesta, Victoria se va de la cocina.

 

 

Esa misma noche Victoria está acostada en una cama mirando una revista de farándula, observa con detalle la fotografía de un galán de telenovela en traje de baño.

Esperanza entra al cuarto de Victoria sin tocar la puerta.

Está borracha.

Victoria esconde la revista debajo de su almohada.

Esperanza se acerca a su lado. Se sienta en la cama y mira a Victoria con una mezcla de ternura y molestia. 

 

ESPERANZA: Ay mi amor, yo no te quería pegar… Ya eres una mujer…

 

Con seriedad.

 

ESPERANZA: Ahora te tienes, que cuidar de los hombres, porque no todos son tan buenos como tu papá. ¿Entiendes?

 

Victoria asiente tratando de entender aquello.

 

 

MANUEL – 10.32 AM.

 

El militar estaciona el jeep frente al comando.

 

MILITAR: Bájense. Vengan por aquí.

 

Manuel y Alejandro se bajan del jeep y siguen al militar.

 

MILITAR: Mira lo que te traje aquí. ¡Par de mariconsones!

 

Molesto e indignado, Manuel mira a los dos hombres interactuar con detalle.

MILITAR 2, un hombre moreno, de 40 años, está sentado en un pequeño escritorio de madera.

 

MILITAR 2: ¡Nojoda! 

 

MILITAR: Estaban en una vaina rara en un montarral.

 

Manuel los mira indignado.

 

MILITAR 2: ¡Qué vaina tan arrecha! Con tanta mujer buena en este país…

 

Militar 2 nota la mirada escrutadora de Manuel y golpea el escritorio con la mano demostrando su autoridad.

 

MILITAR 2: Cédulas en mano.

 

Alejandro se acerca a entregar la cédula.

Manuel pone su cédula y su credencial de prensa sobre el escritorio.

 

ALEJANDRO: No, no. Pero díganme cómo vamos a resolver esto ya mismo…

 

Militar 2 se ríe.

 

MILITAR 2: ¡Coño se ve que estas acostumbraíto!

 

MANUEL: ¿A resolver qué? Si nosotros no hicimos nada.

Alejandro se voltea y le dice a Manuel molesto.

 

ALEJANDRO: Déjame arreglar esta vaina a mí, ¿OK?

 

Manuel lo mira sorprendido. Y le hace un gesto con la mano.

 

MANUEL: Arréglalo pues…

 

MILITAR: Ay, pero si se pelean como dos noviecitas y todo…

 

Militar 2 se ríe, pero casi inmediatamente cambia a un tono más serio.

 

MILITAR 2: Son 8 mil.

 

MANUEL: ¿Cómo?

 

Alejandro saca unos billetes de su cartera.

 

ALEJANDRO: Mira. Aquí lo que tengo son mil quinientos.

 

MANUEL: ¿Pero por qué le vas a pagar? Nosotros no hicimos nada malo.

 

Alejandro voltea hacia Manuel.

 

ALEJANDRO: No te metas güevón. Que yo me quiero ir de aquí…

Yo soy un hombre casado…

 

El militar 2 da una palmada al aire.

 

MILITAR 2: ¡Nojoda puro lomito! ‘Ta bien.  Dame acá.

 

Alejandro le entrega el efectivo al militar 2.

Toma su cedula del escritorio y sale con paso rápido del comando,

sin despedirse de Manuel.

 

MILITAR 2: ¿Y tú cuánto rial traes ahí?

 

MANUEL: Yo no te voy a dar un centavo. Pero sabes que se me esta ocurriendo… Un reportaje para telenoticias sobre el matraqueo en el parque Waraira Repano… ¿Qué te parece?

 

El militar 2 toma la cédula y la credencial de prensa de Manuel y las mira.

Manuel y el militar 2 intercambian una mirada.

 

 

Afuera del comando Manuel mira a Alejandro alejarse por el sendero que baja hacia Caracas.

 

MANUEL: ¡Puta madre!

 

En ese momento recibe una llamada telefónica.

Mira su pantalla.

Es su amiga Mónica.

Manuel resopla.


MONICA OFF: Manuel ¿como andas?

 

MANUEL: Mi amor, justo estaba pensando en ti…

 

MONICA OFF: Te estoy llamando para recordarte que hoy es mi fiesta de cumpleaños. ¡y te voy a estar esperando! ¡No me puedes dejar embarcada este año!


MANUEL: No vale, no te preocupes que seguro nos vemos esta noche.

 

Corta la comunicación.

Mira de nuevo hacia el camino que baja a Caracas.
El camino está completamente solo.

Manuel suspira sintiéndose frustrado y comienza a descender a la ciudad.

 

Marca el número de Arturo.

 

MANUEL: Hey. ¿Que vas a hacer esta noche? ¿Quieres ir a una fiesta conmigo?

 

ARTURO: Mmm… No sé, estaba pensando más bien quedarme viendo una película…

 

MANUEL: ¿Qué? ¡No me jodas!

A donde te estoy invitando, te aseguro, que van a haber un montón de mujeres.

