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viernes, 27 de septiembre de 2024

Más Noches Solitarias. PARTE IV

Por Sergio Marcano.

 

SÁBADO – 01 DE MARZO

VICTORIA – 6 AM.

 

La alarma del despertador suena estruendosamente, rompiendo el silencio de la madrugada.

Victoria apenas y si durmió la noche anterior.

Lleva días deprimida,

sintiéndose frustrada y sola.

Una depresión más enmarañada y compleja que las habituales.

A pesar de que no le gusta tomar antidepresivos, piensa que llevarse toda esa carga de pensamientos opresivos y negativos, para el trabajo no es una buena idea.

Hoy necesita concentrarse en terminar la reseña que ya tiene prometida al editor de la revista dominical.

Agarra una caja de sertralinas de 50mg de su mesa de noche y se toma una.

Se obliga a levantarse de la cama,

se baña con agua contenida en un pipote,

se viste mecánicamente con su ropa gastada de siempre y desayuna.

 

Antes de salir,

sintiendo que el abismo de oscuridad sigue presente en su mente y en su pecho,

agarra de nuevo la caja de sertralinas y se toma dos más.

 

 

6.36 AM.

 

En un autobús rumbo a Caracas Victoria está sentada al lado de la ventana;

completamente drogada y con la mirada perdida.

Se escucha a todo volumen “Hambre” de Blanca Rosa Gil.

Un hombre atractivo, vestido con ropa deportiva, está sentado a su lado,

pero Victoria no repara en él.

Solo mira perdidamente el camino a la ciudad pasando en barrido.

 

 

7.35 AM.

 

Victoria se baja del autobús.

Está muy drogada;

Respira y exhala tratando de calmarse.

Caminando entre la gente,

sintiéndose insegura,

Victoria agarra fuertemente su cartera.

 

Comienza a sudar frío,

A hiperventilarse,

a perder el aire,

a ponérsele todo negro,

 y de pronto cae pesadamente al suelo.

La gente a su lado se aparta asustada.

 

Un señor mayor, se agacha al lado de Victoria tirada en la acera y le toca el rostro.

 

SEÑOR MAYOR: ¿Me oye señorita? ¿Me oye?



MANUEL / WILLIAM – 12:45 PM.

 

Encerrado en la sala de edición, Manuel está sentado frente a la computadora ordenando las imágenes y entrevistas su último reportaje;

fumándose un cigarrillo y sorbiendo café negro de un mug con el logo del canal.

William abre la puerta de la sala de edición y entra sin hacer ruido.

 

Observa a Manuel trabajar desde el fondo de la sala de edición.

 

MANUEL (MONITOR OFF): Esta mañana fuimos sorprendidos con la terrible noticia del suicidio del Grandes Ligas y reguetonero Bobby Pérez en la cárcel del Rodeo.

Una noticia impactante que cierra uno de los capítulos más violentos del deporte y de la farándula venezolana… 

 

WILLIAM: Por ahí me dijeron que lo mandaron a matar.

 

Manuel se sobresalta, se voltea y descubre a William parado detrás de él.

 

MANUEL: Pues ¿Quién sabe?

En este país todo es posible…

Además todos queríamos a Silvana…
¿Qué haces por aquí? 

 

A William le cuesta trabajo juntar las palabras.

 

WILLIAM: Hace días, que quería hablarte… 

 

MANUEL: ¿Pasó algo con el noticiero?

¿Me quieren botar del canal?

 

El celular de Manuel comienza a sonar.

Manuel mira la pantalla y manda la llamada al buzón de voz.

 

WILLIAM: No… no es nada de eso…
Todos estamos felices con tú trabajo.

 

Manuel asiente y lo mira extrañado.

 

MANUEL: ¿Entonces? Cuéntame,

¿Qué te trae a las mazmorras de la edición y del sonido?

 

William mira a Manuel y se le acerca.

 

WILLIAM: Estaba aquí en el canal y me quedé pensando en todas las veces que te he visto y no te he saludado. Hola. Buen día. O simplemente preguntarte cómo estás…

¿Sabes?

Lo normal…

Y quería decirte que siempre quise hacerlo;
saludarte…

Eso.

 

Manuel lo mira sorprendido de lo que escucha.

Se levanta de la silla del editor y apaga su cigarrillo en el cenicero.

 

MANUEL: William, entre nosotros dos todo está más que claro;

no hace falta que me digas nada de esto,

el tiempo lo puso todo en su lugar.

 

WILLIAM: No. Los dos sabemos que nada está claro entre nosotros…

 

En ese momento comienza a sonar el celular de Manuel una vez más.

Manuel se aparta de William.

 

MANUEL: Discúlpame un segundo.

 

Manuel contesta.

William lo mira lánguidamente.
Lleno de deseo.

 

MANUEL: Ok. Ok. Sí. Ya voy subiendo para allá.

 

Manuel corta la comunicación.

Agarra su chaqueta de una silla y se la pone.

 

MANUEL: Me tengo que ir a la pauta.

 

WILLIAM: ¿Crees que podamos vernos a tu regreso?

¿Hablar un momento?

Es importante.

 

MANUEL: Ok. Ok. Claro que si.

¿Tienes mi número?

 

WILLIAM: ¿0426 76589830?

 

MANUEL: Bien. Ese mismo.

 

Manuel toma un bolso y sale de la sala de edición.

William lo miró salir de la sala de edición sintiéndose contrariado.