 

ARTURO: Es que todavía no tengo carro...

 

MANUEL: Yo te puedo pasar buscando sin problemas…

 

ARTURO: Mmmmm…

 

MANUEL: Bueno, luego no te quejes conmigo de que no conoces a ninguna mujer…

 

ARTURO: Bien, ‘ta bien, me convenciste.

 

MANUEL: Ok. A las 9 estoy en tu casa.

 

Manuel corta la comunicación y se acerca a unas máquinas de hacer ejercicio.

Hay un joven de 18 años en el lugar.

Manuel se acerca a las barras paralelas y comienza a hacerlas.
Se esfuerza.

El sudor baña su cuerpo.
De pronto mira al chico a su lado, se fija en su esfuerzo, en sus pectorales, e intercambia una breve mirada con él.

 

Heterosexual, homofóbico, el joven toma su bolso del suelo y se aleja de Manuel lleno de aversión.

 

Contrariado Manuel saca su caja de cigarros de su koala y enciende uno.

Lo inhala con fuerza y expira el humo; siente que le quema en sus entrañas, la certeza de que es un fracasado.

 

 

ARTURO – 5.43 PM

 

Sabiendo que va a beber en la noche.
Arturo decide irse a comer al restaurante de su padre en la Candelaria.

Allí, en una mesa en la cocina, Arturo se come con apetito un asado negro con plátano horneado, una ensalada rallada, una ración de arepas fritas y un batido de mora con remolacha.

 

 

MANUEL / VICTORIA – 6.00 PM.

 

Manuel está sentado en un café con mesas al aire libre, tomando un vaso de té verde granizado, leyendo Twitter en su celular; cuando de pronto William y Marta, quien luce visiblemente rejuvenecida, más delgada y elegantemente vestida, entran al café.

Manuel resopla pensando que debería buscarse un brujo, un santero o un cura para que le hagan una limpia, un despojo o un exorcismo… Alguien que le quite la maldición que parece signarle los pasos.

 

Al descubrir a Manuel en el café Marta cambia su expresión afable, por una más amarga;

le habla a William y salen del local; pero antes, William voltea a mirar al interior e intercambia una mirada con Manuel.

 

Sintiéndose frustrado, Manuel piensa que William y él tenían una conexión que iba más allá de lo sexual.

Resopla una vez más.

 

En ese mismo momento Victoria entra al café con paso apresurado y se acerca a la mesa de Manuel.

Se sienta a su lado, Manuel no la saluda, solo mira a la puerta de salida.

 

VICTORIA: ¿A quién estás viendo? Victoria voltea y descubre a William salir del local.

 

Manuel saca un cigarrillo de su caja y lo enciende.

 

VICTORIA: ¡No me digas que ese era el famoso William!

 

MANUEL: Si... Y su señora esposa.

 

VICTORIA: ¡Está buenísimo! Ya entiendo por qué te gustaba tanto…

 

MANUEL: Si… Mejor no hablemos de él, que hoy no he tenido un buen día…

No… Más bien hoy he tenido un día de mierda y no quiero amargarme más…

 

Manuel la mira.

 

MANUEL: Y tú… ¿Por qué estás así tan… Desarreglada?

 

Victoria se acerca a Manuel y le habla emocionada como una niña.

 

VICTORIA: Ayer tuve sexo con seis hombres.

 

Manuel se atraganta con el té verde.

 

MANUEL: ¿¡Qué!?

 

VICTORIA: ¡¡¡Encontré un video chat porno buenísimo!!!

 

MANUEL: Ahh, en un chat… ¡Me asustaste! ¿¡Con seis!? Coño, ¡Un gentío! 

 

Victoria baja aún más la voz.

Manuel la mira sorprendido.

 

VICTORIA: Les enseñe las tetas y el culo…

¡Eran insaciables!

El último era un viejo de 50 años que estaba buenísimo. Divino.

 

MANUEL: ¡Verga, pero estás pasada de puta! 

 

Victoria se ríe complacida.

 

MANUEL: Me provoca una cerveza. ¿Quieres una? 

 

Victoria duda.

                                                           

VICTORIA: No debería… Pero bueno, si. Una solita.

 

Manuel hace un gesto a un mesero.

 

MANUEL: Dos cervezas por favor.

Se voltea a mirar a Victoria.

 

MANUEL: ¿Y en la vida real…? ¿Qué pasó con tu jefe?

Molesta.

 

VICTORIA: ¡El sexo en internet también es real!

Esos hombres no eran unos bots… ¡Eran de carne y hueso como tú y como yo!

 

El mesero trae las cervezas, las coloca en la mesa y se va.

Manuel levanta su cerveza y brinda con Victoria sonriendo.

 

MANUEL: ¡Salud! Por futuros encuentros sexuales. ¡Pero person to person! Con roce, sudor e intercambio de fluidos…

 

Victoria le acerca la cerveza, queriendo que termine, pero Manuel evade el vaso.

 

MANUEL: ¡Porque lo demás es solo masturbación!