                                                             

 

MANUEL / WILLIAM – 2 AÑOS Y 8 MESES ATRÁS – 11 PM.

 

Manuel y William beben champaña y conversan, sentados en un sofá, escuchando discos de Frank Sinatra en vinil.

De pronto William se queda viendo fijamente a Manuel.

 

MANUEL: ¿Todo bien?

 

WILLIAM: Muy bien…

Aquí, pensando que me podría acostumbrar a esto…

 

Manuel se ríe.

 

MANUEL: A buena conversa, champaña y Frank Sinatra se acostumbra cualquiera.

 

WILLIAM: No. No…

A ti y a mí.

 

Hace una pausa mirando a Manuel intensamente.

 

WILLIAM: Me gustas Manuel.

 

Manuel se sorprende de lo que escucha.

William le sonríe con aire seductor.

 

MANUEL: ¿En serio? ¿Pero esto?

Tú y yo…

 

Hace una seña que va de él a William y de William a él.

 

MANUEL: ¿Es una cosa? Un “je ne sais quoi”

 

William asiente, le sonríe.

 

WILLIAM: ¿Te parece una mala idea?

 

MANUEL: No. No…

Es un concepto muy interesante,

tendré que estudiarlo con detenimiento.

 

William se le acerca y le da un beso en los labios.

 

WILLIAM: ¿Entonces te lo vas a pensar?

 

Manuel lo besa también.

 

MANUEL: Sí… Lo pros, los contras,

ya lo estoy meditando en este mismo momento.

 

William lo besa una vez más.

 

 

ARTURO – 1:13 PM.

 

Arturo enciende su carro, al sacarlo del taller.

En el mp3 player se enciende de manera automática la canción que estaba oyendo el día del choque “Vuelve A Mí” de Pentágono.

 

“Yo te amo y gritaré, para quién quiera oír,

que tú eres mi deseo de vivir…

Soy un niño y es tu amor el que me hace crecer,

cuerpo y alma tú y yo un solo ser…”

 

Arturo siente una ola de dolor y frustración recorrerle el cuerpo.

Suspira profundamente tratando de calmarse.
Apaga la música.

 

ARTURO (OFF): ¿Cómo coño hago para sacarme de la mente a esa mujer?

¿Será que termino pagando la consulta del psiquiatra? 

 

Conduce a una licorería y compra 2 botellas de ron y dos de vodka.

En el carro abre una botella de ron y se toma unos tragos.

 

ARTURO: Alcohol ¡Bendito tesoro!

 

Se siente aliviado.

 

 

VICTORIA – 1:47 PM.

 

Victoria, aún muy drogada, se esfuerza por afinar detalles en la redacción de su reseña cultural, por redondear sus frases, sus conceptos, por hacerla perfecta,

está decidida a conseguir un mejor trabajo.

Tiene días convencida de que eso es lo único que va a ayudarle a sentirse mejor consigo misma, a salir de toda esa depresión absurda que no le aporta nada,

que no necesita en su vida.

 

En la oficina, Mario se acerca al cubículo de Victoria.

Victoria no lo nota, porque teclea abstraída.

 

MARIO: Disculpa, ¿Tú trabajas en el equipo de clasificados?

 

Victoria mira a Mario y se sorprende.

Se pone nerviosa,

se hiperventila.

 

VICTORIA: Sí… Yo…

 

MARIO: Por favor, ¿Podrías encargarte de esto?

 

Mario se le acerca y le explica.

Su perfume la envuelve, la intoxica, la droga aún más.

 

MARIO: Es de un sobrino que quiere vender su camioneta…

 

Victoria agarra el papel con manos temblorosas. Lo lee en voz alta.

 

VICTORIA: Toyota Hilux sincrónica 4x4. Diésel. Azul.

Mantenimiento al día. Motor 2.8, título 1-1.

Negociable. Telf. 0414-04056763

 

Mario le sonríe mostrando dos hileras de dientes blancos y perfectos.

 

MARIO: Exacto. Gracias.


Victoria se pierde en ese breve momento.

 

VICTORIA: Gracias.

 

Ajeno a todo esto, Mario da media vuelta y camina al cubículo de un oficinista.

Victoria respira agitadamente, se levanta de su escritorio, camina al baño de su oficina, se encierra en una caseta, se sienta en el inodoro y se masturba hasta alcanzar un orgasmo.

 

 

De vuelta a su cubículo,

más relajada,

Victoria termina su reseña,

teclea la información que Mario acaba de entregarle,

imprime su reseña cultural y camina a entregarlo todo en persona.

El editor de la revista dominical del periódico es un hombre calvo, sencillo, que tiene colgada fotos de su familia en diferentes portarretratos en las paredes de su oficina.

El hombre recibe amistosamente a Victoria y le promete que leerá la reseña con interés.

 

 

MANUEL – 02:10 PM.

 

El Jeep de Telenoticias está atrapado en medio de una

fuerte cola.

El productor está frente al volante, el camarógrafo en el asiento de atrás y Manuel, ansioso, se fuma un cigarro en el asiento del copiloto.

Se escucha “La despedida” de Manu Chao.

Manuel tiene una sensación extraña de incomodidad,

no deja de pensar en lo absurdo que era que William recordase su número telefónico de memoria.

Enciende otro cigarrillo.

Lo aspira como si se le fuera la vida en ello.

Suena un cornetazo detrás de ellos.

Comienza a repicar su celular.