 

VICTORIA: Ayayayay… Ya. ¡Salud!

 

Chocan las cervezas y se toman un trago.

 

VICTORIA: Ya quisiera yo salir a la calle y acostarme con el primero que se me cruce… ¡Sin remordimientos de ninguna clase!

 

MANUEL: ¿Y quién te lo impide? ¿Ahh? Usted hace con su “chichi” lo que le de la gana.


Victoria se ríe.

 

VICTORIA: Entre los hombres que he rechazado y los que me han rechazado a mi, creo que me voy a terminar amargada y vistiendo santos…

 

MANUEL: Mija, ¿De que hablas? Todavía estás a tiempo de ser novia, esposa, amante, madre, puta, lo que sea que te ocurra… Todas incluso… Aquí lo que sobran son hombres con ganas de echar un polvo con cualquier mujer que se les cruce por delante. Tú solo tienes que encontrar el tuyo…

 

Victoria resopla.

 

VICTORIA: Te digo que he estado muy deprimida por eso últimamente… Preocupada por el reloj biológico… Sintiéndome vieja, marchita, acabada… No tener hijos después de los 30 en este país, es una excentricidad, una cosa muy rara… Sobre todo en mi familia…

 

MANUEL: Por favor… La mitad de las profesoras que nos dieron clases en la universidad no son madres y son felices y están realizadas como seres humanos… ¡No te puedes poner tú también a creer que esa es la única opción o la única verdad!

 

VICTORIA: Ya, ya…

 

MANUEL: Ya, ya, tú. ¡En serio!

¿Terminaste el artículo que estabas escribiendo sobre PDVAL?

 

VICTORIA: No, al final me quedé pensando que yo no quiero estar todo el día escribiendo sobre política, toda la gente que conozco en ese ámbito termina completamente amargada…

 

MANUEL: Si, bueno, la política de este país amarga a cualquiera…

 

VICTORIA: ¡Y también los exilia! Y yo no quiero irme del país…

He estado pensando que la semana que viene voy a ir al concierto de Servando y Florentino y voy a enviar una reseña de eso al editor.

 

Manuel apaga el cigarrillo.

 

MANUEL: ¿Para la movida cultural? ¿Pero allí ya no hay demasiada gente…? 

 

VICTORIA: No sé… No estoy yo en todo caso…

 

MANUEL: ¿Qué haces esta noche?

¿No quieres venir a una fiesta conmigo y con Arturo?

 

VICTORIA: ¡Con el borracho de Arturo yo no voy ni a la esquina!

 

MANUEL: ¿Te das cuenta? Prefieres quedarte tapiada en tu casa que salir a conocer gente…

 

VICTORIA: Si no fueras con Arturo me lo pensaría, pero como vas con él no hay nada que pensar…

 

Victoria cambia el tono por uno más dramático.

Manuel no insiste.

 

VICTORIA: Ay, yo no te he contado… ¡Mi jefe ayer me invitó a su cumpleaños!

 

MANUEL: ¿Te invitó? ¿Entonces hablaron?

 

VICTORIA: Bueno, me invitó a mí y a toda la oficina.

 

MANUEL: Ahh…

 

VICTORIA: No puedo con la ansiedad por la dichosa fiesta.

La idea de estar con Mario en un bar, de noche, fuera de la oficina me pone mal…

¡Me le voy a lanzar encima!

Manuel se ríe.

 

MANUEL: Pero si ni le has hablado… En serio… ¡Eres una psicópata!

 

VICTORIA: Psicópata, pervertida, depravada, histérica, desesperada, loca… ¡Qué estrés!

 

 

MANUEL / ARTURO – 9.32 PM.

 

Manuel y Arturo suben las escaleras de un edificio y caminan por un pasillo.

 

ARTURO: Esta es la noche. Mira, mira, tengo puesta la mano de Orula.  

 

Arturo levanta el brazo para que Manuel le mire la pulsera de cuencas verdes y amarillas que tiene en la muñeca.

 

MANUEL: ¿Qué coño es la mano de Orula?

 

ARTURO: Sin coño.

Orula es un profeta, un maestro; y me reveló mi destino.

Y mi destino es conocer a una mujer esta noche.

 

MANUEL: Mónica trabaja en publicidad, tiene unas amigas que están bien buenas, así que capaz el Orula ese no se equivoca.

 

ARTURO: ¿Y qué tal están los amigos?

 

MANUEL: No sé. A lo mejor el Orula ese también me resuelve una vainita.

 

ARTURO: Así es. ¡Mente positiva!

Tocan el timbre.

 

MANUEL: Mira, por favor, no te vayas a volver loco esta noche.

No vayas a cagarla.

 

Arturo se molesta.

 

ARTURO: Coño panita… ¿Cuál es la desconfianza?

 

MANUEL: Aquí tengo una bolsa. Si te pones muy borracho me pides un pase. ¿Ok? 

 

Pendiente.

Arturo asiente.

 

MÓNICA, una mujer blanca, joven, delgada y de unos 29 años, abre la puerta.

 

MONICA: ¡Hola! ¡Pasen!

 

Una veintena de personas están ya en la fiesta.

Unos conversan y otros bailan en medio de la sala.

Manuel y Arturo, se acercan a la mesa de tragos.

Ambos se sirven unos “cuba libre”.

 

MANUEL: No está mal la cosa. ¿No? No te puedes quejar, me parece que tienes bastantes posibilidades…


Manuel y Arturo miran a las mujeres en la sala.

 

ARTURO: Si, algo cae esta noche… ¿Y tú? ¿Le echaste el ojo a alguien?

 

MANUEL: ¡Qué va! Aquí no hay nadie para mí…

 

ARTURO: ¿Y ya viste a aquel catirito?

 

Arturo señala a DARÍO, un chico delgado de 23 años, rubio, vestido de modo juvenil y bastante afeminado, sentado en un sofá riéndose de manera destemplada.

 

MANUEL: No… No… Nada que ver…

Si me gustara lo femenino seria heterosexual… 

 

Voy al baño.

Manuel señala el ron que Arturo se está sirviendo.

 

MANUEL: Cuidado con eso.

 

Darío, que notó que hablaban de él, se levanta del sofá, llega al lado de Arturo y le habla muy de cerca.

 

DARÍO: ¿Tú eres el novio de Manuel?

 

ARTURO: No, no. nada de eso. Manuel y yo somos panas.

 

Arturo mira fijamente a CRISTINA, una chica blanca, delgada, de pelo castaño y 25 años, reír en el fondo de la fiesta.

 

DARÍO: Nada, yo pregunté porque parecían otra cosa…

¿Pero Manuel es gay verdad?

 

ARTURO: ¿Manuel? Claaaaro...

Gay, gay, gay.

¡Súper gay!

 

DARÍO: ¿Y está soltero?

 

ARTURO: Solterísimo.

¿Tú estás buscando un resuelve?

Te digo, ese pana lleva solo como dos años.

¡Seguro que tienes chance!

 

Darío sonríe.

 

DARÍO: ¿¡En serio!? ¿Dos años? Oh my…

 

Arturo mira a Darío seriamente, le asiente, se le acerca y le dice en tono de confidencialidad.

 

ARTURO: Pero hoy en el carro, antes de llegar a la fiesta, me dijo que esta noche iba a terminar con esa mala racha de todas, todas.

 

Darío asiente interesado en lo que escucha.

 

 

En el baño, Manuel se mete un pase. 

Comienza a sonar su celular, lo saca del pantalón y lo mira.

Dice VICTORIA en letras grandes. 

 

MANUEL: ¿Qué hay? ¿Qué tal tu chat porno?

 

Victoria se ríe mirando la pantalla de su computadora.

 

VICTORIA (OFF): Ahorita estoy con un gallego que está buenísimo.

 

Un hombre de unos 45 años, de contextura más bien gruesa, semidesnudo se masturba desde el monitor.

 

Manuel se mete otro pase con la llave. Se mira en el espejo y le habla con ironía.

 

MANUEL: ¡No joda Victoria! Ese hombre está lejísimo…

Tienes que buscar a uno que esté aquí en Caracas.

A un vecino…

 

MANUEL: ¿Seguro que no te quieres venir para la fiesta?

Manuel se limpia las dos fosas de la nariz.

 

VICTORIA (OFF): No, no… Solo te quería decir que me lo pase muy bien esta tarde.

MANUEL: Y estarías aquí pasándotelo bien si no fueras tan pendeja.

Estás sola en ese cuarto. ¿Me oíste? Sola.

 

VICTORIA (OFF): Hablamos después…

 

MANUEL: Ok. Ok. Ok. 

 

Manuel corta la comunicación y sale del baño.

 

Un reaggetón muy popular comienza a sonar estruendosamente en la sala.

Algunos de los presentes vitorean la llegada de la canción. Mónica emocionada se acerca a Manuel y le agarra por un brazo.

 

MONICA: Ven. ¡Baila conmigo!

 

MANUEL: No, no, yo no bailo esa música…

 

Mónica lo hala hacia la pista.

 

MONICA: ¡Vente que aprendes ahí mismito!

 

Mónica y Manuel llegan a donde bailan todos.

Muy cerca de ellos, Arturo baila también, pegándosele a Mujer 1 y Mujer 2 de manera libidinosa.

Ellas se ríen, le siguen el juego y bailan con él; hasta que ven a Manuel en la pista.

 

MUJER 1: Mira, ¡Es el del noticiero, que bello!

 

MUJER 2: Verga chama si…

 

Y las dos mujeres se alejan de Arturo para irse a bailar con Manuel.

Arturo mira a Manuel molesto.

Manuel hace unos pasos fuera del ritmo.

Darío sonríe mirando a Manuel bailar.

Manuel luce apenado, pero se ríe y trata de seguir los pasos de baile.

Mónica baila moviendo las caderas sexualmente.

Le agarra las caderas a Manuel y le hace moverse correctamente.