Es Arturo. Manuel le atiende de mal humor.

 

MANUEL: ¿Qué quieres?

 

ARTURO (OFF): Necesito verte… Me siento mal…

 

MANUEL: No puedo, estoy en una pauta…

 

ARTURO (OFF): Coño Manuel el matrimonio de Lucía es esta noche, no me dejes morir.

 

Manuel se preocupa.

Cambia el tono.

 

MANUEL: ¡Fuuuck!

Arturo… ¡Coño!

El tema es que yo voy camino a Miraflores y sabe Dios a qué hora salga de eso...

Tú sabes que esa gente se encadena y de pronto son las 10 de la noche…  

 

ARTURO (OFF): Ya me tomé media botella de ron.

 

MANUEL: Coño pana. ¿En serio?

 

ARTURO (OFF): Sí.

 

MANUEL: ¡Cuidado con una vaina Arturo!

Arturo No bebas más.

¡Trata de quedarte tranquilo!

 

ARTURO (OFF): Ok. Ok. Aja.

Pero llámame cuando salgas que no estoy nada bien.

 

MANUEL: ¡Seguro!

Apenas termine te llamo.

 

Manuel corta la comunicación.

Suena otro cornetazo detrás de ellos.

 

VOZ CONDUCTOR (OFF): ¡Muévete 'Jo'e puta!

 

Molesto, Manuel se asoma por la ventana y grita molesto.

 

MANUEL: ¡Pásanos por encima coño de madre!

 

 

ARTURO – 4.29 PM.

 

Encerrado en su departamento Arturo escucha y canta “La copa rota” de José Feliciano, bebe ron y fuma de un porro desaforadamente.

 

“Mozo, sírvame la copa rota, sírvame que me destroza

Esta fiebre de obsesión

Mozo, sírvame la copa rota

Quiero sangrar gota a gota

El veneno de su amor”

 

Agarra su teléfono. Marca un número y cae directo a la contestadora.

 

VOZ DE LUCÍA (OFF): Hola es Lucía, en estos momentos no puedo contestarte así que déjame un mensaje… ¡gracias!

 

Suena el tono.

 

ARTURO: No te cases con ese tipo Lucía.

Lucía…

Yo te amo…

Ninguna mujer me ha gustado tanto como tú…

Llámame por favor.
Por favor, llámame.

 

 

ARTURO / LUCÍA   – 12 MESES ATRÁS – 4.00 AM.

 

Lucía y Arturo tienen un orgasmo al mismo tiempo.

Se besan apasionadamente.

Excitados, exhaustos.

 

LUCÍA: Tienes una verga deliciosa.

 

Poco a poco con la piel sudada y la respiración entrecortada se acomodan en la cama el uno al lado del otro.

Arturo se voltea, mira a Lucía a los ojos y le toca el rostro suavemente.

La besa y ella lo besa.

Se pierden en los labios del uno y del otro.

 

LUCÍA: Me encantas mi gordo…

 

Excitada Lucía se sube sobre él una vez más y lo cabalga llena de placer.

 

Arturo la mira embelesado.

Feliz.

 

 

VICTORIA – 6.55 PM.

 

Encerrada en su cuarto, Victoria se coloca una mascarilla espesa de color verde en el rostro.

Se afeita las piernas y luego se pone crema.

Se pinta las uñas de los pies y de las manos de color rosado.

Se pone unas pantaletas y unos sostenes negros de encaje y bordado sexy, que compró para la ocasión, con el dinero de su quincena.

Se mira el culo y las tetas en el espejo y sonríe.

Siente que se ve bien.
¡Qué está regia!

Victoria marca el número de Manuel en su celular, pero la llamada va directa a su contestadora.

 

MANUEL (OFF): No puedo atenderte. Deja tu mensaje.

 

VICTORIA: Hoy es la noche Manuel. Le compré un regalo carísimo a Mario.

¡Te llamo mañana para contarte!

 

 

9.31 PM.

 

Victoria entra a la fiesta caminando torpemente con unos tacones negros,

abriéndose paso en medio de la gente;

en su mano derecha lleva la bolsa de Epa con el regalo de Mario;

está decidida a entregárselo a él directamente y en sus manos, para que su gesto no pase desapercibido.

Mira a su alrededor y descubre a Mario conversando en el fondo.

Camina hacia él.

Un poco asustada le toca el hombro.

 

VICTORIA: Sr. Sifontes…

 

Mario voltea a verla.

Victoria lo mira profundamente, llena de deseo.

Mario no la reconoce. 

 

MARIO: ¿De dónde nos conocemos?

 

VICTORIA: Del periódico. Esta mañana le hice el clasificado de la venta de camioneta a su sobrino…


Mario la recuerda.

 

MARIO: Ah, sí. Claro que sí.

 

Victoria se acerca a él, lo abraza y lo besa en la mejilla.

Mirándolo intensamente.

Le ofrece su regalo.

 

VICTORIA: Feliz cumpleaños…

 

Mario se siente incómodo.

 

La secretaria de Mario llega y se lo lleva de la mano antes de que tome el regalo de las manos de Victoria.

 

LA SECRETARIA: Mario, vente, vente.

 

Mario se deja llevar al centro del espacio alejándose de Victoria.

Victoria se queda con el regalo en las manos.

Sin entender lo que sucede.

Mario agarra un micrófono.

La secretaria está parada a su lado.

 

MARIO: Gracias por estar aquí esta noche… Y por tantos regalos.