Mujer 1 se pega por la espalda de Manuel y repite los movimientos.

Los tres se agitan sensualmente al ritmo de la música.

Arturo mira la situación lleno de celos.

 

 

VICTORIA – 10.34 PM

 

Victoria, en cuatro patas sobre una silla, muestra el culo a la webcam.

Detrás de ella en el monitor de su computadora hay un hombre moreno sin camisa.

Masturbándose.

La puerta de la habitación se abre repentinamente.

Esperanza entra.

 

ESPERANZA: Victoria, ya vamos a com…

¡Por los clavos de Cristo!

¡¡¡Victoria!!!

¿¡Pero que cochinadas estás haciendo!? 

 

Victoria pierde el equilibrio y cae al suelo.

Esperanza la mira indignada acercándose a la computadora.

 

ESPERANZA: Dios mío… ¿Quién es este bicho?

 

Esperanza tapa la computadora con un trapo que agarra de la cama.

 

 

En el comedor todos comen en silencio.

JUSTINO, el papá de Victoria, un hombre moreno de 55 años, marca sus caballos favoritos en una gaceta hípica.

Esperanza mira con rabia a Victoria.

La TÍA SARA, una mujer morena de 50 años, come con apetito arroz con caraotas de un plato de peltre.

 

TÍA SARA: ¿Ay mijita y qué edad tienes tú ya?

 

VICTORIA: Voy a cumplir 31.

 

TÍA SARA: ¿Y tienes novio? ¿Cuándo nos das un nietico a tu mamá y a mí? 

 

Con ironía.

 

VICTORIA: El día menos pensado les llego aquí con una barriga…

 

La tía se atraganta con la comida.

Comienza a toser.

 

ESPERANZA: Si mijita… ¡Te va empreñá la computadora!

 

Justino mira a Esperanza con desaprobación.

Da un último bocado y se levanta de la mesa.

 

JUSTINO: Me voy a taxear.

Aquí no se puede ni comer en paz…

 

Victoria también se levanta de la mesa.

 

VICTORIA: Con permiso.

Nos vemos después tía Sara.

 

Victoria se retira del comedor.

Esperanza se levanta de su puesto de la mesa y se sienta al lado de la Tía Sara, que continúa tosiendo.

Le da un vaso con agua.

La tía Sara agarra el vaso y se bebe el agua para calmar la tos.

 

ESPERANZA: Yo creo que esa hija mía no está nada bien.

¡Es una aberrada sexual!

 

Victoria escucha el comentario antes de llegar a la puerta de su cuarto.

Sintiéndose frustrada, se encierra en su habitación.

 

 

MANUEL / ARTURO – 11.21 PM

 

Arturo se acerca a Cristina, una chica delgada de cabellos largos y enroscados que se sirve un trago.

La mira libidinosamente de arriba abajo, mientras pone más ron en su vaso.

Los dos están borrachos.

 

ARTURO: Mami tu eres la mujer más bella, la que está más buena, más divina en esta fiesta.

Yo tengo rato viéndote y es así…

Cristina lo descubre a su lado y lo interrumpe.

 

CRISTINA: Ay gordito ¿tu no tendrás un pasecito para esta mami?

 

ARTURO: Claro que sí. Yo te lo voy a resolver.

 

Cristina mira en otra dirección y saluda a alguien.

DOUGLAS, el novio de Cristina, agita la mano al fondo de la fiesta al lado de la puerta.

 

CRISTINA: No, no. Mucho tiempo. Déjalo así gordito. Por fin llegó mi novio. Permiso.

 

Cristina se aparta de Arturo.

Arturo mira a Cristina besarse con Douglas cerca de la puerta de entrada.

Remeda a Cristina.

ARTURO: Permiso…

 

Camina al balcón sintiéndose frustrado.

 

 

En la cocina Mónica se acerca sensualmente a Manuel que está sirviendo más hielo en una hielera.

 

MÓNICA: Quiero pedirte algo…

 

MANUEL: ¿Qué será?

 

MÓNICA: Algo que no se le niega a nadie.

 

Manuel la mira sin comprender.

 

MÓNICA: Un beso.

 

Manuel le sonríe.

 

MANUEL: Mónica, tú y yo solo somos panas…

 

MÓNICA: Sólo te estoy pidiendo un beso… No es algo tan complicado, ¿Verdad?

 

Mónica se acerca a Manuel y le da un beso en la boca.

Manuel la besa también y le agarra la cintura acercándola hacia a él.

Arturo entra a la cocina en ese momento tambaleándose. 

 

ARTURO: Cooooño. ¡Pero así yo también me meto a marico!

 

Manuel abre los ojos y lo mira.

Le enseña el dedo del medio.

 

Arturo se va de la cocina apoyándose de las paredes por la borrachera y sintiendo arcadas, camina rápidamente a un baño.

 

Se encierra en el lugar.

Aspira y expira tratando de no vomitar.

Pero de pronto, sobre el lavamanos, tiene una arcada.  

Se tapa la boca.

Tiene otra arcada mucho más fuerte y vomita a través de los dedos ensuciando el espejo y el lavamanos y su ropa.

Entonces, sin dejar de vomitar, se mueve a la poceta y se arrodilla frente a ella.

 

Un poco más aliviado, se levanta tratando de recuperar la respiración y se da cuenta del desastre que acaba de dejar en el baño.

 

 

11.56 PM

 

Preocupada Mónica se acerca a Manuel que habla con Mujer 1, Mujer 2 y Darío.

 

MONICA: Oye, yo creo que a tu amigo le pasa algo.

 

MANUEL: ¿Qué? ¿Por qué?

 

Manuel lo busca con la mirada y no lo ve.
Se preocupa.

 

MANUEL: ¿Dónde está? ¿Qué le pasó?

 

MÓNICA: Está encerrado en el baño hace rato.

Pero no sale de ahí, no responde.

 

Manuel se abre paso entre 6 personas paradas cerca de la puerta del baño.

Manuel toca la puerta.

 

MANUEL: Arturo. ¿Estás bien?

No se escucha nada. Manuel vuelve a tocar. 

 

MANUEL: Arturo. Ábreme.

 

Lívido, Arturo abre la puerta y sale del baño.

 

ARTURO: Coño yo 'toy bien… ¡Pero esa poceta no baja!

 

Mónica entra al baño y grita al ver el vómito en el lavamanos y la poceta.

 

MONICA: ¡Aaaahhhh!

 

Toda la gente que está en la sala entra a ver lo que paso.

 

HOMBRE (OFF): ¡Verga!

 

HOMBRE (OFF): ¡Coño!

 

MUJER (OFF): Que asco.

 

Manuel mira con desaprobación a Arturo.

Arturo le hace un gesto de hastío a Manuel y se va.

Manuel entra al baño y se sorprende.

 

 

12.59 PM

 

Arturo caminó a la cocina tambaleándose.

Asqueado, sintiendo la humedad pegostosa del vómito en su camisa y su pantalón.

 

Notando una secadora en el lavadero, abrió la llave, se quitó la camisa y lavó la parte vomitada con agua y detergente.

Mirando solo el espacio, se quitó el pantalón y también lavó la parte vomitada.

Luego lo metió todo en la secadora y puso el timer por 5 minutos.

Tratando de ocultar su desnudez, caminó al cuarto de servicio y cerró la puerta tras de sí.

 

Cristina que estaba dormida en ese cuarto se despertó asustada al sentir cerrarse la puerta.

A tientas Arturo buscó el interruptor de la luz, hasta finalmente, encontrarlo.

 

Al verlo en interiores; 

suponiendo lo peor,

Cristina gritó a toda voz,

aterrorizada,

completamente desesperada.

 

CRISTINA: ¡¡¡¡Ahhhh!!!!!

Auxilio.

Douglas. ¡Douglas!

Me quieren violar.


Sorprendido.

 

ARTURO: No, yo no…

 

En segundos Douglas y otro hombre entraron a la habitación y sin mediar palabras agarran a golpes y a patadas a Arturo.

 

DOUGLAS: Rata. Sádico. ¡Coño de madre!

 

Arturo se cubrió de los golpes en el torso y la cabeza con ambos brazos.

 

ARTURO: ahhhggg… ¡Yo no estaba tratando de violar a nadie!

Los dos hombres lo agarran por ambos brazos y lo sacan de la habitación.

 

ARTURO: Suéltenme. ¡Yo no iba a violar a nadie!

 

Douglas y el otro hombre caminan entre la gente llevando a Arturo hasta la puerta de salida.

Arturo forcejea, pero la fuerza de los dos hombres es mayor que la suya.

 

ARTURO: Suéltenme.

 

Todos los presentes miran la escena sorprendidos.

Los dos hombres sacan a Arturo del departamento.

 

ARTURO: No, no, ¡Devuélvanme mi ropa!

 

 

12.59 PM

 

Con guantes, en ambas manos, Manuel limpia el vomito que tapa el lavamanos, e intenta destapar la cañería con un alambre.

Darío mira a Manuel limpiar, sosteniendo un desinfectante con una mano y tapándose la nariz con la otra.

 

DARÍO: Ay yo te ayudaría, pero es que yo no puedo con el vomito…

 

MANUEL: Si… ¡Qué asco esta vaina!

 

DARÍO: Ese Arturo debe ser muy buen amigo tuyo para que tu le estés limpiando este desastre…

 

MANUEL: Lo estoy limpiando por Mónica…

No por Arturo.

 

DARÍO: Él me dijo muchas cosas de ti.

 

MANUEL: ¿Sí?

 

Se escucha un barullo proveniente del exterior.

 

MANUEL: ¿Que será ese escándalo?

Darío mira a Manuel fijamente.

 

DARÍO: Nada, no pasa nada, la gente bailando… Tu sabes como es el perreo… 

 

MANUEL: No mucho la verdad…

Darío se acerca a Manuel y le dice sugestivamente.