Me encanta celebrar mi cumpleaños entre tantos amigos y colegas…

Y sobre todo con esta mujer tan maravillosa que tengo a mi lado.

Salud.

 

Todos beben sus tragos.

 

GENTE: Salud.

 

Mario agarra a su secretaria y la besa en los labios.

La gente aplaude.

Victoria mira a Mario sorprendida.

Los ojos se le llenan de lágrimas y la embarga una abrumadora sensación de frustración.

 

 

MANUEL / WILLIAM – VIERNES – 9:41 PM.

 

Manuel camina por el estacionamiento. El lugar luce vacío.

De pronto se escucha una voz.

 

WILLIAM (OFF): ¡Manuel!

 

Manuel voltea a mirar quién lo llama.

MANUEL: Hey. ¿Qué haces aquí?

 

Detiene su camino.

William se acerca hasta llegar a su lado.

 

WILLIAM: Te estaba esperando.

 

MANUEL: Wow. ¿Hasta esta hora? 

 

WILLIAM: Quería decirte que Marta me pidió el divorcio…

 

Sorprendido.

 

MANUEL: ¿¡Qué!? ¿Te cachó con otro tipo?

 

Manuel sonríe con ironía y cierta amargura.

William en cambio se sorprende con la pregunta.

 

WILLIAM: No.

Después de ti yo no he tenido nada con nadie.

 

Manuel permanece en silencio.
No duda de su palabra.

 

WILLIAM: El mes que viene me mudo al apartamento de las Mercedes y quería que supieras que estoy libre.

 

Manuel enciende un cigarrillo y aspira el humo sintiendo como crece una sensación incómoda de rabia y molestia dentro de sí.

 

MANUEL: ¿Por qué me estás contando todo esto?

 

William se acerca a Manuel.

 

WILLIAM: Antes no estaba listo Manuel.

Ahora estoy seguro que sí.

 

Manuel se separa de él molesto.

 

MANUEL: Nosotros terminamos hace más de dos años...

 

William mira a Manuel fijamente.

 

WILLIAM: Dos años y cuatro meses.

Lo tengo claro.

Pero tú nunca saliste de mi mente;

eres la persona que más he querido.


Manuel se molesta al escuchar aquello.

 

MANUEL: No tienes derecho a decirme nada de esto.

 

Aspira de su cigarrillo tratando de calmarse.

 

WILLIAM: ¿Por qué no vamos a tomar un trago?

Y hablamos…

 

MANUEL: Una semana después, un mes después, quizás hubiese sido una buena idea tomarnos un trago;

una botella,

dos.

Discutirlo,

aclararlo todo.

Pero ya no.

Ha pasado demasiado tiempo.

Y yo ya no estoy para conectarme con tus miedos William,

ni con tus paranoias,

ni con toda la homofobia que tienes internalizada.

 

William se ríe con amargura.

 

WILLIAM: ¿Homofóbico yo?

¿Tú sabes cuántos intereses y negocios yo tengo que enfrentar cada día con el gobierno retrógrado y homofóbico que tenemos?

¿Con los cristianos y evangélicos ultra homofóbicos que son los inversionistas principales de este canal?

¡La doble moral de Venezuela es implacable contra los homosexuales!

 

MANUEL: Yo sé muy bien el país en el que estoy parado William y tú sabes también que siempre traté de entenderte; de aceptar todas tus reglas y todos los protocolos de seguridad que te inventaste, para vivir tú vida privada,

pero haciendo todo eso igual tú mujer se enteró de lo nuestro...

Y aquí estamos…

 

WILLIAM: Pero podemos intentarlo de nuevo.

 

Sorprendido con lo que escucha Manuel hace una pausa.

A pesar de haber deseado tanto volver con él los últimos meses,

en ese momento crece en su pecho una rabia profunda.

Se esfuerza por no alterarse.

 

MANUEL: Yo no te juzgo William.

Y solo Dios sabe como te he querido;

como he lamentado tu ausencia…

Pero tú y yo no somos una buena idea.

Yo no quiero vivir encerrado,

en la oscuridad.

Y eso es exactamente lo que tú me ofreces…

 

Los dos se miran unos segundos en silencio.

 

MANUEL: Mejor dejemos las cosas como están,

como tú decidiste que fueran.

Cada quién en lo suyo;

como si no nos conociéramos.

No pongas en riesgo todo ese universo perfecto en el que vives tu vida.

 

Manuel tira el cigarrillo y lo pisa contra el pavimento.

William insiste.

 

WILLIAM: ¿Estás saliendo con alguien? ¿Es eso?

 

MANUEL: Me tengo que ir.


Manuel se voltea y camina a su carro.

William lo mira sintiéndose frustrado,

genuinamente triste por lo que acaba de suceder.

En cambio, a medida que se aleja de William, Manuel se siente liberado.

 

 

9.55 PM.

 

Sentado en la cabina del Maveric, fumando un cigarrillo, Manuel esperó agazapado entre las sombras a que el carro de William saliera del estacionamiento.

 

Decidido a tener sexo esa misma noche,

Tomó su teléfono, abrió Grindr y entró al perfil de VersatilCCS un hombre blanco, delgado, atractivo, de 36 años, que se describía así mismo como cero plumas, “easy going” y amante del rock and roll.

 

Manuel miró sus fotos con detenimiento.

VersatilCCS era un hombre atractivo;

y tenía este plus, súper extraño en estos tiempos, de preferir el rock and roll al reguetón.

Sin pensarlo más le escribió al chat invitándolo a salir.

 

VersatilCCs le respondió en segundos y ambos cuadraron encontrarse en un tasca de Chacao esa misma noche.

 

 

ARTURO – 10.12 PM.

 

Completamente borracho, Arturo salta del muro al patio de la mansión en la que se celebra la fiesta de la boda de Lucía.

Camina entre la gente de servicio.
Una mesera nota su presencia.

 

MESERA: ¡Ay, se metió un hombre!

 

Arturo se cae corriendo por la grama, se levanta y se sacude la ropa.

Mesera 2 lo mira asustada.

 

MESERA 2: ¡Antonio Luis, anda decirle al Sr. Juan Alberto que se está metiendo gente!

 

En el salón de fiestas, Raúl muerde el liguero en la pierna de Lucía y lo baja por el muslo.

Arturo se abre paso entre la gente que mira a los recién casados gritando a toda voz. 

 

ARTURO: Sabes una vaina, yo tenía un anillo para el día en que nos casáramos tú y yo.

 

Todas los presentes miran a Arturo.

Lucía y Raúl se sorprenden.

 

ARTURO: ¡Pero tú te casaste con este chavista de mierda porque tiene billete!

 

Raúl se levanta molesto, se acerca a Arturo, lo empuja y le lanza un puñetazo en el rostro.

Arturo se va de bruces hacia atrás y cae sobre la mesa de la torta.

La mesa se voltea y todo cae al suelo.

Los quesillos, la fuente de chocolate.

Absolutamente todo.

Todos los presentes se sorprenden.

Lucía grita aterrada.

 

LUCÍA: ¡¡¡¡¡AHHHHHH!!!!!

 

 

VICTORIA – 10.12 PM.

 

La gente baila en la pista.

Sentada en un taburete frente a la barra,

Con la bolsa de Epa colgada en el brazo,

Victoria se toma un trago de vodka.

Delante de ella, en una pared de espejos, mira el reflejo de Mario y su secretaria abrazándose y besándose en los labios, llenos de deseo.

Queriendo desaparecer se toma su trago de vodka a fondo blanco.

Y pide otro.

 

Sin poder contenerse Victoria comienza a llorar.
Pero inmediatamente piensa que esa no es la imagen que quiere que tengan de ella sus compañeros de trabajo.
Tambaleándose de la borrachera camina al baño, marcando el número telefónico de su papá.

 

JUSTINO (OFF): Aló.

 

VICTORIA: Papá, necesito que me vengas a buscar.

Estoy borracha…

No puedo llegar a la casa así. Ven ya, por favor…

 

Victoria se seca las lágrimas con una toalla de papel que agarra en un paquete puesto sobre el lavamanos.

 

VICTORIA: Respira.

 

Respira profundamente.

 

VICTORIA (OFF): Expira.

 

Expira profundamente.

Se arregla el maquillaje de los ojos.

Se pinta los labios una vez más.

 

Se mira la cara.

 

VICTORIA: Ya.

Ya.

 

 

MANUEL – 10.12 PM.

 

En una tasca de Chacao Manuel, se encontró con VersatilCCS / Alejandro.

 

Alejandro odiaba la política y no veía televisión nacional.

Por lo que no reconoció a Manuel del noticiario,

eso hizo sentir a Manuel aliviado de alguna manera.

 

Conversando, ambos se tomaron una botella de vino,

Alejandro era un hombre sencillo, ingeniero de sistemas, programador web.

A pesar de provenir de mundos tan distintos, los dos parecían estar en la misma onda,

hablaron de sus bandas preferidas,

de su odio común por el reguetón,

de lo harto que estaban de la situación del país;

de cómo muchos a su alrededor hablaban de irse o se habían ido del país,

parecía, además, haber un mínimo de química entre los dos.

 

Pero antes de tener sexo Manuel quería estar seguro de eso, de la química,

y quería darle un beso,

para corroborar si verdaderamente había algo que buscar entre los dos.

 

Compartiendo un cigarrillo, en la puerta del bar Manuel decidió romper sus reglas de acercamiento físico y allí mismo propició un momento para darle un beso.

 

Y por un instante el beso tuvo el sabor y la cadencia correcta.

Hasta que una pareja que pasaba por allí se indignó al verlos labio a labio;

y un hombre alto, moreno, de cabellos y barba blanca les gritó amenazante.

 

HOMBRE CABELLOS BLANCOS: ¡Maricones! ¿No saben que los hombres que se acuesten con otros hombres no heredarán el reino de Dios?

 

Manuel y Alejandro se separaron sorprendidos.

La mujer, también de cabellos blancos, se acercó a ellos y los escupió con desprecio.

 

Hábil y rápido Manuel se acercó a la mujer y se limpió el escupitajo que ahora tenía en el brazo, de la ropa de aquella.

Y la mujer gritó enardecida.

 

MUJER CABELLOS BLANCOS: ¡No me toques maricón!

 

El hombre de cabellos blancos se acercó rápidamente a Manuel.

 

HOMBRE CABELLOS BLANCOS: No toques a mi mujer ¡Hijo de puta!

 

Y le lanzó un golpe que le dio directo en el rostro.

Alterado de una manera irracional, después de recibir el golpe,

Manuel,que no estaba dispuesto a poner la otra mejilla,

rápidamente le lanzó una patada certera a los testículos.

Y el hombre de cabellos blancos cayó al suelo de largo a largo, lleno de dolor.

 

MANUEL: ¿Este es el amor que ustedes predican?

¡Están llenos de odio!

Manuel se sacó el cinturón de cuero del pantalón y se lo enrolló en la mano, por el lado contrario de la hebilla, con actitud desafiante.

La mujer miró sorprendida el gesto de Manuel y asustada ayudó a su pareja a levantarse del suelo y se lo llevó del lugar.

 

 

ARTURO – 10.16 PM.

 

Arturo se levantó del suelo con la ropa llena de cremas amarillas y anaranjadas. 

 

ARTURO: Yo sé que tú no quieres a ese payaso,

a ese poco hombre.

¡A ese corrupto de cuello rojo!

 

Raúl y otros dos hombres se abalanzan sobre Arturo.

Arturo se les escabulle y corre hacia el patio, sube a una escalera de pintor y se monta en un techo.

Una vez arriba, sube la escalera al techo con él.

Raúl, los dos hombres, Lucía y algunos invitados se acercan al techo.

 

RAÚL: ¡Bájate de ahí coño de madre!

 

Arturo le habla a Lucía.

 

ARTURO: Te Amo Lucía.

Te amo como no he amado a nadie en está vida.

 

RAÚL: ¡Te voy matar hijo de puta!

 

LUCÍA: ¡Y yo amo a Raúl! Lo amo.

 

Lucía se acerca a Raúl, le voltea el rostro y lo besa en la boca.

Arturo mira la escena indignado.

 

LUCÍA: ¿Lo ves?

Lo amo.

¡Bájate de ahí!

¡Vete de mi fiesta!

 

Arturo se pone a llorar.

 

Raúl salta e intenta agarrarlo por una pierna. Arturo se baja el cierre y comienza a orinar sobre Raúl.

Raúl y los invitados se apartan.

 

INVITADOS: ¡Ahhhh!

 

RAÚL: ¡Te voy a reventar a coñazos!

 

LUCÍA: ¡Ahhh! Eres un animal asqueroso.

 

Lucía llora desconsolada.

Abraza a Raúl.

 

RAÚL: ¡Te voy a matar desgraciado!

 

Algunos de los invitados le tiran cubos de hielo a Arturo. 

Arturo se tambalea, pierde el equilibrio y cae al suelo pesadamente.

 

MUJER NEGRA DE 60 AÑOS: ¡Virgen santísima!   

                           

Raúl y cuatro hombres se acercan a Arturo. Lo patean y lo golpean entre todos.

Una mujer vestida elegantemente se mete entre ellos.

 

MUJER ELEGANTE: Paren, paren que ¡Lo van a matar!

 

Raúl le da una última patada y se aparta.

Lucía se acerca a Arturo.

Arturo está herido.

Le sangra una ceja, la nariz, la boca y un pómulo.

Tiene rotas varias costillas y un hombro dislocado.

 

ARTURO: Tú hubieras sido feliz conmigo…

 

Lucía se agacha y lo golpea con las manos en la cara.

 

LUCÍA: Escúchame, yo nunca te amé.

Nunca.

Y tú no lo entiendes.

No lo quieres entender.

¡Eres un bruto!

 

Raúl aparta a Lucía de Arturo.

Dos hombres levantan a Arturo del suelo, y lo sacan de la fiesta.

Arturo pierde el conocimiento.

Los dos hombres lanzan a Arturo sobre unas bolsas de basura en la salida.

 

 

VICTORIA – 10.40 AM.

 

Victoria camina por un pasillo solitario de tiendas cerradas.

Un VIGILANTE, un hombre muy masculino, moreno, grueso, de 52 años con un bigote descuidado y algo de barriga pasa por el lado de Victoria.

Y Victoria lo mira sorprendida; porque es un hombre muy parecido a sus compañeros habituales del chat sexual.

La encarnación de todas sus fantasías sexuales.

Al hombre la mirada de Victoria no le pasa desapercibida y no pierde la oportunidad de decirle algo.

 

VIGILANTE: ¿Por qué tan sola gordita?

Mira, mira…

Voltea pa’ que te enamores.

 

Victoria sonríe y voltea a ver al hombre.

 

VIGILANTE: Eso…

 

Victoria se acerca al vigilante, mirándolo lánguidamente.

 

VICTORIA: ¿Cómo te llamas tú?

 

VIGILANTE: Andrés ¿Y tú?

 

VICTORIA: Victoria.

 

El vigilante le agarra la muñeca y le besa la palma de la mano.

Victoria le sonríe llena de deseo.

 

VIGILANTE: Ven, ven conmigo.

 

Victoria asiente.

El vigilante la lleva a un pequeño pasillo que conduce a los baños y comienza a besarla y a tocarle los senos.

Victoria disfruta de aquellos labios carnosos y desconocidos;

de las caricias en sus senos.

VIGILANTE: Te voy a coger aquí mismo.

 

Victoria accede excitada,

sintiéndose como la protagonista de una película pornográfica.

 

VICTORIA: Sí. sí. Cógeme ya,

cógeme aquí mismo.

 

El vigilante le levanta el vestido, se baja el cierre, echa a un lado la pantaleta negra de encaje y la penetra.

Ella cierra los ojos,

el vigilante le chupa el cuello.

 

Dejándose llevar por el placer que tanto anhelaba conocer;

sus gemidos se escuchan por todo el centro comercial.

 

 

MANUEL – 11.30 PM.

 

Desnudo,

acostado en una cama desordenada,

entre las sombras de un cuarto poco iluminado,

escuchando el agua caer al suelo, en la ducha que toma Alejandro;

 

Manuel fumó su cigarrillo pensando que no todo estaba perdido;  

que a pesar de todas sus heridas,

algún tipo de control tenía sobre su destino.

 

Sin apuro, Manuel se levantó de la cama,

se puso sus interiores y luego su pantalón.

 

Alejandro salió de la ducha secándose con una toalla blanca.

Los dos se miraron con franqueza y sonrieron.

 

ALEJANDRO: ¿Quieres que nos veamos alguna otra vez?


Manuel sonrió.

 

MANUEL: Sí. ¿Por qué no?  Quizás podríamos ir a ver una película y luego tomar algo…

 

Manuel tomó su camisa y comenzó a abrocharse los botones.

 

ALEJANDRO: Sí, bien, suena muy bien.

 

Manuel abrió la pequeña nevera de la habitación y le preguntó a Alejandro si quería una cerveza.

Pero Alejandro prefirió no beber más.

Manuel abrió la botella y se bebió un trago.

 

MANUEL: Tengo que irme.

Mañana tengo trabajo súper temprano.

¿Nos damos la mano para despedirnos?

 

Los dos están un poco nerviosos.
Alejando sonríe.

 

ALEJANDRO: Un apretón de manos, un abrazo, un beso, lo que queramos.

 

Manuel asiente y se acerca a darle la mano.

 

ALEJANDRO: Te voy a llamar.

 

Manuel sonríe.

 

MANUEL: Dale, dale.

 

 

Caminando por el estacionamiento del hotel, Manuel siente que tiene la cabeza despejada y el cuerpo ligero.

Piensa que Arturo tenía razón después de todo,

que el sexo x el sexo no era una mala idea,

que sí te relajaba,

sí te despejaba la mente

sí te quitaba el estrés…

Entonces recordó la llamada desesperada de Arturo,

y se preocupó.

MANUEL: ¡Coño Arturo!

 

Sacó su celular y marcó su número.

 

 

ARTURO – 11.32 PM.

 

Arturo se despierta entre las bolsas de basura, al escuchar el repique de su teléfono.

Se sienta en la acera.

Está adolorido.

Saca su teléfono del bolsillo del pantalón.

La pantalla está rota.

Habla con la voz quebrada

 

ARTURO: Aló. Manuel,

 

MANUEL (OFF): ¿Qué hay? ¿Qué estás haciendo?

 

ARTURO: Necesito que me vengas a buscar…



MANUEL – 11.33 PM.

 

Manuel conduce por la autopista fumando un cigarrillo.

 

MANUEL: Ya estoy en el carro. Dime dónde estás.

 

Manuel escucha la dirección y corta la comunicación.

Pisa el acelerador.

Las luces de la ciudad pasan en barrido a su alrededor.

 

 

MANUEL / ARTURO – 11.56 PM.

 

Arturo, está sentado en medio de las bolsas de basura.

El Maverick de Manuel cruza en una esquina.

Arturo le hace un gesto con la mano al verlo.

Manuel se estaciona a su lado y sale del carro.

 

MANUEL: ¿Qué coño te pasó?

 

Llorando.

 

ARTURO: Verga, brother, la cagué, la cagué…

 

MANUEL: ¿Puedes levantarte?

 

Arturo intenta levantarse.

No puede.

 

ARTURO: No. Me vas a tener que ayudar.

 

Manuel se le acerca a un costado y lo ayuda a levantarse.                                                  

Manuel abre la puerta y ayuda a Arturo a entrar en el carro.
 

ARTURO: Yo creía que Lucía me había querido alguna vez.

Pero me dijo que no.

Qué nunca.

Ella está enamorada de Raúl.  

 

MANUEL: ¿Vamos a un hospital?

 

Arturo asiente.

Manuel cierra la puerta del asiento del copiloto y se monta en el carro.

Arranca y se van.

 

 

3 MESES DESPUÉS.

VICTORIA – 2.46 PM

 

Con mejor semblante,

más segura de sí misma,

Victoria espera en una cola a las puertas del Teatro Nacional.

Está allí, porque le encomendaron hacer una reseña del montaje más reciente de la Compañía Nacional de Danza.

 

Aprovecha el momento libre de espera en la cola para escribirle un mensaje de texto a Manuel.

 

VICTORIA: Manuel conseguí las entradas que me pediste.
Avísame para entregártelas.
Estoy pendiente además de que nos veamos, tomemos un cafécito y nos pongamos al día. ¿Mmm? ¿Cuándo puede ser eso?

Avísame.

 

 

MANUEL / ARTURO – 2.48 PM

 

Manuel y Arturo están sentados en la mesa de un bar tomándose unos tragos de ron.

Arturo mira su reloj.

 

ARTURO: Verga, segundo trago y no son ni las 3 de la tarde…

MANUEL: ¿Qué importa que no sean las 3 de la tarde?

¿Tienes una cita esta noche? ¿Mañana en la mañana?

 

Arturo niega con la cabeza y se toma un trago reflexionando.

 

MANUEL:  Entonces bebamos tranquilos…

Ya te dije que yo voy a pagar esta cuenta.

 

ARTURO: Yo estoy pensando seriamente en dejar de beber…

 

Manuel se sorprende.


MANUEL: ¿En serio? ¿Pero te vas de Venezuela?

Porque dejar de beber en esta sociedad es casi imposible …

Digo, si quieres mantener la cordura…

 

Manuel siente la vibración de su teléfono y lee el mensaje de Victoria.

Le contesta inmediatamente: ¡Pronto!

 

ARTURO: También he estado pensando que voy a probar suerte con “Pare de Sufrir”…


Sorprendido.

 

MANUEL: ¿Quieres dejar de beber y también te quieres meter a evangélico?

¿Esos coñazos como que te echaron a perder el cerebro?

¡Fin de mundo!

 

Arturo lo ignora.

 

ARTURO: Todas estas madrugadas en televisión he estado viendo a esa gente en varias misas y te dan madera de la cruz de Cristo,

agua bendita del río Jordán…

Brother yo con eso levanto cabeza y salgo de esta mala pava en el amor y de esta pelazón inmortal…

Manuel se toma un trago.

 

MANUEL: Te juro que no sé si me estás hablando en serio o si me estas vacilando…

 

Arturo se queda absorto en sus pensamientos por unos segundos.

Manuel lo mira preocupado; y cambia el tono por uno más reflexivo.

 

MANUEL: A lo mejor es que el amor no es para todo el mundo…

Y ya…  A algunos nos tocará quedarnos sin amor…

 

Arturo reacciona.

 

ARTURO: ¡No digas esas vainas ni en juego!

Mira que la mente es la que llama todo…

 

Manuel se irrita.

 

MANUEL: Por favor…

¡No me salgas, tú también, con esa comedera de mierda new age!

Si yo reordenara el universo con la mente;

¡Las cosas serían muy distintas en este país!

 

Tomándose un trago.

 

ARTURO: En Venezuela todo el mundo anda enamorado…

Yo me la paso enamorado…

Tú, desde que te conozco, te la pasas enamorado.

 

MANUEL: ¿Yo?

¡Yo no me vuelvo a enamorar más nunca!

 

Golpea la mesa.


MANUEL:
¡NOJODA! ¡Más nunca!

 

ARTURO: ¡JA! Seguro te enamoras del primero al que le des un revolcón…

¡Con ese queso que tienes tú!

 

Manuel se ríe.

 

MANUEL: ¿Cuál queso?

Yo tiré antes de ayer.

¡2 días sin tirar tengo!

 

Arturo se sorprende.

 

ARTURO: ¿Cómo? ¡¡¡NOJODA!!!

Por eso es que te estabas riendo tanto… ¿No?

Y te ves menos amarillo y todo…

Más sano…

Ya decía yo que había una vaina rara.



Manuel sonríe.

 

MANUEL: Si hablas guevonadas…

 

ARTURO: ¡Se acabó la sequía! ¡Se terminó maldición!

 

Arturo levanta su vaso feliz.

 

ARTURO: ¡Salud carajo!

¡Ese es mi pana!

 

Manuel levanta su vaso también y lo choca con el de Arturo.

 

ARTURO: ¿Y este tipo quién es?

¿De donde lo sacaste?

 

Manuel enciende un cigarrillo.

 

MANUEL: Me abrí una cuenta en Grindr,

la versión gay de Tinder…

Y ya he tirado varias veces.
No solo con él.

 

Sorprendido.

 

ARTURO: ¡Coño papá!
¿Ahora eres un verdugo?

 

Manuel se ríe.

 

ARTURO: ¡Nojoda!

Los tiempos cambian…

 

MANUEL: Tú deberías abrirte también una cuenta en Tinder.


Desechando de una la posibilidad de manera instantánea.

 

ARTURO: Nah. Yo no estoy tan desesperado.

 

MANUEL: Ahhh vaina…

No seas guevón.

¿Quién dice que ahí solo se mete gente desesperada?

 

Arturo lo mira incrédulo.

 

MANUEL: El algoritmo de esa vaina, o la inteligencia artificial que controla esa vaina, es la que te va a hacer el milagro de conseguirte una tipa afín.

Que te quiera coger.
¡Que quiera que te la cojas!

 

Incrédulo.

 

ARTURO: Mmmm… No sé…

 

MANUEL: Óyeme, Arturo González.

Facilítate la vida.

Abraza las nuevas tecnologías.

¡Te juro que vas a resolver!

 

Arturo lo mira desconfiado.

Manuel le habla molesto.

 

MANUEL: ¿Pero es que no quieres terminar también con tú mala racha?

¡Brother!

 

Manuel se toma lo que resta de su trago a fondo blanco.

 

MANUEL: ¿Pedimos otra ronda?

Yo voy a pedir otro trago.

 

Más animado.

 

ARTURO: Sí, dale… Otra ronda.

 

Manuel pide una nueva ronda a la mesera con un gesto.

 

Arturo toma su teléfono se mete en el Play Store, busca Tinder y lo pone a descargar.

 

MANUEL: ¿Lo estás descargando?

 

ARTURO: Sí, coño, para que dejes la ladilla.

 

MANUEL: ¡¡¡¡Yeah!!!!

Ya tú vas a ver.

¡Ahora es que comienza lo bueno!

 

Arturo sonríe.

Poco a poco la aplicación se descarga en su teléfono.

 

 

 

 

 

FIN / THE END

 

 

 

 

 

 

(Basado en el guion “More lonely nights” de Sergio Marcano y Bernardo Izsak)


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