 

DARÍO: Arturo me dijo que llevas como dos años solo. ¿Eso es verdad?

 

Manuel se molesta, pero se concentra en destapar el lavamanos.

No dice nada.

Darío insiste.

 

DARÍO: Eso no es normal, ni es sano ¿sabes?

 

Darío le toca un brazo a Manuel y le aprieta la musculatura.

 

DARÍO: ¿Tú sabes que tú y yo somos lo mismo verdad?

¿Por qué no nos vamos para mi apartamento?

Allá hay trago y pases, y podemos continuar con la fiesta tú y yo.

¿Quieres?

Yo vivo por aquí cerquita.

 

Darío se muerde el labio mirando a Manuel fijamente.

Lleno de deseo.

Manuel saca el alambre del lavamanos y se aparta de Darío.

 

MANUEL: Esta vaina no va a funcionar…

Le pagaré un plomero a Mónica.

No, tranquilo mi pana, gracias…

 

 

1.07 AM

 

En medias e interiores Arturo golpea la puerta de la entrada del apartamento de Mónica.

 

ARTURO: ¡Devuélvanme mi ropa coños de madre!

 

ESTEBAN, un hombre moreno claro, delgado de unos 65 años sale extrañado de un apartamento.

 

HOMBRE: ¿Pero qué escándalo es este?

 

ARTURO: No pasa nada mi don…

 

Arturo golpea la puerta del apartamento de Mónica y toca el timbre.

 

ARTURO: Ábranme ¡Hijos de puta!

Esteban mira a Arturo y abre la reja de su apartamento, se acerca a él por detrás, mirándole el culo, campaneando un vaso de whisky. 

 

ESTEBAN: ¿Necesitas ayuda?

 

Arturo se voltea cubriéndose el sexo con ambas manos. 

 

ESTEBAN: Así no puedes salir a la calle.

 

Arturo se voltea a la puerta del apartamento de Mónica y golpea la puerta una vez más.

 

ARTURO: ¡Coños de madre!

 

ESTEBAN: Ven, pasa, entra a mi casa…

 

Arturo lo sigue y entra al apartamento.

Esteban cierra la puerta y coloca las llaves en un gancho justo al lado de la entrada y camina al interior del departamento.

 

ESTEBAN: Espérame aquí.

 

Arturo espera parado en medio de la sala, en la que se escucha la canción “Arrepentida” de Orlando Contreras.

Esteban regresa con un mono, una franela y unos zapatos de tela desgastados entre las manos.

Le entrega todo a Arturo.

 

ESTEBAN: Esto es de mi hijo, pero él se fue para Perú hace ya más de dos años…

 

Arturo comienza a ponerse el pantalón.

 

ESTEBAN: ¿Y qué fue lo qué te pasó a ti?

 

A Arturo se le enreda la lengua al hablar.

 

ARTURO: Nada… Una loca y unos coños de madre, abusadores, con ganas de joder a un pendejo. ¡Desgraciados!

Arturo se pone la camisa.

Esteban campanea el vaso de whisky fingiendo interés en lo que dice Arturo.

 

ESTEBAN: Coño carajito yo estoy llegando de tomarme unos tragos… Y bueno…

 

Arturo mira a Esteban extrañado mientras se calza los zapatos.

El hombre hace una pausa.

 

ESTEBAN: No te vayas a ofender, pero ¿Tú no me querrás mamar el güevo? 

 

Arturo se sorprende.

 

ARTURO: Coño. No mi don, a mi no me gusta eso…

Pero si le agradezco por la ropita… ¿Oyó?

 

Esteban se le acerca a Arturo.

 

ESTEBAN: Pero mijo, es que en esta vida nada es gratis…

 

Sintiéndose amenazado Arturo se echa dos pasos hacia atrás.

 

ARTURO: Mi don… La verdad es que yo no…

 

Esteban da dos pasos hacia adelante.

 

ESTEBAN: ¿Y si además te doy unos realitos? ¿Umm?

 

Esteban camina al fondo de la habitación. Va a buscar su cartera.

Arturo camina a la puerta; intenta abrirla.

La puerta está cerrada con llave. Arturo mira las llaves guindadas al lado de la puerta.

Esteban se acerca a Arturo. Le ofrece 6 billetes arrugados de 20 bolívares.

 

ESTEBAN: Mira, aquí hay como ciento veinte bolívares.

 

Indignado.

 

ARTURO: ¿¡Ciento veinte!? 

 

Esteban lo agarra con fuerza por la nuca tratando de bajarle la cabeza.

 

ESTEBAN: Vamos. Vamos. Yo llego rapidito.

 

Descoordinado por la borrachera Arturo cae al suelo.

 

ARTURO: No… no, no…

 

Esteban le agarra el pelo y le da unos rodillazos en la cara.

Tratando de parar la violencia; Arturo le dice;

 

ARTURO: ‘Ta bien, ‘sta bien… 

 

Esteban se baja los pantalones, los boxers y cierra los ojos.

Y Arturo aprovecha para empujarlo con todas sus fuerzas hacia atrás.

Esteban cae de bruces al suelo.

Arturo se levanta rápidamente, agarra las llaves colgadas a un lado de la puerta, la abre y sale del departamento.

 

 

1.22 AM.

Manuel y Arturo salen al pasillo al mismo tiempo.

Manuel mira la ropa de Arturo.

 

MANUEL: Mónica me dijo que trataste de violar a su amiga.

 

ARTURO: Naahhh… Esa amiga de Mónica que es una loca.

¡Una psicópata más bien!

 

Manuel le cree.

 

ARTURO: ¿Coño no te huele como a vomito?

 

Manuel lo mira molesto.


MANUEL: ¿De donde sacaste esa ropa?

 

ARTURO: Me la dio un viejo borracho, que quería que le mamara el güevo por ciento veinte bolívares…

 

Manuel suelta una carcajada.

 

MANUEL: ¿Ciento veinte? Coño estás bien devaluado…

 

Arturo lo mira molesto.

Se arranca la mano de Orula de la muñeca.

Las cuentas verdes y amarillas caen y rebotan en el suelo en mil direcciones.

Arturo y Manuel bajan las escaleras.

 

 

1.37 AM.

 

Vemos el Maverick blanco de Manuel avanzar en una autopista solitaria.

Arturo cambia las estaciones de radio frenéticamente.

De pronto el celular de Manuel comienza a sonar.

 

ARTURO: ¡Ese seguro que es Darío!

 

Manuel se pone paranoico.

 

MANUEL: ¿Le diste mi teléfono?

 

Arturo se ríe.

 

MANUEL: Esa te la voy a cobrar coñodetumadre… ¡Escríbelo!

 

Manuel contesta el teléfono.

 

MANUEL: ¿Aló? si, si… ¿Cómo es la vaina?

 

Apaga la radio.

 

MANUEL: Dame un minuto, ya te llamo…

 

Corta la comunicación.

 

MANUEL: Tengo que irme a trabajar… ¿Te dejo en la parada de taxis?

 

ARTURO: No, no, no, llévame pa’ mi casa.

Esta no es mi ropa, ni tengo mi cedula, ni mi celular, ni plata, ni nada…

Además ¡Tú me trajiste para esta vaina!

 

MANUEL: Coño mi pana…

¡Es que de verdad tu eres un barranco!

 

Arturo mira la ciudad por la ventana y no le contesta.

 

 

2.25 AM.

 

Fumándose un cigarrillo, Manuel se baja de su carro frente a la morgue de Bello Monte.

Se ve cansado.

Guarda su teléfono celular en el bolsillo trasero del pantalón.

El productor y el camarógrafo se acercan a él.

 

PRODUCTOR: El cuerpo llegó hace 2 horas, con 20 puñaladas.

 

MANUEL: ¡Hijo de puta!

 

PRODUCTOR: Allá está la madre.

 

MANUEL: Y quiere declarar.

 

El productor asiente.

 

MANUEL: OK, vamos.

 

Manuel tira el cigarrillo en el suelo y lo pisa.

Se pasa ambas manos por el pelo, tratando de arreglarse.

Se acerca a la madre de Silvana. Una mujer blanca, delgada y de 53 años.

La mujer comienza a llorar al verlo.

 

MADRE: Me la mataron Manuel…

 

Manuel abraza a la mujer.

La cámara los graba.

 

Solo unos segundos después la mujer habla a la cámara del noticiero llena de dolor por la muerte de su hija.

 

MADRE: Silvana amaba a Bobby. Ella no lo estaba engañando…

Pero él estaba mal, furioso, nadie entendía qué le pasaba…

Y mira, la mató… ¡Ay virgen santísima! La mató, la mató…

 

La mujer comienza a llorar histéricamente.

 

 

4.17 AM.

 

Manuel está sentado en el sofá de la sala de edición.

El editor manipula y corta el material.

Manuel habla frente a la cámara del noticiero.

 

MANUEL (MONITOR): Silvana es un femicidio más en una sociedad sorda a estas problemáticas, porque Silvana, como muchas otras mujeres, puso la denuncia ante las autoridades competentes y no se hizo nada para evitar esta tragedia. 

Llenos de frustración y de tristeza nos quedamos a la expectativa de que el reguetonero y grande liga Bobby Pérez sea ubicado, detenido y pagué por este crimen atroz que hoy conmociona a toda la población venezolana.

 

 

6.02 AM.

 

Manuel entró a su departamento;

dejó sus cosas en la mesa, se quitó los zapatos, la camisa, encendió un cigarrillo y caminó a fumarlo en su balcón.

Estaba agotado.

Bocanada tras bocanada pensó qué Venezuela era un lugar complicado;

qué el amor también era una energía volátil y peligrosa;

y qué tenía que hacer algo definitivo para olvidarse de William, para encontrar a alguien con quien compartir su existencia.

 

 

 

 

 

Continuará...

 

 

 

(Basado en el guion “More lonely nights” de Sergio Marcano y Bernardo Izsak)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario